Propuesta de programa de los Jóvenes de Izquierda Social

Escrito por: 

Comisión de Documentos Encuentro JIS

Esta es la propuesta de programa que se discutirá en el primer encuentro nacional de Jóvenes de Izquierda Social que se realizará el próximo viernes 23 a partir de las 12:00pm en el Circo Volador Afuera del metro La Viga.

PROGRAMA

De acuerdo a estadísticas oficiales la población de entre 15 y 29 años representa poco más de la cuarta parte de la población de México, lo cual significa que alrededor de 29 millones 100 mil personas en nuestro país son jóvenes.

De éstos, 14.4 millones son hombres y 14.7 millones son mujeres, es decir, hay 97.4 hombres por cada 100 mujeres.
Las y los jóvenes no somos ajenos al proceso pauperizador acrecentado en México desde la instauración del neoliberalismo.
De acuerdo a cifras del Instituto Mexicano de la Juventud, en nuestro país 7 millones de hombres y mujeres jóvenes no estudian ni trabajan. Esto significa que casi el 25% de las y los jóvenes carecen de perspectiva académica y laboral.
Según la encuesta de ocupación y empleo 2007, sólo 34% de las y los jóvenes van a la escuela; el promedio de estudios es de 9.6 años, es decir, la gran mayoría apenas concluye su educación básica, mientras que la tasa de analfabetismo en este núcleo poblacional es del 2.3%.
En lo que se refiere al ámbito laboral, las cifras oficiales revelan que la Población económicamente activa de entre 15 y 29 años representa el 33.1% de la fuerza de trabajo actual.
Aún más, las y los jóvenes son el núcleo de población más propenso a la migración. Las cifras del conteo de población 2005 del INEGI revelan que de 2.7 millones de migrantes, más de un millón son jóvenes mujeres y hombres.
Asimismo, la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 indica que el 15.5% de las y los jóvenes presenta adicción al alcohol, además de señalar que en tan sólo seis años se incrementó en un 50% el número de personas adictas a drogas ilegales. Todos estos datos redundan en el incremento de la vulnerabilidad en las y los jóvenes.
Las cifras oficiales nos muestran, además, que la llamada guerra contra el narcotráfico es la fase mediática de otra guerra, ésta silenciosa y subterránea: la guerra del Estado Mexicano contra las y los jóvenes.
Según datos del sistema penitenciario, en 2006 40 de cada 100 presuntos delincuentes del fuero federal fueron jóvenes. En el fuero común la proporción crece, ya que 49 de cada 100 presuntos delincuentes fueron menores de 29 años.
Este panorama se recrudece en las jóvenes que muestran menor nivel de acceso a la educación, menores ingresos -aún desempeñando el mismo trabajo que un hombre- y una mayor propensión al uso de drogas, así como una mayor exposición a la violencia familiar, social, en el noviazgo, comunitaria y del Estado.
Son especialmente vulnerables las personas jóvenes indígenas y de la comunidad LGBTTTI, debido a que son el blanco de discriminación y marginación en todos los ámbitos.
Al momento, la problemática de las juventudes sólo ha merecido la indiferencia del Gobierno Federal y de la mayoría de los gobiernos estatales, que sólo atinan a dar respuestas coyunturales, de corte electoral, o frases hechas que no significan ninguna estrategia concreta para atender a este sector poblacional.
Los partidos políticos plantean que el desinterés de las y los jóvenes en lo político como un problema de las juventudes, no de las organizaciones políticas. Al interior de los organismos políticos, las y los jóvenes son una cuota que llenar o una cartera interna que asignar, no más.
En este sentido Jóvenes de Izquierda Social (JIS) emerge como una expresión que pretende convertirse en un instrumento de las y los jóvenes mexicanos para transformar la realidad de México y sus juventudes.
Nuestro objetivo es hacer propias y dar solución a las demandas e inquietudes que las y los jóvenes tienen en los diversos aspectos políticos, sociales, culturales y económicos. Por lo tanto, estamos abiertos a jóvenes militantes de los Partidos de la Revolución Democrática, Convergencia y del Trabajo, así como a mujeres y hombres jóvenes que participan en el Movimiento Nacional por la Defensa de la Soberanía Nacional, el Petróleo y la Economía Popular, e igualmente  a quienes forman parte de organizaciones populares, sociales, sindicales, estudiantiles, culturales y a las y los jóvenes que -sin tener militancia en ningún movimiento u organización- están interesados en transformar a México.
En nuestra primera etapa nos planteamos el siguiente programa, que resulta mínimo dadas las problemáticas y los retos de las juventudes, aunque aspiramos a que nuestros documentos básicos sean ampliados y enriquecidos por las y los jóvenes de todas las esferas.
Cada uno de los puntos del presente documento serán presentados a los miembros de la Comisión Política Nacional de Izquierda Social (CPNIS), así como a los militantes de Izquierda Social (IS) que ocupan cargos de elección popular en cualquier nivel de gobierno, así como a quienes se desempeñan en el Servicio Público. El objetivo es que hagan propio este programa y tracen rutas e iniciativas para darle cumplimiento.

Educación.
La aplicación del modelo neoliberal en México ha significado una reorientación de la educación por parte del Estado para adecuarla a los intereses del mercado y subordinarla al gran capital privado.
Por un lado, se han modificado los planes y programas de estudio, para generar ciudadanos dependientes, acríticos, apáticos a las problemáticas sociales y en lo que a la formación profesional respecta, la política educativa neoliberal busca formar solamente técnicos y así perder el carácter científico y creativo de la educación.
Con la reforma al artículo 3º de la Carta Magna, el Estado elude la obligación de financiar la educación superior; en los últimos 10 años la matrícula universitaria aumentó en números absolutos un 35%, sin embargo el gasto real por alumno bajó 37% y el subsidio a la educación superior disminuyó en un 8%.
Las instituciones públicas de educación superior satisfacen menos del 25% de la demanda educativa; tan sólo en 2009 la UNAM rechazó más de 100 mil estudiantes, mientras que el IPN a cerca de 70 mil con lo que se propicia que los estudiantes busquen opciones en las universidades privadas y de mala calidad, lo que significa la privatización indirecta de la educación mediante la reducción del presupuesto.
Los y las Jóvenes de Izquierda social estamos convencidos de que la educación debe tener en primera instancia, un carácter formativo y su función primordial es la de educar ciudadanos libres, críticos, y sensibles a las problemáticas sociales así como a las distintas manifestaciones del arte y la cultura, con habilidades profesionales específicas que les permitan ofrecer soluciones a problemas de cualquier índole.
Que el papel de la educación pública va más allá que el de fungir como centros de capacitación para el trabajo. Y vemos a la educación como un instrumento de desarrollo social, económico, político y por tanto humano, que debe contribuir a la satisfacción de las necesidades nacionales.
Por todo esto, las y los jóvenes de Izquierda Social nos pronunciamos por fortalecer la educación pública, laica, científica, objetiva, democrática, integral y gratuita en todos los niveles:

•    Erradicar el analfabetismo.
•    Destinando el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) a la Educación, mientras que la investigación debe recibir al menos un 3% del PIB.
•    Para que la gratuidad de la educación sea efectiva, todos los niveles de gobierno deben destinar recursos para dotar gratuitamente de alimentación, uniformes, útiles escolares, gratuidad del transporte a todos los alumnos que cursen sus estudios en escuelas públicas y, abolición de las cuotas y pagos de servicios.
•    La creación de un sistema de escuelas infantiles públicas para proporcionar educación de estimulación tempana gratuita a todos los niños de 0 a 3 años.
•    Escuelas de nivel básico de tiempo completo.
•    Que la educación media superior sea de carácter obligatorio.
•    Inclusión de materias de desarrollo artístico, deportivo, histórico y cívico.
•    Promoción de los derechos sexuales y reproductivos, en todos los niveles educativos.
•    Que la educación sea pluricultural y respete la identidad cultural, social y la lengua madre de las y los estudiantes.
•    De igual forma, en cumplimiento del artículo Primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nos pronunciamos por erradicar todo tipo de discriminación en los planteles escolares.
•    Por instaurar a nivel nacional un sistema universal de becas que en los hechos sería un salario estudiantil.
•    La creación de casas-residencia para estudiantes fuera de su lugar de origen, a cargo del presupuesto federal, dignas y con todas las condiciones y medios.
•    Se deberá dotar y/o mejorar la infraestructura necesaria que promueva el desarrollo integral de las y los estudiantes.
•    Garantizar que todo estudiante que quiera acceder a la educación superior, logre hacerlo.
•    Luchamos por democratizar la enseñanza, y consideramos necesaria la representación paritaria de las y los alumnos en todos los órganos de gobierno y Consejos (Generales, Técnicos, Académicos, etc.)
•    Erradicación de todo tipo de cuerpos represivos y de control, como porros y grupos de choque.
•    De igual forma nos pronunciamos por salarios justos y democracia sindical para las y los trabajadores de la educación.
•    Plenos derechos democráticos de los estudiantes. Derecho a organización, asamblea y reunión, fortalecimiento de la organización estudiantil representativa y el impulso de la misma donde no la exista.

Cultura, Tiempo Libre, Esparcimiento y Deporte
Entendemos este concepto de manera amplia, por eso vamos más allá de proponer el acceso a los bienes y propuestas culturales. Proponemos, además, la creación de foros para que las juventudes se expresen y compartan sus visiones.
No sólo eso, las propuestas de las y los jóvenes de Izquierda social se orientan a fomentar la competencia cultural de la infancia y la juventud, lo cual universalizará realmente las propuestas artísticas. No sólo basta tener costumbres y visiones del mundo ricas, también es necesario fomentar las habilidades para preservarlas y hacerlas trascender en el tiempo.
Para ello, es necesario crear talleres artísticos desde los primeros años de la educación básica, que hagan de niños y jóvenes personas competentes para plasmar sus ideas mediante la creación artística sin importar su clase social.
Asimismo, es vital para ello crear espacios en los medios de comunicación de masas para que este tipo de expresiones vayan más de los intereses comerciales.
Por ello, nos manifestamos por democratizar, los medios electrónicos, multiplicar los permisos para radio y tv comunitarias o, en su defecto, obligar a las entidades federativas que cuentan con sistemas de radio y tv a impulsar una visión de Estado en estos medios, que sirvan como foro de la sociedad no como espacio para la propaganda y apología gubernamental.
De la misma manera es importante que el Estado provea gratuitamente del servicio de Internet para erradicar la brecha cultural en este ámbito.
Asimismo, es imprescindible que la materia de educación artística en primarias y secundarias constituya una verdadera herramienta formadora y atienda las inquietudes reales de los alumnos para que se fomente el arte como medio de expresión juvenil, no como un requisito estéril.
Así mismo se debe de impulsar planes de fomento al deporte y la cultura en barrios, colonias, pueblos y rancherías, particularmente casas de cultura y centros deportivos comunitarios.
En lo que se refiere al deporte nos manifestamos por fomentar su práctica como parte de la vida cotidiana de las personas. Para ello, es necesario que en los niveles básicos de educación se revitalice la materia y que sirva como semillero de atletas y universalice una verdadera cultura de la actividad física en las personas.
De igual forma, los aspectos preventivos de la salud deben integrarse como asignatura en los niveles básicos de educación, al tiempo que a cada escuela se le dota de servicio médico gratuito para las alumnas y alumnos.

Empleo y Previsión Social
Uno de los aspectos de la bancarrota de un sistema político y económico se refleja en las limitaciones que le pone a la población joven para desarrollar su capacidad creativa y productiva. En nuestro país 30% de la población en edad de trabajar es joven, pero lo es también el 50% de los desempleados.
El desempleo se ha convertido en una enfermedad crónica de nuestra sociedad actual, un puesto de trabajo no es un patrimonio individual sino social, mantenido por diversas generaciones de trabajadores.
Para mitigar los efectos del  desempleo, reivindicamos la demanda que diversas organizaciones sociales y sindicales de izquierda han enarbolado en otros países: jornada laboral de 35 horas sin reducción de salario para distribuir el trabajo entre las manos existentes.
Tan sólo en los 4 años que Calderón lleva ocupando el poder, el salario se ha depreciado un 47%, por lo que debemos reivindicar la lucha por un salario mínimo que alcance a cubrir las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias: canasta básica, cultura, deporte, diversión y esparcimiento, educación, vestido y vivienda.
A igual trabajo igual salario, esto aplica a los jóvenes en relación con los adultos y a las mujeres en relación a los hombres, como lo marca nuestra Constitución Política.
Los jóvenes debemos participar en las organizaciones sindicales y pugnar por su democratización para la defensa plena de nuestros derechos laborales, consideramos necesaria la participación efectiva de las y los jóvenes en las direcciones sindicales.
En cuanto a la seguridad y previsión social, reivindicamos servicios de salud públicos universales y de calidad para toda la juventud, con empleo o sin él, además de luchar por una jubilación y pensión digna para la clase trabajadora.
Reivindicamos la lucha por un seguro de desempleo nacional hasta que se  logre la  incorporación a un puesto de trabajo, particularmente para las y los jóvenes.
Es por eso que luchamos por:

a)    Ninguna discriminación salarial por  edad o sexo.
b)    Salario mínimo que cubra la canasta básica y todo lo relacionado al desarrollo del trabajador y su familia.
c)    Por un puesto de trabajo para las y los jóvenes o seguro de desempleo hasta encontrarlo.
d)    Obtención de la base en un trabajo a los 30 días de laborar.
e)    30 días de vacaciones pagadas por año.
f)    Salario completo en caso de enfermedad o accidente laboral.
g)    Seguro social público, gratuito y universal.
h)    Por la democracia sindical y la participación de  jóvenes en los sindicatos.
i)    Por un plan de obras públicas para la creación de empleos.
j)    Creación de una Banca Social que proporcione créditos  y microcréditos a las y los jóvenes.
k)    Por la administración efectiva  del estado sobre los bienes y recursos nacionales. 
l)    Actualización de los salarios conforme a los niveles reales de la carestía.

Equidad de Género
México no será un país libre y democrático mientras mujeres y hombres estén sometidos a una grave desigualdad social y discriminación en función de su sexo.
Actualmente las mujeres son el sector más discriminado de la sociedad mexicana, si bien es cierto que, derivado de convenciones internacionales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW) la legislación mexicana ha adoptado la prohibición de todas las formas de discriminación hacia las mujeres.
Sin embargo, es necesario promover y garantizar la real y efectiva no-discriminación hacia las mujeres en todas las esferas y de todos los tipos, ya que la realidad social que vivimos es otra.
Una de las grandes batallas por lograr la equidad de género se tiene que dar en los llamados núcleos de la sociedad como la familia. Dentro de la familia, la discriminación se presenta por la asignación de papeles distintos y por la diferencia de oportunidades. Según la Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación, para una de cada cuatro mujeres, el mayor sufrimiento se da precisamente dentro del hogar.
Por lo anterior, las y los Jóvenes de Izquierda Social, tomamos conciencia de esta problemática y nos proponemos lograr la transformación de la relación entre mujeres y hombres combatiendo los estereotipos de género que se nos han impuesto, y que se traducen en relaciones inequitativas de poder y por supuesto en relaciones de violencia.
Los valores que imponen a los hombres sobre las mujeres se han adoptado socialmente hasta el grado de ser “naturales”, por lo que una de las grandes luchas definitorias en contra de la violencia de género y familiar es por la visibilización y desnaturalización de los símbolos socio-culturales que justifican y argumentan necesaria y natural la violencia hacia las mujeres.
En un principio, se pudiera pensar que la violencia familiar es una problemática social que afecta no solamente a las mujeres, sino a todos los integrantes de la familia; sin embargo, es importante tomar en cuenta que el 96 % de las víctimas de violencia familiar son mujeres, se estima que más de 133 mil mujeres en todo el país fueron víctimas de violencia familiar. Incluso, vale la pena recordar que según datos del INEGI en 2005, las muertes de mujeres en México por violencia familiar fueron más que las causadas por delincuencia organizada (2,159 muertes).
A tal grado de violencia de género se ha llegado que podemos hablar de grandes fenómenos sociales feminicidas en México, como lo es el caso de las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez. Por lo anterior exigimos que las leyes nacionales y locales sancionen adecuadamente todas las formas de violencia contra las mujeres y que se establezcan procedimientos adecuados para la investigación y procesamiento de los casos con una perspectiva de género.
Del mismo modo, las y los jóvenes de Izquierda Social vemos con gran prioridad emprender acciones encaminadas a informar, visibilizar, prevenir y denunciar la violencia de género en su plan de acción a nivel nacional. Además de exigir el esclarecimiento, sanción y freno de los asesinatos de mujeres en Cd. Juárez; y en otras entidades.
Por otra parte, resulta importante retomar el tema la participación política de las mujeres en México. Sin duda alguna la participación de las mujeres en este ámbito ha ido creciendo de manera sustancial en los últimos años. No obstante, aún es escasa:
En los últimos treinta años solamente cinco mujeres han gobernado una entidad federativa además de la Ciudad de México; en cuanto a los gobiernos municipales el porcentaje de entre 3.5 y 5 por ciento de mujeres al frente de estos espacios a nivel nacional; y en cuanto al poder legislativo el porcentaje aproximado apenas se acerca al 30 por ciento.
Es por todo lo anterior, que nos pronunciamos por reforzar la participación de las mujeres en todos los ámbitos, desde los barios hasta las estructuras de Estado.
En lo que se refiere a partidos políticos y órganos gubernamentales nos pronunciamos por acciones afirmativas que establezcan un porcentaje obligatorio en la composición y representación de estos espacios en función del género acompañadas de mecanismos que garantices su cumplimiento.
Aunado a lo anterior, exigimos a las administraciones públicas federales, locales y municipales, así como partidos políticos, agrupaciones políticas, sindicales, estudiantiles, organismos públicos autónomos, y legislaturas federales y locales; la inclusión de la perspectiva de género en sus actividades.
De manera especial, demandamos a los gobiernos locales la construcción de sus Programas Generales de Desarrollo y diseño de su política social bajo una perspectiva de género.
Así mismo proponemos que se modifique el artículo 4º Constitucional en su segundo párrafo donde se discrimina a la mujer haciendo uso de un leguaje retrograda al referirse como “el varón y la mujer”, por lo que exigimos que su redacción se modifique para quedar como “hombre y mujer”.
Creemos que un punto fundamental de la agenda en esta materia es el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de los hombres y mujeres.
Particularmente, nos pronunciamos a favor de la interrupción legal del embarazo en todo el país. Reconocemos el gran avance obtenido en la Ciudad de México en el tema. En consecuencia, rechazamos las acciones de gobiernos, partidos y legislaturas que criminalicen a las mujeres que deciden libremente sobre su cuerpo.
En cuanto al acceso al empleo y los derechos laborales, las mujeres han sufrido una grave discriminación, aún cuando forman parte fundamental de la población económicamente activa a nivel nacional. Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en 2009, de las 75.4 millones de personas que trabajan, 40.5 millones son mujeres mientras que 34.9 millones son hombres. Y aún cuando hombres y mujeres desempeñan las mismas funciones, el salario asignado a las mujeres es menor.
El trabajo domestico, que realizan en su mayoría las mujeres las 24 horas del día sin prestaciones o salario, no es reconocido como un trabajo, Por lo anterior, nos pronunciamos por que los gobiernos federales, locales y municipales en todo el país reconozcan el trabajo doméstico como un trabajo real, y realicen las reformas necesarias a la legislación laboral para que éstas mujeres gocen de todas las prestaciones que por derecho tienen. Debemos luchar contra cualquier discriminación laboral, por igualdad de promoción, capacitación y prestaciones sociales para las trabajadoras.
Para mitigar las cadenas del trabajo doméstico de un sector de las mujeres y que la participación de las mismas sea de forma equitativa y plena, la igual que los hombres en el terreno político, cultural, social y laboral, pugnamos por implementar un programa de comedores comunitarios, guarderías y lavanderías públicas a cargo del Estado
De manera especial, nos pronunciamos por el ALTO A LA TRATA DE MUJERES, NIÑAS Y NIÑOS EN MÉXICO Y EN EL MUNDO. Nuestro país se ha convertido en el 5to lugar a nivel mundial en la trata personas. En México se calcula que cada año  20 mil niños, niñas y adolescentes son víctimas de la explotación sexual y 85 mil son usados en actos de pornografía; en 21 de las 32 entidades del país existe turismo sexual, de acuerdo con el Informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América sobre Trata de Personas del año 2008, cifras con las que coinciden el INEGI y el Fondo Internacional para la Infancia.

Diversidad sexual
El progreso social exige que los derechos plenos que se han alcanzado en el Distrito Federal para la población de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transexuales y Transgéneros (LGBT) se extiendan al resto del país para revertir las condiciones de desigualdad y discriminación en que viven millones de personas en México, con políticas públicas y planes transversales de inclusión a partir de la educación, la salud la capacitación y el trabajo.
Es imperativo implementar la educación formal de la sexualidad para educar a la población sobre la Orientación Sexual e Identidad de Género como condición humana de las personas, que revierta tragedias de vida como los embarazos no planeados, abortos clandestinos, cáncer cervicouterino, abandono de infantes, consumo de drogas, divorcios, abuso sexual, violaciones y la expulsión de los hijos del hogar por su condición LGBT.
Promovemos en todo el país el derecho de las personas Transgénero y Transexuales a tratamientos hormonales, psicológicos y a la reasignación para la concordancia sexo-genérica a partir del reconocimiento de su identidad de género.
Impulsaremos campañas de prevención de infecciones de transmisión sexual y la atención integral para personas que viven con VIH/SIDA.
Reconocemos el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo que otorga derechos de salud, patrimoniales, de filiación y la adopción homoparental.

Jóvenes con discapacidad
El problema es que la exclusión no solo supone un atentado a la dignidad personal de quien la padece, sino también un daño social que priva al colectivo de las aportaciones que pudieran haber partido de la persona excluida, impidiendo que se aprovechen las capacidades y el potencial de todos los miembros de la sociedad.

Inclusión significa avanzar hacia una sociedad en la que todas las personas se reconozcan como iguales -sin importar su origen étnico, social, preferencia sexual, discapacidad o identidad genérica- y puedan desarrollar juntas proyectos vitales en beneficio de la colectividad.
Debido a esto, es necesario que se interiorice en la sociedad la idea de que las diferencias que parecen notorias en nada alteran la esencia de igualdad en dignidad y derechos de las personas con discapacidad.
En este sentido, es indispensable impulsar a nivel nacional políticas públicas adecuadas para su tratamiento, rehabilitación, desarrollo e integración social, con una perspectiva de no discriminación ni marginación social, que incluyan la noción de insertar el tema de la discapacidad en los diversos aspectos de la vida de la población (economía, política, deporte, cultura, etc.), es decir, que fomenten su presencia permanente en las organizaciones de la sociedad civil, en las dependencias gubernamentales, así como en las instituciones privadas.

Del mismo modo se debe de hacer valer lo señalado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su artículo primero reconoce que “los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Las y los Jóvenes de Izquierda Social estamos convencidos de que el respeto y el cumplimiento de los derechos de los y las jóvenes con discapacidad, debe de verse reflejado en la creación y reforzar opciones políticas, laborales, educativas, deportivas, culturales, las cuales permitan un desarrollo equitativo e incluyente para este grupo poblacional.

Es por esto que proponemos:
 
•    Hacer un conteo preciso del número de personas con discapacidad que habitan en el país, por grupos de edad y condiciones de marginación.
•    Crear un sistema de salud gratuito y de calidad para personas con discapacidad, en donde reciban atención oportuna y necesaria por su tipo de discapacidad.
•    Impulsar un sistema de becas universales.
•    Incitar la creación de fuentes de empleo para estas personas, mediante  la estimulación fiscal a las empresas que las contraten.
•    Hacer valer el artículo 31 de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad que nuestro país ya ratificó.
•    Garantizar el cumplimiento de la ley general del trabajo en lo referente a las personas que quedan discapacitadas debido a algún accidente laboral, incluyendo pensiones justas.
•    Crear espacios adecuados para las personas que sufran de cualquier tipo de discapacidad, y no sólo enfocarse en la creación de rampas para sillas de ruedas.
•    Garantizar una educación de calidad tomando en cuenta la discapacidad específica de cada persona.
•    Promover actividades culturales, deportivas y de esparcimiento para los y las jóvenes que vivan con alguna discapacidad.

Jóvenes del campo e indígenas
Existen 14 millones de indígenas en el país, el 70 % de la población de jóvenes indígenas y de zonas rurales viven en la pobreza; la niñez y juventud indígena es, dentro de los pueblos indígenas, el sector más vulnerable y sufre los efectos directos de esta situación.  Con frecuencia los y las jóvenes indígenas se ven obligados a abandonar sus comunidades y a trasladarse a las ciudades en búsqueda  de empleo o de educación.
En el ambiente urbano, los jóvenes indígenas son a menudo objeto de discriminación, exclusión y son privados de la igualdad de oportunidades en el empleo y la enseñanza.  El trabajo doméstico es la principal opción para las jóvenes indígenas que habitan los centros urbanos, donde sin ninguna reglamentación laboral, la modalidad más común es recibir hospedaje a cambio de su trabajo. Las jóvenes y los jóvenes indígenas optan también por migrar hacia campos jornaleros y fábricas donde son objeto de explotación laboral por parte de empresas donde tienen jornadas laborales de 12 horas o más en condiciones que llegan a afectar gravemente su salud. La desprotección social de las jóvenes, las hacen también objeto de  abuso sexual y las enfermedades de transmisión sexual
Los jóvenes indígenas han manifestado y exigido que existan oportunidades y condiciones igualitarias   para el acceso a la justicia juvenil, ya que aquí no son validos ni ejercidos sus derechos por el color de su piel o por la lengua materna son otra vez objeto de discriminación y exclusión, torturas y tratos crueles por parte del sistema penal
La falta de programas de estudios culturalmente adaptados a los jóvenes indígenas, unida a la discriminación y exclusión de que estos son objeto, aunado a la falta de escuelas y la necesidad de participar de manera activa en la generación de ingresos para la familia, ha creado un fuerte vacío psicológico y social a muchos niños y jóvenes indígenas, así como ha condenado a los y las niñas y las y los jóvenes indígenas a presentar graves deficiencias en su desarrollo educativo y por ende volverse fuerza laboral de poco valor.
Esta situación ha traído como consecuencia, a su vez, en el alejamiento de los niños y jóvenes  indígenas de  cultura y a menudo de sus familias y comunidades. Al considerar a su cultura y tradiciones como instrumentos para seguir siendo excluidos de programas sociales, derechos humanos, acceso a la educación, a la salud, a la recreación, las comunidades indígenas se encuentran ante el grave problema de la conservación de su identidad sin que niñas y jóvenes indígenas se encuentren en situación de vulnerabilidad ante la sociedad nacional.
Las condiciones de las y los jóvenes indígenas son reflejo de la exclusión y la privación de los derechos como ciudadanos que por más de 500 años de esclavitud, guerras, lucha por la tierra, reformas, han dejado los gobiernos  en  los pueblos y comunidades indígenas del país 
Luchamos por:
 
En JIS luchamos por:
a)       Fomento de la lengua y la cultura propias para los pueblos indígenas.
b)       Por programas educativos culturalmente adaptados a las comunidades.
c)       Respeto a las formas de organización tradicional de las comunidades indígenas
e)      Desarrollo integral para el campo
f)       Puesta en práctica de un plan de obras públicas agrario con fondos suficientes para crear puestos de trabajo. 
h)       No a la privatización de los ejidos.
i)        Ninguna discriminación salarial ni laboral para la mujer campesina.
j)        Libertad a los presos políticos indígenas y campesinos del país.

Democracia y Participación Política.
Las y los jóvenes estamos obligados a transformar la vida pública de nuestro país, sólo de esta manera lograremos acabar con la corrupción que ha provocado la gran pobreza y desigualdad que afecta particularmente a las y los jóvenes.
En México no hay normalidad democrática. En los últimos 25 años hemos sufrido 2 lacerantes fraudes electorales; el primero en 1988 contra el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas y el más reciente en 2006 contra Andrés Manuel López Obrador y los ciudadanos que lo elegimos.
Sin minimizar los avances conseguidos, es importante destacar que en las entidades federativas, las prácticas antidemocráticas y los fraudes electorales son comunes.
La alternancia en el poder ocurrida en 2000, no significó una transición democrática, de ahí el fraude de 2006 que concretó la traición a las aspiraciones democráticas de las y los mexicanos.
A causa de esto, llevamos 4 años viviendo con un gobierno ilegítimo, surgido del fraude a la voluntad popular y que, en busca de la legitimidad que no consiguió en las urnas, ha sumido al país en lo que parece una imparable ola de violencia con la supuesta guerra contra el narcotráfico.
Las y los jóvenes de Izquierda Social luchamos por lograr una verdadera democracia política, cuyo elemento fundamental es el respeto al voto. Desde este espacio decimos ¡Nunca más un fraude electoral!
Sin embargo, además de libertad y respeto al sufragio, entendemos la democracia como el régimen político en donde la ciudadanía se involucra en la vida pública, como una forma de vida.
Debemos ir más allá de ser sólo “votantes” y convertirnos en ciudadanos que ejerzan plenamente sus derechos políticos y electorales.
El primer paso para la construcción de ciudadanos plenos implica participar de manera regular y comprometida en los asuntos públicos y la toma de decisiones que afectan nuestra vida cotidiana.
Para lograr una verdadera democracia es necesaria también la apertura y democratización de los medios de comunicación, en todos sus niveles. Es necesaria una ley de medios que prevenga y sancione cualquier tipo de estereotipo hiriente o discriminatorio hacia sectores de la sociedad y/o personajes públicos y dirigentes políticos.
 
Por ello exigimos y proponemos:
•    Elecciones libres, autenticas y democráticas.
•    Participación ciudadana efectiva, con inclusión obligatoria de jóvenes.
•    Inclusión y ejercicio de las figuras de la democracia participativa, como son:
•    Iniciativa popular legislativa
•    Revocación de mandato en todos los niveles.
•    Presupuesto participativo, asignado a la juventud.
•    Referéndum.
•    Plebiscito.
•    Consulta popular.
•    Visión transversal en las políticas públicas para jóvenes en todos los órdenes de gobierno.
•    Inclusión obligatoria de la juventud en el ejercicio de Gobierno: Gobiernos federales, estatales y municipales; Congresos Estatales y Federales, Partidos Políticos, Órganos Autónomos, etc.
•    Formación política cotidiana para las y los jóvenes.
•    Instauración de  la figura del Ombudsman en los medios de comunicación.

Las y los jóvenes de Izquierda Social y los Partidos Políticos.
Llamamos a los Partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia a retomar la congruencia ideológica como eje de su actividad cotidiana, particularmente en lo que se refiere a las alianzas electorales. De cara a las elecciones de 2012, necesitamos una izquierda fuerte y con identidad que permita posicionarse como alternativa viable para toda la ciudadanía que ha sido agraviada por las acciones de los gobiernos neoliberales. ¡Por eso decimos no a las alianzas con la derecha!
Exhortamos al PRD para que los principios de este partido sean hechos valer en la práctica, por sus militantes, dirigentes, representantes populares, funcionarios públicos y Gobiernos en todos los niveles.
Trabajaremos para que los Partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia consoliden la coalición electoral en 2012 y tengamos como único candidato presidencial desde la izquierda a Andrés Manuel López Obrador.   

Seguridad pública y procuración de justicia
Hasta hace muy pocos años, la mayoría de los mexicanos estábamos acostumbrados a vivir con mucha tranquilidad.
Por tradición, en nuestros hogares a lo más que llegaban las medidas de seguridad era a la colocación de protecciones de herrería en puertas de entrada, cocheras y ventanas; los blindajes eran impensables e inaccesibles para la gente común.
Recordemos perfectamente que en nuestra infancia, íbamos solos a la escuela, no tenían que llevarnos nuestros padres, como ahora, y nuestras sesiones de juego y recreación al aire libre eran largas, de muchas horas, sin que nos pasara por la cabeza que algún mal podría acecharnos.
Con la guerra desatada por el Gobierno Federal contra la delincuencia organizada, definitivamente esos tiempos quedaron atrás. Ahora los niños y los jóvenes son presas del miedo; en la escuela se tienen que cuidar de los pederastas y de los tiroteos, podemos ver que en algunos estados del país ya se realizan simulacros para saber cómo actuar ante los enfrentamientos entre sicarios y el ejército.
Nos enfrentamos a que en la calle nos pueden secuestrar y entregarnos a mafias de trata de personas, el clima de inseguridad pública que día a día se agudiza en el país, deja ver la urgencia de tomar medidas preventivas para salvar la vida de los jóvenes de tanta inseguridad, nos damos cuenta que en lo que va de 2007 a la fecha el índice de mortalidad de los jóvenes entre 15 y 29 años se ha duplicado en algunas entidades e incluso triplicado y no se hace nada, mientras tanto los políticos están muy a gusto en sus palacios de gobierno, en sus oficinas virtuales blindadas, mientras en las calles las ráfagas de los cuernos de chivo masacran a los  jóvenes, nos pesa el dolor de las madres y padres que han perdido a sus hijos, víctimas inocentes de una guerra sin sentido.
No es suficiente que las autoridades de las universidades llamen a los jóvenes a no salir de sus casas por la noche y que incrementen al interior de sus instalaciones la vigilancia; es urgente instaurar programas que analicen y expliquen los riesgos a los que estamos expuestos y la manera de eludirlos, así como las zonas peligrosas de las ciudades, las autoridades las conocen y saben por qué y cuáles son los peligros.
Los jóvenes tienen miedo, tienen miedo de que la ilusión y sus ideales mueran y que su impulso y su anhelo de trabajar por un México mejor se agote porque no hay trabajo y las alternativas se sigan consumiendo.
Los jóvenes temen a la violencia porque ellos son las víctimas inocentes de los daños colaterales que el Gobierno  Federal y el Ejército reconocen con un “usted disculpe”. Ellos tienen miedo del abandono, por parte del Gobierno, de los espacios públicos en donde los jóvenes buscan identidad, convivencia y que se han convertido en sitios de excepción donde reina el miedo.
El Estado ha abandonado su principal responsabilidad, velar por la seguridad de los ciudadanos, por eso es el mismo Estado el que está cancelando las alternativas de desarrollo al abrir la puerta cotidianamente a la violación de las garantías individuales; siendo la primera, el respeto a la vida.
La seguridad personal depende de la situación colectiva; si en ella hay violencia y barbarie, la vulnerabilidad personal aumentará y no habrá blindaje que nos libre de la violencia. Pero no queremos entenderlo, no alcanzamos a comprender la necesidad de organizarnos como sociedad para exigir seguridad pública. En tanto, el presente nos rebasa y en distintas proporciones la seguridad personal cada vez se ve más amenazada y, de seguir así, no habrá forma de protegernos.
La valentía es la capacidad de hacer las cosas apropiadamente, inclusive si tienes mucho miedo, por eso nos pronunciamos con valentía para poder abatir este problema y exigir al estado que actué como corresponde 

Prevención del Delito y Seguridad Pública

•    Es necesario que las y los jóvenes conozcan y ejerzan sus derechos y obligaciones ante actos de autoridad.
•    Exigimos la capacitación efectiva de los cuerpos policiacos en materia de Derechos Humanos.
•    Para sanear la relación entre los cuerpos policiacos y la ciudadanía, particularmente con las y los jóvenes, proponemos la implementación a nivel nacional de la figura de policía de barrio.
•    Nos manifestamos en contra de la creación de la policía de mando único.
•    Exigimos la desmilitarización de los cuerpos policíacos.
•    Nos pronunciamos contra la criminalización de la protesta social.

Procuración de Justicia
•    Proponemos la creación de un Ministerio Público especializado en jóvenes, que brinde las condiciones necesarias para el acceso a la justicia.
•    Un servicio efectivo de defensores de oficio.
•    Exigimos el saneamiento de los tribunales para menores, que garanticen la brevedad de los juicios para primo-delincuentes, por delitos de bajo impacto.
•    Así mismo que los jóvenes indígenas sean en juzgados en su legua madre.
•    Nos pronunciamos por juicios orales que faciliten la impartición pronta y expedita de la justicia, con una duración no mayor a tres meses en cada juicio.
•    Penas alternativas a la prisión.
•    Atención especial para primo delincuentes en las cárceles para mayores de 18 años. Es necesario aislar a los primo-delincuentes del resto de la población penitenciaria y crear, en coordinación con las universidades planes de reinserción social que contemple el término de los estudios de quienes estén en una cárcel.
•    Entendemos que cada reo es la prueba del fracaso del Estado en todos los frentes. Por eso el Estado debe tener la ineludible responsabilidad de reintegrarlos a la sociedad.
•    Para ello es necesario impulsar una visión preventiva en la materia. Dejar de lado las políticas actuales que sólo se basan en la reacción violenta e ineficiente a los problemas.
•    Creación en todas las Entidades federativas de un Consejo Ciudadano, donde participen todos lo sectores de la sociedad, especialmente ONG´S e instituciones educativas que garanticen la reinsercion a la sociedad de los ex internos.

Medio Ambiente protección a la Flora y Fauna y, manejo sustentable de recursos naturales.
El respeto al medio ambiente es pilar fundamental del desarrollo de las sociedades contemporáneas.
Apostamos al cumplimiento de los protocolos de Kyoto, la protección de la biodiversidad de México, la lucha contra la desertificación y por la promoción de industrias limpias.
Asimismo nos declaramos en contra de la utilización  de productos transgénicos en nuestro país y en contra de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (“Ley Monsanto”). Somos concientes de la trascendencia de los recursos naturales, la biodiversidad, el respeto a las comunidades y sus saberes tradicionales y que al implementarse estos productos repercuten directamente en éstos.
Los recursos naturales son propiedad exclusiva de la nación y deben ser explotados responsablemente en beneficio de las mexicanas y los mexicanos. Nos pronunciamos por un desarrollo efectivo de la industria petrolera como palanca del desarrollo nacional y contra cualquier intento de privatizar nuestra riqueza natural.
De igual forma nos pronunciamos por la investigación y el impulso a energías distintas a los hidrocarburos.
La actual devastación de los recursos naturales está directamente relacionada con el modelo de producción y de sociedad que impera en el mundo. Por eso, la lucha de los ecologistas no está desvinculada de la lucha política de izquierda.
Cambiar el modelo de producción para rescatar al mundo implica de fondo transformar a la sociedad, hacerla justa para los seres vivos humanos y no humanos.
Para lograr este objetivo es necesario impulsar la investigación en universidades públicas e integrarla a un plan nacional de rescate del medio ambiente financiado por gobierno y empresas.
De la misma manera se debe reforzar en los contenidos de los programas educativos las nociones ambientalistas.
Respeto a los derechos de los animales
En consecuencia con la historia de la izquierda mexicana y acorde al espíritu ético de la democracia contemporánea,  nos pronunciamos contra la utilización de animales en espectáculos públicos, así como del maltrato y la explotación animal, ya que es innegable que en la actualidad los animales son gravemente maltratados por una multitud de causas, infringiéndoles dolores muy intensos y extensos. Por ende, nos pronunciamos por la defensa y protección animal.
Debemos recordar que en decreto emitido en diciembre de 1867 el presidente Benito Juárez prohibió la tauromaquia. Asimismo, en la convocatoria al primer Congreso Socialista en México se encontraba entre sus puntos la abolición de las corridas de toros.
Nuestra postura es un acto de ética pero sobre todo de congruencia con la historia de la izquierda. Para exigir justicia las mujeres y los hombres debemos ser justos, incluso con aquéllos que no son de nuestra especie.

Fecha: 

22 de julio de 2010

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