La Antorcha y el problema de la vivienda

Escrito por: 

Carolina Perea

El sector vivienda es un pilar fundamental en la economía mexicana, éste representa el 2.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), su financiamiento proviene en un 80% de fuentes públicas, es decir, buena parte del dinero utilizado para la construcción de casas proviene  de los impuestos de los trabajadores; pese a ser éste un derecho constitucional y una demanda básica en la actualidad, aún son miles el número de familias que no cuentan con una vivienda propia.

En algunos periódicos se puede leer demasiado sobre los logros obtenidos a través de los programas como “Ésta es tu casa” y el “Programa Transversal para la Vivienda Sustentable”  que el gobierno espurio ha implementado para tratar de dar solución al problema, las cifras oficiales indican que en 2009 se entregaron casi 800 mil créditos para la vivienda y, en las propias palabras de Calderón: “en este Gobierno, cada día se ha financiado la construcción de tres mil 400 casas o departamentos, tres mil 400 acciones cada día durante tres años sin parar” (Clausura del XXIV Encuentro Nacional de Vivienda). En primer lugar, los créditos para la vivienda (Infonavit) son otorgados a trabajadores que poseen cobertura social ¿qué pasa entonces con el resto de los trabajadores que no cuentan con tales beneficios? En segundo lugar, la adquisición de los créditos no es inmediata, además el costo de las casas es bastante elevado, llegando a superar los 300 mil pesos, las mensualidades rondan los 2,500 pesos y aunque los plazos para pagar son muy largos ¿qué trabajador tiene la certeza de mantener su empleo durante tantos años y seguir pagando su casa?
Muy a pesar del panorama de logros que nos pinta el gobierno, la realidad que aparece frente a nosotros es otra, y es precisamente aquí donde dichas cifras parecen no tener mucho eco. La falta de vivienda es un problema social bastante fuerte, la ineficacia y limitación de tales programas ha llevado a grandes sectores de la población a buscar alternativas de solución diversas, ya sea a través de asentamientos irregulares, lo cual ha provocado que nuevas colonias se establezcan en lugares no aptos para la vivienda por los riesgos que implican, como cerros, barrancas. etc., en donde además la falta de servicios es más notoria, o mediante la búsqueda colectiva de un terreno a través de algunas organizaciones de “izquierda” que reivindican esa demanda.
En medio de la crisis económica, que ha significado una disminución en la calidad de vida de miles de mexicanos, la pérdida de empleos, el alza de los precios y el ridículo aumento del salario mínimo, las posibilidades de adquirir una vivienda se vuelven cada vez más lejanas. Lo anterior explica por qué en los últimos años “Antorcha Popular” ha incrementado considerablemente su número de militantes, esta organización ha ido nutriendo sus filas principalmente de personas que demandan su derecho a la vivienda y que ven en este tipo de movimientos la forma más efectiva de lograr sus objetivos. Si bien es cierto que antorcha campesina ofrece terrenos bien ubicados y a muy bajo costo (alrededor de 65 mil pesos), comparados con los precios de cualquier otra empresa constructora, la adquisición del mismo requiere de ciertos requisitos, es necesario por ejemplo, asistir a la mayoría de las actividades que la organización promueva como marchas, mítines, pintas, boteos, plantones, etc., a fin de reunir 40 participaciones que son obligatorias para que se adquiera algún terreno.
Hace poco la organización publicó en su página Web que cuenta con 800mil integrantes distribuidos en toda la República Mexicana, cabe aclarar que la inmensa mayoría son “simpatizantes” y que en realidad se trata de las personas que asisten de manera semanal a las asambleas para solicitar terrenos y cumplir con uno más de los requisitos, esto puede darnos una pequeña muestra del aumento en la demanda de vivienda; sin embargo, tampoco se puede dejar de mencionar que una parte de las personas agrupadas en torno a Antorcha (aquellas que han visto abastecer rápidamente los servicios de sus colonias como: agua potable, drenaje, luz, etc., en base a la presión del movimiento) han generado una especie de fidelidad y agradecimiento hacía la organización y ahora participan de manera voluntaria en las actividades.
Finalmente, Antorcha es ahora reconocida por muchos como la organización que lucha por la vivienda, y en realidad no sobrepasa los limites que ella misma se ha impuesto, se reivindica como un movimiento que lucha contra la pobreza, aunque por experiencia propia yo podría afirmar que no es necesariamente así, pero la intención aquí no es renegar de los logros obtenidos por los antorchistas, mucho menos alabarlos, sólo recalcar la necesidad de construir una sociedad mejor, el problema de la pobreza no se termina solucionando la demanda de vivienda, con objetivos tan limitados poco se puede avanzar hacia un cambio verdadero, este es un problema de raíz, más general y que no puede ser resuelto en los limites del sistema capitalista, es necesario avanzar en la construcción del socialismo.

Fecha: 

15 de abril de 2010

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