Con la liquidación de la totalidad de los trabajadores y el compromiso de recontratación de una tercera parte del personal (el despido del 70%), la liquidación de su contrato colectivo y la reducción de su salario en un 40%. la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA) y las Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) aceptaron el “ofrecimiento” de PC Capital para reanudar las operaciones en lo que fuera Mexicana de Aviación, quebrada artificialmente por Gaztón Azcarraga para destruir los derechos laborales de los trabajadores, la actitud vergonzosa y entreguista de la dirección sindical ha permitido que las intenciones del magnate se hayan cumplido a cabalidad.

En asambleas maratónicas los pilotos y sobrecargos aceptaron mutilarse y bajarse el salario por una mayoría de 800 trabajadores, siete de cada diez votaron en este sentido; esta decisión suicida no puede entenderse sin la actitud de la dirección sindical de ambos sindicatos, ni Fernando Perfecto líder de ASPA ni Lizette Clavel líder de ASSA propusieron jamás una ruta de lucha por mínima que fuera, apenas y se realizaron algunos mítines, no plantearon la unidad en la acción con el SME, ni los mineros, no con los maestros, ni con el movimiento de AMLO; desde el principio su orientación estuvo en inclinar la cérvix lo más posible mendigando con la burguesía, rogando por inversiones y ofreciendo la entrega de sus derechos, con una dirección así no sorprende demasiado que los trabajadores, al no ver ninguna alternativa, votaran de esta manera en un contexto de desempleo masivo y ataques brutales a los sindicatos. Quizá la explicación de la votación fratricida de los trabajadores este, también, en la debilidad de la corriente crítica y combativa, pero es indudable que ésta existía aunque fuera latentemente como lo muestran las votaciones mismas, como lo muestra la indignación de sectores de los trabajadores y las propuesta radicales que existían (tomar la pista del Aeropuerto, etc.) esto último es la clave de una futura recomposición.
Los trabajadores aprenderán con su propio sudor que el resultado será la eliminación de los derechos conseguidos tras 80 años de lucha, mayor explotación, menos salario, etc. Los trabajadores dignos que votaron en contra de esta ignominia no tendrán otro camino que organizarse y formar una corriente democrática y combativa dentro de su organización; aunque sin duda se trata de un golpe duro que sin duda provocará desmoralización al no haber existido ninguna lucha seria, también es cierto que no será la última batería de ataques y que en el próximo asenso de la lucha de masas (probablemente dentro del marco de las elecciones del 2012) los trabajadores tendrán la oportunidad de sacudirse la derrota y organizarse para recuperar sus derechos, ello dependerá de la formación de una dirección sindical a la altura y la destitución de la actual dirección que ha demostrado que su lugar está en el basurero de la historia.