Bolivia: El golpe reaccionario se desarrolla, ¡es necesaria la acción!

Escrito por: 

Corriente Marxista Internacional

La presente versión es un resumen del artículo publicado en la página de internet militante.org: Bolivia: El golpe reaccionario se desarrolla, ¡es necesaria la acción!

En Bolivia se viven grandes enfrentamientos entre la oligarquía, apoyada por el imperialismo norteamericano por un lado, y las masas que apoyan al gobierno de Evo Morales por el otro. El intento de la oligarquía de derrocar al gobierno ha fracasado, por ahora. No consiguieron tomar el poder y provocaron una respuesta masiva por parte de los trabajadores y campesinos; sin embargo la última palabra no está dicha, lo que está claro es que no hay forma de conciliar los intereses de la oligarquía y los intereses de los trabajadores y campesinos bolivianos.

El martes 9 de septiembre marcó un punto culminante en la ofensiva reaccionaria de la oligarquía en Santa Cruz y otros departamentos en el oriente del país, donde la oposición controla los prefectos regionales.

El jueves 11 de septiembre, 30 personas murieron asesinadas y 50 resultaron heridos en los enfrentamientos en el departamento de Pando. Un grupo de campesinos que viajaba a Cobija, la capital departamental, para asistir a una asamblea de masas convocada para organizar la resistencia contra la ofensiva de derechas fueron interceptados por un grupo de empleados del prefecto regional, éstos viajaban en volquetas del servicio de caminos e iban armados con escopetas y ametralladoras. Como resultado de este ataque indiscriminado, murieron 30 personas y muchos más aún siguen desaparecidos. Éste es el número más elevado de muertes en la reciente oleada de violencia.

El ambiente en las fábricas y comunidades de campesinas por todo el país es de rabia y al mismo tiempo impotencia, porque se permite a la oligarquía atacar las oficinas del gobierno, los locales de las organizaciones sociales, los aeropuertos, campos de gas, aduanas, etc., sin respuesta del gobierno. Hierven de descontento pero nadie les da una dirección.

La inactividad del gobierno de Evo Morales

La oposición en Bolivia representa los intereses de los grandes grupos empresariales, el sector bancario y los grupos agro-capitalistas en alianza con las multinacionales extranjeras y el imperialismo norteamericano. Temen perder importantes parcelas de su poder económico y político. Creen que ya han perdido el control del gobierno central y son conscientes de que la aprobación de la nueva constitución (para lo que ha convocado el gobierno un referéndum el próximo 7 de diciembre) podría ser el principio de una reforma agraria que afectaría seriamente a sus propiedades. Desde su punto de vista lo que está en juego es muy importante y no han dudado en utilizar todos los medios a su disposición, legales e ilegales.

El problema es que los dirigentes del MAS y el gobierno quieren utilizar sólo métodos estrictamente legales e institucionales. La lucha de clases no es como un juego de ajedrez, donde los oponentes se atienen a las reglas del juego. Se parece más a un combate de boxeo donde tu contrincante está utilizando todo tipo de trucos sucios y también controla al árbitro. Si el gobierno del MAS quiere continuar jugando al ajedrez, mientras la oligarquía está luchando un combate de boxeo, está claro quién va a ganar.

La oligarquía es una minoría, pero está bien armada, financiada y está a la ofensiva. El gobierno, por otro lado, se le ve actuando de una manera débil, sin responder a estos ataques. Este hecho puede tener un efecto desmoralizador sobre las masas de trabajadores y campesinos que apoyan al MAS y al gobierno. La única manera de contrarrestar el golpe oligárquico que vemos ante nuestros ojos es a través de la movilización de masas de la población en las calles.

Es el momento de contraatacar

La Confederación Obrera Boliviana (COB) y las organizaciones campesinas e indígenas deberían organizar cabildos abiertos en todas las ciudades y áreas rurales para discutir el golpe que se está desarrollando. En estas reuniones se deberían organizar asambleas populares y comités de autodefensa para defender a las organizaciones obreras y campesinas, para limpiar las calles de bandas fascistas. Deberían exigir la aprobación inmediata de un decreto de expropiación de las propiedades y riquezas de todos aquellos que colaboran, participan y financian el golpe de la oligarquía. La implantación de este decreto no debería dejarse en manos de los fiscales, jueces y oficiales de policía, en la mayoría de los cuales no se puede confiar, sino que debería ser llevado a cabo directamente por las organizaciones obreras y campesinas bajo la autoridad de las asambleas populares de masas.

El ataque de la oligarquía sólo se puede detener con la acción de las masas en las calles, pero éstas deben estar armadas. Hace 35 años, unos días antes del golpe militar en Chile, un millón de trabajadores se manifestaron en Santiago, exigían armas para defenderse contra el golpe que todo el mundo sabía que llegaría. Salvador Allende creyó hasta el último minuto que el ejército y la oligarquía iban a respetar la institucionalidad democrática. Como resultado, él fue asesinado junto a miles de trabajadores, campesinos y jóvenes. El país se hundió en décadas de dictadura feroz. Esa debería ser una poderosa lección.

Las masas de trabajadores y campesinos en Bolivia han demostrado su coraje y determinación revolucionaria durante estos últimos años y a través de la historia. Pueden en cuestión de días barrer a un lado a la clase dominante, si están armados con un programa claro y organizados con un plan de lucha preciso. En Abril de 1952, los mineros solos aplastaron al ejército burgués y tomaron el poder. Esa hazaña se puede repetir. La amenaza es muy seria. No es el momento de las vacilaciones, es el momento de contraatacar y destruir el poder económico y político de la oligarquía.

¡No al golpe en Bolivia o Venezuela!
¡No a la interferencia de EEUU!
¡Es hora de aplastar a la oligarquía contrarrevolucionaria!
¡Ni un paso atrás en la lucha por el socialismo!

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