Morena surgió en un contexto de lucha social, en un ambiente de descontento ante los dos fraudes electorales en contra del triunfo de López Obrador. El primero significó la presidencia de Felipe Calderón y su legitimación a través de la militarización del país y la declaratoria de guerra contra el narco. El segundo fraude, que se orquestó a través de la compra descarada del voto, sirvió para dar continuidad al proyecto neoliberal del PRI, iniciado con Miguel de la Madrid, las reformas en este sexenio lograron ser aprobadas sin ninguna oposición en el congreso ni en las calles, gracias al Pacto por México por un lado, y por el otro a que las organizaciones combativas como la CNTE fueron perdiendo fuerza ante el Estado que se valió del desprestigio, la represión y la proliferación, en medios de comunicación, de la idea de las reformas como algo bueno.

 

Morena surge como una opción de salida a todo el descontento social, pero su dirección se ha orientado solo a fines electorales. A pesar que en 2013 la formación de Morena se aprobó en asambleas distritales y el congreso nacional como un Partido-Movimiento. Al día de hoy la dirección del partido ha mantenido a sus militantes prácticamente inactivos en la lucha social, y han sido sometidos al cumplimiento de una serie de tareas con fines electorales: afiliar, formar de comités seccionales, recolectar firmas, armar la estructura electoral, es decir, tareas electoreras que nada abonan al movimiento. Por supuesto que la base instintivamente siempre ha buscado participar en las luchas populares, en donde siempre, con banderas o sin banderas, encontramos a compañeros de Morena.

 

El panorama en algunas zonas del país es parecido al de una Guerra Civil, la violencia se agudiza cada vez más y, aunque al principio los medios de comunicación hacían parecer que los homicidios se debían a ajustes de cuentas, en los últimos meses hemos visto una serie de asesinatos de activistas sociales críticos al gobierno. La represión e intimidación en contra de los sectores que se organizan y luchan es cada vez mayor al grado de que somos víctimas de la intimidación, el encarcelamiento, la desaparición forzada y hasta llegar al extremo del asesinato.

 

Ante esta situación la dirección de Morena ha callado, no ha enfrentado de manera decidida al régimen, con el pretexto de querer mantener el registro o con otro argumento que se ha repetido una y mil veces para justificar su falta de acción: “nuestra lucha es pacífica”. Ésta situación nos ha llevado al grado de convertirnos en un partido electorero, con el cual los sectores críticos de la sociedad no se identifican –particularmente la juventud-, por el contrario nos ubican como uno más que no representa una diferencia con el resto de los partidos.

 

La dirigencia nacional, (impositiva y sometida a la figura de AMLO) ha presentado los avances de Morena en la CDMX como el camino que hemos de seguir, sin embargo no se dice nada ni se hacen balances sobre los resultados que se han tenido en los otros estados, por ejemplo en Colima donde se obtuvo apenas el 0.8% de la votación. Si no hacemos un balance justo de nuestras fuerzas y objetivos se creará en los militantes una visión de incredulidad y por tanto de rutina ante los objetivos. 

 

La creación de los enlaces Nacionales, colocados desde arriba por Andrés Manuel, son la confesión de que el partido se le está saliendo de control, pues con la entrada al partido de ciertos grupos que en su práctica usan métodos burocráticos, éstos se han ido fortaleciendo. En el mejor de los casos los enlaces fungirán como un freno al avance de dichos grupos, pero en el peor, como en el Estado de México, buscarán ser avalados por ellos para someter más a la militancia y fortalecerlos por encima de la base crítica y activa. Se está formando una nueva estructura antidemocrática afín a AMLO por si hay alguna crisis interna él pueda mantener el control del partido.

Además a través de estos enlaces el Nacional ha dictado el plan de trabajo de aquí a 2018 sin consultar a la base, este plan pretende someternos a todos desde ya a los Coordinadores Distritales cumpliendo una serie de tareas impuestas: visitar casa por casa, buscar “Lopez-obradoristas de hueso colorado”, invitarlos a formar un comité de base y a defender el voto en 2018. Este plan es una clara muestra de que la dirigencia de Morena idealiza a las masas, creyendo que la gente está descontenta y enojada con el régimen y que sólo esperan la llegada de un “enviado de AMLO” para organizarse y sea él quien los ilumine y los guíe. 

 

En el Estado de México se ha condicionando la formación de los Comités Ejecutivos Municipales a la conformación del 100% de los comités seccionales. En municipios como Naucalpan el CEM está completamente desmantelado, muchos de sus miembros no continúan o han pasado a tener otros encargos, obligando a la militancia a continuar dividida, desorientada y sin claridad política de lo que debería ser un partido.

Digamos que en el mejor de los casos su fabuloso plan funciona y logramos cubrir el 100% de las casillas a nivel nacional, de manera consciente, sin simulación, logramos que se defienda el voto en todas y cada una de las 150 mil casillas, pero ¿qué pasa si aún así el voto no nos alcanza para tener la presidencia? A los miembros del Nacional se les olvida que no sólo es cuestión de cubrir casillas, sino de hacer un trabajo de politización en las bases, de generar organización, no en torno a la elección y la defensa del voto, sino a través de las demandas sociales, políticas y económicas, para exigir una vida digna para todos.

 

La Tendencia Socialista de Morena

 

Compañeros de Morena en Naucalpan hemos decidido impulsar La Tendencia Socialista de Morena, somos compañeros convencidos de que la tarea dentro de Morena va más allá de la afiliación y visitar casa por casa, nuestra tarea es la de construir un partido de masas que represente a la clase trabajadora y reivindique sus demandas por mejores salarios, prestaciones, acceso a la salud pública, educación gratuita, etc. Pero además debe tener una política abiertamente anticapitalista y socialista, que se plantee la toma del poder para entregárselo a los trabajadores, la destrucción del estado burgués y de todas sus instituciones para crear órganos representantes del pueblo trabajador. Para eso debemos crear el poder popular, crear organización desde abajo, organizar a las masas en comités de lucha, revolucionarios, que discutan y se formen en las ideas del socialismo y que por la vía electoral  y la lucha en las calles busquen llevar al poder al partido que los representa.

 

La Tendencia Socialista está por consolidar una reunión regional para militantes que estén de acuerdo en las ideas del socialismo y en construir una tendencia de pensamiento que de la batalla a lo interno de morena con la formación de cuadro políticos que eleven el nivel y sean capaces de dirigirlo a una batalla contra el régimen y no sólo ser un partido que actúa al margen del Estado. Que rescate a lo interno de las estructuras de morena la democracia, que se escuche la voz y pensamiento de quien recorre las calles, de la gente humilde, los explotados. No queremos una dirección que imponga sino que explique y convenza.