La lucha de clases en Colombia: A derrocar a Uribe

Escrito por: 

Federico Alfvén

Cuando alguien piensa en el país con mayor represión en América Latina uno se imagina de inmediato en Colombia (claro, aparte de Estados Unidos) y está completamente en lo cierto. Colombia es el país con el gobierno más reaccionario en América Latina. El gobierno de Álvaro Uribe ha reprimido de forma brutal a los trabajadores y juventud Colombiana. Durante su mandato ha habido aproximadamente 1.6 millones campesinos desplazados (a quienes se les han quitado sus tierras mediante la violencia). También, desde 2002 a la fecha ha habido 11,292 asesinatos o desapariciones fuera de combate debido a violencia sociopolítica, es decir, personas que estaban en su domicilio, trabajo o en la calle. Esto es más de 7 personas al día.

En el terreno sindical también la represión está en el orden del día. Durante el gobierno de Uribe ha habido más de 515 sindicalistas asesinados. El ataque a las organizaciones sindicales se ha visto en la cantidad de afiliados a estas. En los años 80 los sindicatos llegaron a afiliar al 14% de los trabajadores y ahora, aunque ha aumentado la población, apenas están afiliados en los sindicatos el 4% de los trabajadores. También la cantidad de trabajadores contratados de forma colectiva se ha visto reducida. En el 2006, la negociación colectiva representó el 18.4% de la registrada en 1996, con solamente 47,280 trabajadores. Y en el primer semestre de este año esa cantidad se redujo a 17,051.

Divisiones dentro de la clase dominante

Cuando el capitalismo está en pleno crecimiento y auge, las divisiones entre los diferentes sectores de la oligarquía no suelen salir a la luz. Cuando hay una situación de crisis, dentro de las filas de la reacción, hay diferentes posiciones cada una defendiendo sus propios intereses (aplicando el refrán popular de “sálvense quien pueda”). No todos están de acuerdo respecto a cómo y quién se encargará de resolver las crisis económicas y políticas. Esas diferencias ahora salen a la luz. Por ejemplo: Los dos partidos tradicionales de la burguesía colombiana son el Liberal y el Conservador, estos últimos han señalado múltiples criticas a Uribe con el corte represivo y corrupto se su régimen, no obstante, cuando a ellos les ha tocado gobernar, han actuado del mismo modo; también aprobaron el TLC; también apoyaron a los paramilitares de derecha, también ordenaron matar sindicalistas y un largo etc.

El despertar de los trabajadores

Ante estos ataques del gobierno y el auge revolucionario por América Latina, los trabajadores colombianos no podían quedar fuera de la lucha. Hace un par de semanas más de doscientas mil personas marcharon en Bogotá, convocadas por un frente cuya cabeza se encuentra el Polo Democrático Alternativo (PDA), coalición de izquierdas que en las últimas elecciones presidenciales se erigió como fuerza política del país, y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que agrupa a los sindicatos.

La movilización es debida a la lucha que están encabezando los campesinos corteros de caña. Que estallaron una huelga desde el 15 de septiembre exigiendo lo de siempre: contratación directa de los trabajadores, garantía del derecho al trabajo frente a las pretensiones de aumentar la mecanización del corte de caña, garantía de correcto pesaje de la caña cortada, aumento a los salarios, etc.

Otro sector que también está encabezando la lucha son los trabajadores del sector judicial, dirigido por ASONAL. Los 47,000 afiliados han iniciado el paro y la huelga desde el 2 de septiembre exigiendo la nivelación salarial, equivalente a invertir cerca de 800 mil millones de pesos.

Veremos que el movimiento se extenderá más aún y justo eso es el temor que tiene Uribe, por ello su reacción ante estas luchas ha sido desesperada. La respuesta que les dio a los trabajadores del sector judicial fue un ¡decreto de estado de sitio! Y a los trabajadores cañeros sus respuestas han sido: militarización, deslegitimación y señalamiento de los 18mil trabajadores y sus familias. El gobierno teme que se contagien las huelgas y todo acabe en un desastre.

La lucha apenas está iniciando y los trabajadores lo están haciendo, como lo habíamos comentado, a través de sus organizaciones tradicionales de lucha. No a partir de pequeños grupos o incluso de la guerrilla. El pueblo colombiano está sacando conclusiones. La situación colombiana es desesperante y las lecciones de la revolución americana están despertando la vida política a las masas.

Para lograr que la lucha de los trabajadores colombianos triunfe y derroquen al gobierno de Uribe es necesario que estrechen manos con los trabajadores de Venezuela. Los ataques de Uribe hacia el gobierno venezolano lo pueden detener los propios trabajadores colombianos con una alianza con los venezolanos. El futuro de la revolución en Colombia y Venezuela depende de la unificación de los trabajadores de ambos países.

¡Por la solidaridad de las clases trabajadoras de Venezuela y Colombia! ¡Por la expropiación de las propiedades de la oligarquía en ambas naciones! ¡Por una federación socialista Bolivariana que agrupe a Colombia y Venezuela! ¡No a la guerra entre las dos naciones, sí a la revolución en ambas naciones! ¡En defensa y solidaridad de los trabajadores corteros de caña y del sector judicial!

(Más información en militante.org)

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