Egipto, 6 de abril, un ensayo general de los grandes acontecimientos del futuro

Por Camila Suárez

El 6 de abril, la clase obrera egipcia organizó una huelga general que estuvo acompañada por un levantamiento de masas. Era la continuación de varias movilizaciones extraordinarias contra la dictadura, la explotación, el hambre y que constituyen el mayor movimiento de masas en Egipto de los últimos cincuenta años. La huelga tenía como objetivo protestar contra las grandes subidas de precios de los alimentos y los inadecuados salarios (cerca del 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, considerado 2 dólares diarios). El movimiento más grande y crucial se dio en la ciudad de Mahalla Kobra, la mayor ciudad industrial de Egipto que se ha convertido en un campo de batalla con varios muertos y heridos, y con cientos de detenidos.

El movimiento huelguístico

Según el Observatorio de los Sindicatos y Trabajadores Egipcios: "42.000 trabajadores participaron en huelgas, ocupaciones o en manifestaciones durante el mes pasado, mientras que otros 54.000 amenazaron con hacer lo mismo. El mes también presenció 22 ocupaciones, 13 manifestaciones y 10 huelgas. Sólo en la primera semana de este año se realizaron 27 luchas colectivas”. Esto demuestra que Mahalla no es un caso aislado, sino que se trata simplemente de la punta del iceberg.

La amenaza de una extensión de la lucha llevó al ministerio de interior a amenazar con la cárcel a cualquiera que participara en la huelga u organizase a otros, pero todas estas amenazas no han detenido a los trabajadores.

El gobierno aisló la ciudad de Mahalla de otras partes de Egipto, los periodistas y los medios de comunicación no pueden entrar. Agencias de noticias, periodistas egipcios y extranjeros, están amenazados de prisión si se les ocurre informar de la huelga.

Desde que el primer ministro Ahmad Nazif ocupó el cargo en julio de 2004, el nivel de la actividad huelguística en Egipto ha aumentado profundamente. El gobierno comenzó a privatizar empresas financieras e industriales públicas. El informe anual de 2004 del Land Center for Human Rights, revelaba que entre 1998 y 2004 se habían producido más de 1.000 luchas obreras colectivas. Más de una cuarta parte se concentraron sólo en el año 2004, en este año las luchas aumentaron un 200% respecto a 2003.

El periódico liberal egipcio al-Misri al-Yawm, informaba un total de 222 huelgas, manifestaciones o protestas en 2006 y más del doble, 580, en 2007, la mayor oleada huelguística en Egipto desde 1945. En 2007, las huelgas se extendieron desde la industria textil a la construcción, transporte, metro de El Cairo, procesamiento de alimentos, panaderos, sanitarios, trabajadores del petróleo en Suez y muchos otros.

Postura del fundamentalismo islámico

Resulta significativo que la Hermandad Musulmana (HM) admitiera que no había jugado ningún papel en la organización de la huelga, aunque sí añadió que "apoyaban el derecho de los trabajadores a la huelga". Pero en El Cairo, el secretario general de la HM, Mahmoud Ezzat, negó que su grupo apoyara la huelga general, mientras que el veterano abogado de la HM, Abdel Moneim Abdel Maqsoud, afirmó que no tenían planificado movilizar en Ghazl el-Mahalla.

La HM tiene muy poco apoyo en las fábricas donde es una fuerza marginal. La HM es un movimiento islamista reaccionario burgués que ha ganado apoyo gracias a su extensa red de caridad, su demagogia social y su oposición al presidente Mubarak. Sin embargo, los analistas serios sospechan que la HM ha llegado a acuerdos secretos con el régimen al que pretenden combatir, por supuesto, EEUU también parece verles como una solución alternativa "segura" en caso de una explosión revolucionaria.

Por lo tanto, es vital que las fuerzas de izquierda y el movimiento obrero comprendan el verdadero papel traidor de la HM y se mantengan independientes de ella. Alardean de demócratas, antiimperialistas y amigos de los pobres a los que temen, pero temen más al movimiento independiente de la clase obrera que al régimen de Mubarak.

La protesta procede desde el corazón de la clase obrera egipcia y no tiene nada que ver con ningún tipo de fundamentalismo islámico. Una vez que la clase obrera se ponga seriamente en movimiento habrá muy poco espacio para estos reaccionarios.

Es necesaria una dirección revolucionaria

La voluntad de un cambio radical existe pero es necesario que esté mejor organizado. Por ahora no hay una organización nacional obrera que tenga la capacidad suficiente de movilizar a las masas. El 6 de abril es un ensayo general de futuros acontecimientos. Hay que evaluar los puntos fuertes y los débiles. Es urgente la necesidad de una dirección de oposición de los trabajadores con raíces en todas las fábricas.

Todas las condiciones para la revolución están madurando. Los trabajadores se han puesto en movimiento, están dispuestos a luchar y las clases medias están girando hacia la clase obrera. Esta situación provocará escisiones en el régimen. Esas son las condiciones que Lenin señaló como prueba del comienzo de una situación revolucionaria. Lo que hace falta ahora es la dirección que merecen los trabajadores egipcios, una dirección revolucionaria.

Pedimos a nuestros simpatizantes y lectores que muestren su solidaridad con los trabajadores en huelga en Egipto y apoyen su protesta contra la represión enviando mensajes de solidaridad a egyptian.bolshevik@gmail.com y a editor@marxist.com

¡Los trabajadores de Egipto no están solos!
¡Viva la lucha de los trabajadores egipcios!
¡Trabajadores del mundo uníos!

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