Los maestros campechanos están dando una cátedra de historia al Gobierno del Estado. El domingo una gran marcha de 8,000 maestros salieron a las calles a protestar por la recién aprobada reforma educativa. No se recuerda una manifestación de esta magnitud en la pequeña ciudad de Campeche. Más del cincuenta por ciento del magisterio se manifestó en el circuito baluartes.

Además, organizaciones no gubernamentales, catedráticos de la Universidad y del Instituto Campechano, estudiantes de diferentes normales y otras escuelas de educación superior se han solidarizado abiertamente con el movimiento magisterial.

Sin embargo, la situación de efervescencia social iría aún más lejos. El 11 de septiembre se realizó otra marcha de mayor intensidad combativa concluyendo en el Palacio de Gobierno. En estos dos días el movimiento magisterial aprendió más que en varias décadas una importante lección: ¡el gobierno no está dispuesto a dialogar más que con la fuerza cuando atentan contra sus intereses de clase!

A las seis de la tarde, así como en todos los estados de la República Mexicana, las fuerzas  del régimen desalojaron violentamente a los profesores que resistieron golpes, bombas de gas lacrimógeno, linchamiento mediático y las constantes lluvias. El saldo fue de cinco detenidos, docentes heridos, pero los maestros mantuvieron con firmeza la Plaza de la República como símbolo de resistencia ante la intimidación de los antimotines.

Después de la refriega y con los ánimos todavía encendidos, los profesores aprenderían una segunda lección, que los más convencidos tienen que trasmitir ánimo de lucha a los compañeros más titubeantes. A las ocho de la noche, el núcleo avanzado en conciencia del magisterio, levantó toldos y decidieron no abandonar la plaza. Horas antes, maestros disidentes bloquearon la carretera principal de Escárcega y otro contingente de profesores rurales logró llegar a la ciudad en la madrugada del 12 de septiembre para sumarse a sus compañeros de la Plaza de la República.

Por su parte, el régimen que mostró el rostro del totalitarismo y la astucia gobbeliana de pronunciar de forma sistemática a todas las radios, periódicos y medios en general, su mensaje a los maestros, que no es otra cosa más que convencer a la opinión pública de “que el estado actuó bien y no hizo uso de la fuerza” responsabilizando a los maestros de la golpiza que recibieron. Lo cual ha todas luces es falso. La intimidación ha pasado los límites porque se mantiene en estado de sitio gran parte del centro histórico.

Sin embargo, los maestros ha entendido que no deben caer en ninguna provocación por parte del estado, que ataca por dos vías, la blanda los medios de comunicación (exceptuando el Proceso, la prensa independiente y el POR ESTO) por lo que se requiere usar las redes sociales y la prensa informal, como volantes y panfletos que informen adecuadamente a la población de lo que está sucediendo.

Por otro lado, está  la fuerza, los aparatos de seguridad se mueven hasta este momento en dos dimensiones infiltrados de gobierno y antimotines. Es necesario plantear una estrategia más flexible que le de mayor movilidad y rapidez de reacción a la base magisterial concentrada en la plancha de la república, actualmente se encuentra rodeada por la fuerzas del ”orden”-no debe olvidarse eso. Por ejemplo, una solución sería ubicar contingentes de maestros en las diferentes plazas céntricas de la ciudad, como la Alameda, San Martín,  sin descuidar la plaza.

Los liderazgos hablan de organización de abajo, dividiendo a los maestros por municipios y dando comisiones para resistir las inclemencias del tiempo, y hacer cara a las presiones físicas y psicológicas del Gobierno del Estado, lo cual es ahora correcto.

Lo importante  ahora es mantener una resistencia organizada, tranquila pero firme que atienda las condiciones materiales, alimentos, casas de campaña; y las políticas, por lo que se requiere un consejo democrático eficaz que involucre a más grupos y sectores sociales. Está claro que el Gobierno del Estado no responderá a las demandas de los maestros más con el uso de la fuerza y la compra de conciencias. Ante lo cual, el objetivo más importante es acrecentar la base de apoyo magisterial que refrende una victoria importante: ¡que los maestros den el 15 de septiembre en la plaza de la república el grito de los libres!

Por su parte, es necesario seguir organizando moderadas marchas en la periferia de la ciudad sin descuidar la concentración en la plaza. Es esas marchas los manifestantes tiene que dar a conocer sus principales demandas a la población e invitarlas a que se sumen a esta lucha que es de todos. Además que no permite que las fuerzas del régimen rodeen a todos los maestros, facilitándoles el trabajo a los antimotines.

La gran parte de la población del estado no sale del asombro por  el uso desproporcionado de la fuerza en contra de los maestros, se encuentra indignada una parte importante de los habitantes de la ciudad. ¡Aprovechadlo!

Nosotros los marxistas entendemos bien que la Ley que Reforma la Educación en México, junto con la Reforma Energética y Fiscal son parte de una coyuntura privatizadora que intenta echar para atrás las conquistas de la clase trabajadora mexicana. La diferencia está en que ahora el capitalismo global se encuentra en crisis y en una profunda recesión económica por lo que hará todo lo posible por hacer pagar a los que menos tienen por su déficit financiero, como un cronos que devora a sus hijos.

En este sentido, la clase obrera organizada tiene que entender que junto con las bases del morena y los maestros, los estudiantes, organizaciones independientes, zapatistas, existe la necesidad urgente de formar un Frente Democrático Popular y Revolucionario, no sólo para frenar las reformas neoliberales sino que sea el germen de un nuevo modelo económico y político para México y Campeche.

A pesar de todo, los maestros han conseguido sendas victorias en todos los terrenos: han hecho escuchar la voz del magisterio local, resistieron la embestida del estado con inteligencia,  con estrategias no violentas; mantuvieron el campamento en la plaza de la república y se ganaron las simpatías de muchos sectores de la población campechana.  AVANTI.