El Movimiento estudiantil de 1968. Las causas y no el punto donde la lucha es sacudida (Parte 1)

Escrito por: 

Carlos Zapata

Ya han pasado 44 años desde aquella masacre en Tlatelolco aquel 2 de octubre del 68. El movimiento estudiantil se ha mitificado algunas veces, en otras se ha enarbolado como bandera de lucha para nuevas generaciones. Lo que rara vez se ha abierto es un análisis de las causas, de las fallas que se tuvieron, y por su puesto del alcance y repercusión  que dicho movimiento obtuvo.

Una peculiaridad, cuando se comenta o se abren las discusiones en torno a aquel 2 de octubre sangriento se comienza por el final, por el punto en el que se dio el golpe a los estudiantes, no se comienza por los orígenes, por lo que dio pie a esa lucha férrea por jóvenes con una actitud digna de respeto; rara vez se parte de las condiciones históricas, de las demandas, de lo que origino esta lucha que llegará a ser reprimida con toda violencia alevosa contra jóvenes que su única arma fue la razón (esa razón en no querer autoritarismo y sí una sociedad más democrática y participativa) pero que en última instancia era inerme contra todo ese aparato al que se enfrentaron.

El inicio: algo sin trascendencia para algo que esta por estallar

Una pelea entre grupos porriles de las escuelas, Isaac Ochotorena incorporada a la UNAM y las vocacionales 2 y 5 del IPN en la Ciudadela el 22 de julio. Para el día 24 la vocacional 5 es ocupada por la policía y golpea  a varios alumnos.

El día 26 la Federación de Estudiantes Técnicos (FNET) (controlada por el PRI) convoca a una movilización para manifestarse en contra de las agresiones que va coincidir con otra marcha tradicional que conmemora el aniversario del asalto al cuartel Moncada, que es convocada por la Confederación Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED) (controlada por el Partido Comunista). Y así, en contra de los primeros, algunos se desprenden de esa movilización y marchan junto con los segundos hacia el Zócalo. “Así, en contingente unánime, se movilizaron con rumbo al Zócalo donde la policía no sólo les impidió el paso sino que utilizó, sin ningún empacho, las armas. Los enfrentamientos se sucedieron por todo el centro de la ciudad resultando de ellos detenidos, muertos y desaparecidos. Así se inicio una de las épocas más convulsivas de movilización estudiantil y represión sangrienta a nivel nacional”. (http://www.clep-cedep.org/el-movimiento-estudiantil-de-1968)

A partir de esto se va gestar una movilización de dimensiones tales que sorprenderá a propios y extraños, nuevamente la necesidad iba a hacer uso de la casualidad para proyectar un movimiento que comienza con la autodefensa de los propios estudiantes, paros en las escuelas, brigadeos informativos, mítines, manifestaciones de apoyo, etc., y por su puesto de un pliego petitorio que da paso en el análisis de este artículo para tratar de enfocar algunas generalidades que en tiempos actuales donde se vislumbran movimientos juveniles, parece necesario estudiar y sacar conclusiones de uno de los movimientos con mayor trascendencia en nuestro país.

Con el afán de encontrar algunas causas inmediatas del estallido es importante mencionar cómo el movimiento “borraría de un golpe, en sus dos meses y medio de acción, el prestigio de estabilidad política que había caracterizado a México en los últimos 40 años” (México: una democracia utópica el movimiento estudiantil del 68, Sergio Zermeño)

“Un cierto inmediatismo”

Algo en común en los movimientos juveniles es la falta de claridad en lo que se quiere, ya que seguramente se tiene claro qué no se quiere y de qué se reniega, entonces se tendría que comenzar a definir un enemigo común, pero en los hechos no es fácil ni mecánico debido a la heterogeneidad de los participantes, es decir habría en el movimiento liberales que llamaban a respetar la constitución o hasta los que llamaban al cambio del sistema capitalista; y así lo que Zermeño explica muy bien en su libro es que la inmediatez en las demandas da pie a agrupar a todas esas y demás ideologías o posturas en un pliego petitorio no tan politizado:

1) Desaparición de la FNET, de la porra universitaria y del Muro (Movimiento universitario de renovadora orientación: grupo de tendencia radical de derecha, golpista, de clientela católica).
2) Expulsión de los estudiantes miembros de las citadas agrupaciones y del PRI.
3) Indemnización por parte del gobierno a los estudiantes heridos y a los familiares de los que resultaron muertos.
4) Excarcelación de todos los estudiantes detenidos.
5) Desaparición del cuerpo de granaderos y demás policías de represión.
6) Derogación del artículo 154 del código penal.

Eso en un  principio pero después en el definitivo se añadiría, entre otros, un punto de “libertad a los presos políticos”, que da pie a demandas más politizadas y no tan inmediatas, es decir que se pugna por la libertad de los presos políticos como los líderes ferrocarrileros que tiempo atrás (1958-1959) daban otra lucha que algunos jóvenes no olvidaban y reivindicaban. Parecía ser un paso hacia la unificación de demandad que pudieran vincular las demandas estudiantiles con las de los trabajadores que desde hacia tiempo habían dado la lucha; algo que pudiera sumar a más sectores que ya comenzaban a ver con simpatías el levantamiento estudiantil.

Por su puesto que en el movimiento no se trataban cuestiones ideológicas ya que en su mayoría los participantes eran clases medias que en última instancia lo que buscaban era una mayor participación, una democracia más amplia en una forma de gobierno paternalista que pretendía tener todos los hilos bajo su control y además un nacionalismo sobrado por parte de este mismo gobierno que no iba a dejar que se perturbara el “orden establecido”. Y claro es que por todos lados veían conjuras y fuerzas exógenas que intentaban desestabilizar al país.

Dejemos de nuevo en palabras de Zermeño una explicación: (en este movimiento)”no hay objetivos únicos a largo plazo, hay sólo una crítica inmediata, una negación del Estado fuerte y autoritario, una negación de aquel estado y aquel sistema político que niegan a su vez esos principios profundamente liberales y democrático-burgueses: la libertad de expresión, de asociación y de acción independiente desde abajo".
 

Fecha: 

Septiembre de 2012

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