¿Cuál debe ser el camino de la lucha del SME?

Escrito por: 

Rubén Rivera

A más de 5 meses  el movimiento del SME ha resistido, a pesar de los fuertes embates del gobierno de Fecal y toda la maquinaria del Estado. Son 18 mil los trabajadores que aun no se liquidan, el resto se vieron presionados por sus condiciones de vida, sin embargo esto no significa que ellos han abandonado la lucha, en cada marcha están ahí, en más de una ocasión han dicho a viva voz que no dejaran solos a sus compañeros.

A más de 5 meses  el movimiento del SME ha resistido, a pesar de los fuertes embates del gobierno de Fecal y toda la maquinaria del Estado. Son 18 mil los trabajadores que aun no se liquidan, el resto se vieron presionados por sus condiciones de vida, sin embargo esto no significa que ellos han abandonado la lucha, en cada marcha están ahí, en más de una ocasión han dicho a viva voz que no dejaran solos a sus compañeros.
El SME se ha convertido en el punto de referencia y coordinador de diferentes sectores en descontento, ha generado  un polo de lucha y paso a paso, discutiendo en asambleas, se ha pulido el pliego petitorio que asume demandas políticas como la caída de Calderón.
Esta huelga es un fiel reflejo de lo que a pasado el movimiento, una determinación implacable de los 18 mil trabajadores s que siguen en lucha, una claridad en las consignas  y la elevación de consignas políticas y defensivas a planteamientos políticos y ofensivos.
La estrategia del gobierno siempre apuntó a la destrucción del sindicato como línea principal. Para lograr su objetivo, el estado se ha valido de todo tipo de trucos y engaños: represión selectiva, diálogos falsos, amenazas de detenciones, campañas masivas de desinformación, etc.  En general ha lanzado la oferta de liquidaciones para hacer rendirse  por hambre a los trabajadores.
De forma paralela ha puesto en marcha un mecanismo de contratación de empresas para cubrir las tareas que desempeñaba Luz Y Fuerza, de tal modo que en los hechos se esta dando un proceso de privatización. Por supuesto para el Estado no es importante el pésimo servicio, ni siquiera el que una gran masa de consumidores mantenga una huelga de pagos. Para el Estado aniquilar al sindicato es lo unico que importa, todo lo demás esta supeditado a ello.
De frente a ello la dirección del sindicato optó por la estrategia legal, tratando de apuntalarla con movilizaciones. Los tiempos de las mismas han estado en función de la inminencia de los fallos de los juzgados. Esto ha significado atenerse a un movimiento de resistencia de largo plazo, que puede suponer meses e incluso años.
Es lamentable decirlo, pero en este contexto no había nada que negociar, salvo casos como el de Alejandro Muñoz, que de manera descarada habló desde el inició del movimiento de vender las propiedades del sindicato, repartir los ingresos e irse todo el mundo a sus casas.
Debido a la estrategia misma de la dirección del sindicato la afluencia de las movilizaciones ha disminuido, generándose una percepción de  “normalidad”. Los trabajadores están molestos, pero no hay mecanismos para expresarse  de manera organizada, especialmente cuando la mayoría de sus dirigentes hacen lo posible y lo imposible para impedir que salgan a luchar.
Por supuesto ha ello hay que añadir el hecho de que las principales organizaciones sindicales, salvo mineros y CNTE, no se han tomado en serio los llamados a la huelga nacional. Resulta sintomático que la gran mayoría  no haya hecho campaña por la huelga nacional y ni siquiera haya sumado contingentes a las movilizaciones de este 16 de marzo.
Es necesario sacar lecciones
Las perspectivas del movimiento están absolutamente ligadas a las siguientes luchas en contra de las reformas a la  Ley Federal del Trabajo. Por supuesto hay en los trabajadores  electricistas energía y voluntad para continuar resistiendo varios meses mas, no obstante el haber cifrado y supeditado las movilizaciones a la cuestión legal imposibilita que por si mismo el movimiento de un repunte.
Sólo vinculado la lucha de los electricistas con los demás movimientos y planteado una estrategia unificadora será posible volver a tomar la ofensiva y obligar al Estado a ceder, de otro modo el tiempo y el desgaste jugaran en contra de la lucha.
En este contexto la lucha contra el gobierno adquiere suma importancia. Ha sido gracias a la entrada de un gobierno abiertamente anti sindical que  la burguesía se ha decidido a dar el golpe en contra del SME, sólo el fin del régimen  de Calderón será posible un escenario en donde haya espacio para una negociación favorable a los trabajadores electricistas.
De tal modo que el movimiento sólo puede avanzar por el camino de trascender de lo puramente gremial a lo directamente político, de lo cual se deriva la necesidad de luchar por encabezar la lucha por la caída de Calderón.
El nuevo sindicalismo que necesitamos los trabajadores
Por otro lado esta la cuestión sindical. Hoy esta muy claro que las actuales direcciones, incluso muchas de las que se dicen democráticas, no están preparadas para enfrentar una fase de luchas que suponga el enfrentamiento con el régimen y la necesaria unidad de todos los sectores.
Muchos dirigentes suponen, falsamente, que es posible negociar algún beneficio para su gremio  absteniéndose de participar en lucha generales. Nada más falso, la creencia en la negociación  como si fuera la única opción es lo que ha llevado al SME a la actual situación.
En este contexto es importante llamar a la reflexión a todos los trabajadores respecto a las prácticas sindicales que ahora ya no son útiles para defender las demandas generales. Es importante profundizar la lucha para la democratización de los sindicatos, así como para la adopción de nuevas tácticas, basadas  en acciones conjuntas como la Huelga General.
Al mismo modo debemos reflexionar sobre la situación actual de las estructuras organizativas que no garantizan la efectiva realización de las acciones. Es una paradoja que, precisamente en el momento en el que más es necesaria una organización sindical a nivel nacional que encabece las luchas de todos los explotados, esta organización brille por su ausencia a pesar de que estructuras como la CTM, fueron creadas con ese fin y hayan surgido también de luchas históricas. Por supuesto el primer paso debe ser luchar por rescatar nuestras organizaciones.
Mientras el movimiento obrero no cuente con una central sindical  unificada, democrática y  combativa, seguirá siendo presa ataques como hoy sufre el SME,  que ayer sufrieron Ruta 100, ferrocarrileros y otros tantos, que se han  tenido que enfrentar casi solos a los ataques del Estado.
El Estado ha anunciado que pretende iniciar el procedimiento para reformar la LFT, la cual implicaría en términos reales el regreso a la legislación anterior a la revolución de 1910.  El derecho de huelga prácticamente desaparecería, junto con otras tantas conquistas que nuestros compañeros  trabajadores de generaciones pasadas pagaron con sangre.
No podemos ni debemos permitir esto, no debemos dejar que el desgaste termine por doblegar a los trabajadores electricistas. Debemos prepararnos para defendernos de forma unificada de los próximos ataques luchando al mismo tiempo por la caída de Felipe Calderón.
Hoy la solidaridad no basta, debemos hacer efectiva la fuerza de las clases trabajadores por medio de acciones unificadas y organizaciones serias de lucha

Fecha: 

20 de abril de 2010

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