Javier Sicilia y la segunda caravana, ahora ¿qué sigue?

Escrito por: 

Rubén Rivera

El día 19 de septiembre terminó la segunda caravana por la paz con justicia y dignidad, encabezada por Javier Sicilia, la cual recorrió más de diez estados del sur del país y que incluyó a cientos de personas.

La caravana recogió testimonios de las injusticias cometidas en contra de la población civil en el marco de la guerra del conflicto del narcotráfico que  se da en distintos planos, entre ellos las agresiones en de los distintos gobiernos en contra de los luchadores sociales, como es el caso de Oaxaca, donde el gobierno de Ulises Ruiz dejo una estela de represión  tan grande como en la época de la llamada guerra sucia, o el Estado de Guerrero donde la política del anterior gobernador, Zeferino Torreblanca tampoco se significó por el respeto a los derechos humanos;  en el estado de Chiapas, tanto con  Sabines como con su antecesor  la estela de abusos y corrupción no cesó, lo mismo puede decirse del estado de Veracruz.

Otro plano es el del desarrollo de la delincuencia organizada y sus redes de impunidad tanto en el tráfico de drogas como en el de personas, en este destaca por supuesto el abuso sistemático a los migrantes centroamericanos que se extiende a lo largo de toda la  vía ferroviaria desde el sudeste hasta la frontera y en la cual están coludidos por complicidad o omisión los funcionarios de todos los niveles de gobierno.
Durante todas y cada una de las paradas que hizo la caravana se levantaron testimonios de las vejaciones que la población y los luchadores sociales sufren tanto de los gobiernos como de los delincuentes.  Como foro de denuncia la caravana jugó un papel destacado, no obstante en otros aspectos se hizo patenta la gran necesidad que dicho movimiento tiene de la unidad con otros sectores en lucha.  Esto se hizo patente en la recepción misma de la caravana en la ciudad de Mexico a la cual asistieron unos pocos miles de personas, lo cual contrasta con las mutitudinarias convocatorias en las primeras semanas de movilizaciones
¿A que se debe este desgaste tan prematuro? Ciertamente no a que las demandas no sean justas o a que haya disminuido el descontento y el dolor de victimas y familiares sino a la ctitud francamente contradictoria que la dirección del movimiento ha asumido frente a lo que ellos llaman “sociedad política”.
En primer lugar la dirección del movimiento no ha hecho un llamado serio a organizarse;  no tiene estructuras fijas ni un mando reconocido y electo por sus simpatizantes, se trata más bien de un pequeño grupo que lo define todo y convoca, por supuesto la participación que en un inicio era entusiasta de parte de decenas de miles de ciudadanos, al no encontrar espacios para intervenir tiende a separarse y perderse.
A lo externo tampoco ha habido un llamado serio a las organizaciones que realmente están enfrentándose al estado; sindicatos, campesinos y el Morena a construir un frente unido para realizar las demandas de paz con justicia. Ello incluye al propio EZLN con el cual, durante la visita a Chiapas, no hubo un contacto formal.
Donde se ha habido intentos casi incondicionales para efectuar reuniones y tratar de llegar a acuerdos ha sido con los representantes del Estado, esto es Presidencia de la Republica, gobernadores, diputados y senadores.
En estas a manera de ritual se han combinado denuncias y reclamos con actitudes serviles como besos y abrazos o la aceptación de un grupos de seguridad personal para la dirección del movimiento integrado por miembros de la Policía Federal Preventiva y de la Procuraduría General de la Republica, los cuales en algunos casos decidieron dónde ir y donde no ir durante la recién terminada caravana, ejemplo de ello fue la decisión de no internarse en territorio guatemalteco, como esta previamente definido, al no poder contar en este tramo con la protección estatal ya señalada.
Mas definitoria ha sido la actitud crítica y casi de menosprecio de frente a organizaciones como el Morena, por ser políticas. Mientras se hace una crítica genérica a “los políticos” se deslinda al Presidente de su responsabilidad en la violencia.
Por supuesto La violencia verbal de Sicilia en contra de reporteros y “radicales” de algunas ONG’s hace poco creíble su  supuesta filosófica gandhiana.
En suma, el movimiento, enredado en sus propias contradicciones se sume en un callejón sin salida. Cuestión que de ninguna manera debería alegrarnos.
Es cierto que el problema de la violencia es sistémico y que nombres de políticos pueden ir y venir in que ello signifique un verdadero cambio, pero también es cierto que para atacar realmente dicho problema es necesario cuestionar al régimen desde sus bases económicas y sociales, cuestionando al capitalismo, que al fin de cuentas el narcotráfico y la delincuencia organizada son otra forma más de capitalismo y no hay manera de establecer donde empieza  su rama delincuencial y la empresarial formal.
En este contexto la lucha contra el régimen político debe pasar en primer lugar por un frente unido para luchar por la caída de este gobierno, que ya sea por comisión o por omisión no es parte de la solución sino parte del problema.
Un llamado serio a formar un frente anticapitalista significaría mil veces más importante que diez reuniones y otros tantos besos con Calderón.

Fecha: 

Septiembre de 2011

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