La disputa por el monopolio mediático entre Televisa y Slim

Escrito por: 

Alfredo Elizondo

slimvsazcarragasalinas.jpgLa recientemente aprobada reforma en materia de telecomunicaciones ha abierto una disputa frontal entre los actores más relevantes en materia de medios masivos de comunicación, es decir, Televisa, Tv Azteca y Dish, propiedad de Carlos Slim. La disputa se centra en disposiciones que han abierto la posibilidad de que Dish pueda beneficiarse de la transmisión de canales de cobertura nacional sin tener que pagar derecho alguno ni a Televisa ni a Tv Azteca, lo que impacta directamente a las finanzas de ambas organizaciones de medios. Pero las raíces profundas del conflicto se encuentran en el desplazamiento tanto de Televisa como de Tv Azteca de su posición privilegiada en materia de medios en el duopolio que ambos grupos conforman.

La disputa tiene tres líneas generales de choque:

1.    Retransmisión de señales de TV abierta en sistemas de paga (nombrado en el ámbito como “must carry/must offer”).

De acuerdo con lo estipulado por la reforma en materia de telecomunicaciones, los canales que tienen una cobertura mayor al 50% en el territorio nacional pueden ser retransmitidos por los sistemas satelitales sin tener que pagar ninguna regalía a las empresas que originan la señal, es decir, Dish no paga nada (como anteriormente sucedía)  a Televisa y Tv Azteca por transmitir sus contenidos.
Ante ello, tanto Tv Azteca como Televisa han promovido una serie de reclamos en instancias gubernamentales (particularmente ante el Instituto Federal  de Telecomunicaciones - IFT), para que se declare a Dish y Telmex como parte de un mismo grupo y no como empresas separadas. La intención detrás de tal alegato es que, de acuerdo a la reforma, se les puede considerar como un “factor preponderante” en el sector y ya no tendrían derecho a la gratuidad en la retransmisión de las señales de los canales de ambas televisoras, lo que haría que se regresara al esquema anterior.

Sin embargo, el peligro para Televisa es que esta misma empresa puede ser objeto de declaratoria de “factor preponderante”, lo que implicaría que podría perder señales de televisión abierta. Ante ello, Tv Azteca ha sido el alfil usado por Emilio Azcárraga para atacar a Dish a través de presentación de información confidencial de las relaciones comerciales establecidas entre Dish y Telmex, con el objetivo de influenciar la decisión del IFT, declarar a Dish como un factor preponderante y no hacerlo en el caso de Tv Azteca. En ambos casos, de lo que se trata es de modificar la correlación de fuerzas entre los actores monopólicos involucrados.

2.    Derechos de autor sobre los contenidos retransmitidos.

Otro de los argumentos utilizados para tratar de bloquear la retransmisión de sus contenidos por parte de Televisa y Tv Azteca consiste en realizar una interpretación amañada de lo que constituye el derecho de autor. De acuerdo con su concepción, ambas empresas son “dueñas” de los contenidos producidos en sus instalaciones, la retransmisión de las señales estaría violando los derechos de autor de los contenidos. No es sino un recurso burdo, que al parecer no procederá, para aumentar la presión contra Telmex y Dish.

3.    La relación que sostienen Telmex y Dish, cuya legalidad ha sido puesta en entredicho por las televisoras.

Éste es sin duda el argumento toral contra Carlos Slim por parte de Televisa y Tv Azteca. La línea argumentativa parte del hecho de que ambas empresas son en realidad parte de un mismo grupo y en realidad Dish no es sino un brazo en materia de televisión de Carlos Slim. Ello significaría que Telmex estaría violando los términos de la concesión que tiene en materia de telefonía al prestar un servicio distinto a éste, por otra parte, también podría ser considerado como un “factor preponderante” y, como se ha mencionado anteriormente, perder la prebenda de gratuidad en retransmisión de las señales de Televisa y Tv Azteca y hasta perder la propia concesión en materia telefónica. A partir de ello, Slim también ha desplegado una campaña contra el duopolio televisivo para defender el “derecho de todos” a poder acceder a las señales de televisión de ambas televisoras.

El espectáculo que presenciamos no representa en realidad nada nuevo de lo que ha venido ocurriendo desde 2008, es decir, el deseo de Slim de participar en la televisión cada vez con mayor preponderancia. Ante ello Televisa y Tv Azteca no hacen sino lo lógico: defenderse con todos los medios posibles (sean éstos legales, ilegales, éticos o no) para lograr preservar su posición privilegiada.
Como todo buen espectáculo, existe un trasfondo que no necesariamente se presenta en lo inmediato, pero que en este caso no representa una mejora sustantiva en comparación a las condiciones existentes en materia de medios hoy. La entrada rampante de Slim en el mercado televisivo no implica mejora en contenidos ni en oferta comunicativa. Por el contrario, puede potencializar el uso de información distorsionada, de mala calidad y siempre a favor de valores, prácticas y personajes del régimen. No existe una diferencia sustantiva en un noticiero que presente a Peña Nieto como “salvador de México”, sea en un canal propiedad de Slim o de Azcárraga.

Desde la propuesta de AMLO de “democratizar los medios mediante la competencia”, hasta la consigna del #YoSoy132 en el mismo sentido, ahora se observa que dicha “democratización” no es posible en tanto exista una competencia desleal (y en realidad solo pueden “competir” los que tienen los medios para ello) entre monopolios contra quienes desean generar una propuesta distinta de medios de comunicación y de generación de información. Existen diversas propuestas como “Animal Dañero” (facebook.com/pages/Animal-Dañero/150145565180817), espacio creado por trabajadores de base del SME, que pretenden otorgar una visión alternativa a la creada por los medios tradicionales a partir de una mirada obrera. Ejemplos como éste muestran que es posible crear opciones alternativas al aparato hegemónico mediático, sin embargo, es solo un paso hacia la expropiación de los medios masivos, la propiedad privada no puede ser “democratizada” y en ese mismo sentido, no hay alternativa sino arrancar de las manos de la burguesía los medios de comunicación y ponerlos al servicio de los trabajadores.

Fecha: 

Marzo de 2014

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