Entrevista al sacerdote Alejandro Solalinde - Los migrantes deben ser misiles que aceleren la caída del sistema capitalista

Escrito por: 

La Izquierda Socialista

Un grupo de compañeros de la Corriente Marxista Internacional, realizamos una visita al Albergue Hermanos en el Camino que dirige el sacerdote Alejandro Solalinde, ubicado en el municipio de Ixtepec en el Estado de Oaxaca, México. Este albergue es uno de los varios puntos de descanso, de alimentación, de atención médica y psicológica, que se encuentran a lo largo del país y ofrecen a los migrantes algunos días de seguridad en su largo y peligroso viaje. Nuestro objetivo era entrevistar de primera mano a compañeros migrantes en su camino a EEUU y hacernos de material de apoyo para un análisis más profundo que estamos realizando sobre el tema de los migrantes. Alejandro Solalinde, un día antes, había regresado de los EEUU en su incansable campaña por los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias. Aunque él siempre tienen mucho trabajo, se tomó -con su muy amable manera de ser- el tiempo para hablar con nosotros y responder a nuestras preguntas. Le queremos agradecer a Alejandro Solalinde y a los voluntarios del albergue, por darnos la oportunidad de adentrarnos a este mundo, a través de este trabajo valioso que hacen diariamente. 
 
Esperamos que esta entrevista anime a apoyar la causa de los trabajadores migrantes y a organizarnos y luchar por nuestros derechos y en contra del actual sistema capitalista, independientemente del país donde nos encontremos.
 
Alejando Solalinde (AS).- El albergue funciona con donativos y ayudas voluntarias. Por ejemplo, si nos dan un premio (a mí me dieron el Premio Nacional de Derechos Humanos) lo invertimos aquí. La religiosa que lo administra trata de estirarlo lo más que se puede. Cuauhtémoc Cárdenas nos dio el dinero de un premio que le dieron a él de la Universidad de Notre Dame. En esa misma universidad nos dieron a nosotros otro premio que fue de 30 mil dólares. Así es como avanzamos en la construcción [del albergue]. Hemos crecido, pero porque ha habido una movilización de migrantes masiva no por otra cosa. Tratamos de ser lo más transparentes con todos los donativos de la gente y tiene que ser así, tenemos una cuenta [de banco] oficial y una contadora que lleva todo. Para la gente que quiera ayudar a la Casa del Migrante puede ver cómo hacerlo en internet (www.hermanosenelcamino.org).
 
La Izquierda Socialista (LIS).- ¿Cómo inició el albergue?
 
AS.- Empecé de una manera muy sencilla, prácticamente sin nada: Empecé dándole de comer a la gente. Yo tenía unos ahorros que había hecho como maestro, pero también como psicólogo, en Guadalajara, y eso me permitió darles de comer un año. Había gente que me ayudaba. Se quedaban en las vías ellos..., luego los asaltaban, fue muy difícil. Ya después, poco a poquito un padre nos ayudó, luego otras personas. Fuimos juntando dinero porque era urgente comprar el terreno, urgente. Sino lo comprábamos, lo iba a comprar la delincuencia organizada, ya le iban a pagar todo al contado a la dueña. Estábamos ya muy preocupados por eso, pero me dio tres meses y como quiera me puse a conseguirlo. No me gusta pedir dinero a mí, no soy un sacerdote que pide, mi misión es otra. Si llega el dinero, llega, pero no porque lo pida uno.
 
Yo creo en el ser humano, creo en ustedes. La verdad yo si siento mucha angustia por las campesinas migrantes, no sabíamos dónde meterlas, qué hacer con ellas, como protegerlas… Yo a veces me quedé en las vías, allá en la estación del tren, precisamente para que no los secuestraran… a ese grado, solo así no los mataban. Yo no sé a mí porque no me mataron.
 
Luego ya abrimos la casa. Aquí, en la tierra, nos quedábamos. Luego ya quitamos las espinas, porque había muchas espinas, y ahí nos dormíamos. En el día no había ni a donde moverse porque no había ni una sombra. Son nuevecitos todos los árboles, no hay ni uno de los originales que estaban, todos los sembramos. Así que poco a poco hemos ido avanzando así.
 
LIS.- ¿Ha venido empeorando la situación de los migrantes?
 
AS.- Desgraciadamente sí, los secuestros no paran, la gente sigue desapareciendo muchísimo..., sobre todo las mujeres, ustedes saben que son la mejor mercancía, que se vende luego luego. Es terrible para todos, para los niños igual. Yo no sabía, desconocía totalmente lo del negocio de la venta, del tráfico de órganos. Lo descubrí también con el tiempo, todo eso es un descubrimiento muy doloroso, muy muy doloroso, pero existe. Hay organizaciones muy poderosas, muy sofisticadas, con personal médico de alto nivel..., bandas muy peligrosas. 
 
LIS.- ¿Cuáles son los principales problemas que viven los migrantes?
 
AS.- Ellos para mí son como vidas violentadas. Desde su misma salida es una violencia, porque en sus lugares de origen nadie se preocupó por ellos. Los gobiernos no se preocuparon por ellos, la iglesia católica no se preocupó por ellos; fueron incapaces, si no para darles trabajo, por lo menos para que se quedaran. Tuvieron una emigración forzada y al llegar acá se han encontrado con todos los peligros. También es violencia y también lo es cuando van a Estados Unidos y ven que no los quieren, que no los reciben. Es una violencia en donde detrás de todo esto es el dinero el que está ahí. Desgraciadamente es así. Siempre, siempre, detrás de todo esto siempre el dinero, el dinero, el dinero.
 
LIS.- ¿En qué condiciones llega la gente al albergue?
 
AS.- La gente llega muy mal, aunque ahora menos que antes, aunque todavía hay lugares [en su paso por Chiapas] donde la siguen pasando muy mal, como en la Arrocera, pero como quiera pasan. El problema no es tanto como llegan aquí, llegan a veces mal, a veces algo mejor... Pero va a ser sobre todo en Veracruz lo feo. Lo peor, lo peor de todo va a ser en Veracruz, porque ahí sí los van a empezar a secuestrar…
 
LIS.- ¿La gente sabe lo que va a venir?
 
AS.- Lo saben, pero aunque lo saben, no lo han experimentado. Una cosa es oírlo y otra cosa es vivirlo. Esa es la verdad. A ellos sí se les ha dicho y cuando vienen aquí también se les dice [de los peligros]. Pero a pesar de eso ellos siguen pasando. A mí me admira mucho, es como si fuera una fuerza que los programara o que les pusiera un chip para que vayan todo el tiempo así.
 
Nosotros lo que hacemos es darles información, les decimos donde es peligroso, cómo han cambiado las leyes, en qué momento está Estados Unidos, la reforma migratoria que se va a hacer.
 
LIS.- ¿Los cambios en leyes migratorias en México han sido mejoras significativas?
 
AS.- Sí han sido mejoras significativas pero no han logrado todavía permitir una práctica completa de los derechos humanos porque el reglamento que puso el ejecutivo pone tantos candados a la ley, que no permite que se aplique. Todo el espíritu de los legisladores se acabó en el reglamento.
 
LIS.- ¿Con la entrada del gobierno de Peña Nieto han mejorado las cosas?
 
AS.- No han mejorado y sí se han empeorado.
 

LIS.- Hay un problema de pobreza y violencia en Centroamérica y México, ¿qué se tendría que hacer como un cambio integral para que esta situación mejore?
 
AS.- Ustedes le han dado en el clavo porque el problema es estructural, el problema es sistémico. El sistema neoliberal capitalista no garantiza el bienestar de las mayorías, al contrario, está polarizando la sociedad. Está concentrando la riqueza, sigue monopolizando los recursos en unas cuantas manos y está ocasionando el empobrecimiento. Porque no hay pobres que surjan de una plantita, son ocasionados por fallas sistémicas.
 
La solución no son los paliativos asistenciales, de darles una comidita y el agua y ya. Se tienen que cambiar las leyes. Se debe incidir y decir una y otra vez que el modelo neoliberal capitalista está ocasionando la migración. No es al revés, la migración es efecto de un problema sistémico. Eso es lo que hay que decir.
 
LIS.- ¿Qué tendríamos que hacer a nivel más general los trabajadores, los estudiantes, los campesinos… que no siempre sufrimos el problema de los migrantes pero sí otros problemas del Sistema?
 
AS.- Crear conciencia, despertar a la gente, denunciar lo que se está haciendo. No hay de otra, no hay que tener piedad con el Sistema. Hay que organizarse en redes, aprovechar todos los espacios de denuncia y hacer todas las presiones del mundo. Yo no pierdo el tiempo, cuando voy a Estados Unidos lo mismo voy y me pongo con los Occupy o estoy con las organizaciones migrantes. Lo que se tiene que hacer hay que hacerlo. 
 
Finalmente no es una cosa de Estados Unidos, ni es de México, es de todos. Lo que pasa en Centroamérica está ocasionado en los mismos Estados Unidos. La solución es que se despierte la consciencia para luchar contra el capitalismo (que además es ecosida), también para que el capital financiero no sea el que haga su imperio, que no sea el que mande, que no sea el que te tiene que decir cómo hacer la vida. Pero solamente [se puede cambiar] luchando, platicando con la gente… los migrantes son una fuerza. Cuando pasan por aquí yo trato de crearles conciencia, porque finalmente ellos van a Estados Unidos y yo espero que sean como misiles allá, de una nueva vida, que no reproduzcan el sistema, al contrario, que lo cuestionen y le acaben de dar la despedida. Que sean un factor que acelere la caída del sistema capitalista.

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Julio de 2013

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