El puerto Lázaro Cárdenas (LC), ubicado en las costas del pacífico michoacano, se ha caracterizado por ser uno de los puertos más importantes para la industria y el comercio de nuestro país. Además de la actividad portuaria existe una importante industria siderúrgica que ahora está en manos de la trasnacional hindú Mittal Steel.

En los últimos días se han hecho anuncios importantes para el desarrollo económico del puerto al mismo tiempo que los conflictos laborales en la siderúrgica e industrias relacionadas se siguen desarrollando. Ante ésta situación contradictoria entre las ganancias millonarias de los empresarios y la incertidumbre laboral de los obreros, debemos de encontrar una respuesta que nos permita organizarnos para cambiar este insoportable estado de las cosas.

El pasado dos de julio el secretario de desarrollo del Estado anunció que, en los últimos cinco años, el crecimiento del puerto de LC ha sido el más exitoso en la industria portuaria mexicana, ubicándose como el líder en manejo de carga con más de 18 mil millones de toneladas anuales. Este crecimiento se ha fortalecido con la actual construcción de la “mega terminal de contenedores” que una vez finalizada será tan grande que todas las terminales existentes en el país podrían caber juntas dentro de ella. Además el gobierno espera contar el próximo año con un aeropuerto de carga en la ciudad. Este desarrollo ha requerido de la inversión pública y privada que en conjunto ha rebasado los 5 mil millones de pesos tan sólo en lo que va del año. Estos exorbitantes montos son una prueba fehaciente de lo rentable que es para la burguesía el invertir en este puerto, cada vez más fundamental para la economía del estado y el país.

Contradictoriamente a las ganancias que genera la actividad del puerto, las condiciones de los trabajadores no resultan igual de prósperas. Esta contradicción se ha expresado en luchas muy aguerridas como las de la sección 271 del sindicato minero, no obstante no son las únicas, en empresas subsidiarias a la siderúrgica Las Truchas también se han desarrollado procesos de lucha por mejorar las condiciones laborales, en muchas ocasiones las luchas no son tan visibles dado que, en estas empresas no existe el derecho a sindicalización además de que los patrones se esmeran por forzar a los trabajadores a asumir relaciones laborales dispersas y por ende más sujetas a las condiciones de los patrones.

Un ejemplo de las condiciones laborales que privan en estas empresas se ha dado en las últimas semanas donde se ha sobrevenido una oleada de despidos arbitrarios e injustificados. Un caso a resaltar es el despido de Rubén Cervantes Rubio, con 25 años de antigüedad en la acerería que actualmente ostenta Arcerol Mittal, este despido se da en el marco de la organización de los empleados de confianza (en realidad trabajadores de base) para obtener un bono de productividad. Este caso no es aislado, Rubén Cervantes forma parte de los 21 trabajadores despedidos sin ninguna clase de liquidación en las últimas dos semanas.

Estos despidos obedecen a razones políticas más que laborales, el crecimiento y bonanza para los bolsillos de los capitalistas están en relación inversa a los derechos de los trabajadores, el problema de fondo no es la falta de recursos para ofrecer salarios adecuados, prestaciones, jubilaciones, etcétera, si no en que estas medidas irían en detrimento de las millonarias ganancias de los capitalistas. Por ello los patrones temen a la organización obrera y recurren a los despidos.

Los trabajadores, por nuestra parte, no debemos de cesar en la organización, aún cuando los despidos sólo se apliquen a un sector, pues de prevalecer las actuales condiciones somos presa fácil de los patrones, peligrando nuestro empleo en cualquier otro momento. Los trabajadores tenemos que manifestarnos por la reinstalación de los compañeros y el alto a los despidos, máxime si se trata de compañeros a los que se les ha reprimido por su participación en la lucha por mejorar las condiciones del conjunto de trabajadores. Además de ello tenemos que realizar una agitación en el conjunto de las empresas, inicialmente del ramo e incluso empresas no relacionadas directamente.
Es particularmente importante mantener los vínculos con la sección 271 del sindicato minero (recordemos que en la huelga que protagonizaron en el 2006, la empresa intentó utilizar a los trabajadores de confianza como esquiroles para reventarla, a lo cual no accedieron pues mantuvieron su apoyo a la lucha) el exhorto de solidaridad debe de realizarse a la dirección del sindicato pero también a las bases. Evitar el aislamiento es una tarea fundamental.

Las luchas del sindicato minero han demostrado la eficacia de la huelga como un método de lucha que dificulta a los patrones evadir sus obligaciones con los trabajadores. Una campaña local por la huelga general para llevar adelante las demandas más sentidas de los trabajadores sindicalizados y de confianza tendría un eco importante, el solo hecho de debatir esta posibilidad ya sería un paso adelante. Hacer conscientes a los trabajadores de que existen alternativas para mejorar sus condiciones es un primer avance en la organización y defensa de los derechos laborales.

La lucha contra los despidos debe de vincularse a la necesidad de la organización permanente, los sindicatos son necesarios para enfrentar las arbitrariedades de los patrones de forma unificada y organizada. Incluso aunque no es sencillo que estas organizaciones sean reconocidas los trabajadores deben de mantenerse organizados aún sin el reconocimiento legal.

Las contradicciones entre los intereses patronales y los de la clase obrera se pueden mantener estables en determinados periodos, sin embargo las perspectivas de crisis para la burguesía a nivel mundial les lleva a evitar casi cualquier tipo de mejora permanente para los asalariados, esto es lo que hace más necesaria la organización estable de los trabajadores así como asumir métodos de lucha como la huelga general.

¡Reinstalación de Rubén Cervantes Rubio y los 20 despedidos de Arcelor Mittal!
¡Solidaridad con la lucha de los trabajadores de confianza!
¡Unidad de los sindicatos y el PRD por la defensa de las conquistas laborales!