-¡EL ARTE EN LAS CALLES, NO EN BELLAS ARTES!- Gritaba el contingente de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM al dar la vuelta en la esquina del Eje Central y la Avenida Hidalgo durante la marcha del 2 de Octubre de 2013, en la Ciudad de México.

Unas semanas antes, el 18 de Septiembre, la ENAP celebró una asamblea estudiantil con más de 300 asistentes, como no se veía en el plantel de Xochimilco desde la huelga estudiantil universitaria de 1999. La presencia, ese día, de cinco profesores de la CNTE –que respondieron a las preguntas e inquietudes de los estudiantes de arte y de diseño, y que explicaron los pormenores y las motivaciones de su lucha contra la reforma educativa federal- pudo vencer a la apatía de una comunidad típicamente individualista, y agitar su descontento contenido acerca de la situación social y política del país en el contexto de la crisis mundial del capitalismo. Al día siguiente, el estudiantado, con el apoyo de la base trabajadora del plantel, llevó a cabo un paro activo (dedicado a la producción de obra gráfica de protesta y a la politización de la comunidad), uniéndose así la ENAP a las más de veinte escuelas de nivel superior y medio-superior que pararon por toda la ciudad en solidaridad con la CNTE, y en repudio al desalojo violento del zócalo capitalino perpetrado por la policía local y la federal en agravio de los profesores disidentes el viernes 13 del mismo mes.

Desde entonces se ha venido ampliando y consolidando un nutrido núcleo de activistas estudiantiles en la ENAP, que, además de organizarse para participar en la marcha conmemorativa de la matanza de Tlatelolco, ha seguido realizando mesas de discusión política y jornadas de producción gráfica de protesta, así como ha puesto en circulación una publicación propia para difundir sus formas de lucha, sus conquistas y la conciencia de clase frente a los embates de la burguesía nacional. Como resultado directo de las acciones recientes del estudiantado también se ha conseguido la apertura de un taller para el turno matutino y otro para el turno vespertino bajo gestión estudiantil, abiertos a toda la comunidad; si bien, la demanda original de un solo taller  permanente sigue en la agenda de la asamblea estudiantil.

El reto inmediato de esta nueva generación de activistas de la ENAP será seguir formándose políticamente y no permitir que la inquietud política estudiantil decaiga y se disuelva con la coyuntura, en su plantel. Y en lo sucesivo, también deberá recoger la estafeta de la Academia de San Carlos y ocupar el lugar que ésta tuvo tradicionalmente de cara a los movimientos políticos de izquierda como la productora de una vigorosa gráfica social. ¡La asamblea estudiantil de la ENAP en contra del conjunto de las reformas estructurales del gobierno burgués de la República y en contra de la tecnificación de la educación pública superior al servicio del neoliberalismo!