Balance del II Congreso Nacional de Morena

Escrito por: 

Laura Aldana, Consejera Estatal de Morena en Estado de México
512x367xCongreso-21-noviembre1-1024x735.jpg.pagespeed.ic.TLcYidHW6J.jpgEl proceso interno de Morena para elegir a sus nuevos dirigentes ha culminado con la elección del Consejo Nacional y el Comité Ejecutivo Nacional. Ante estos hechos nos surgen una serie de preguntas ¿de qué está hecha la democracia interna de nuestro partido? ¿Por qué la base acepta la imposición de su dirigencia? ¿Quiénes respaldan a los 300 consejeros electos y a los miembros del CEN? 
 
Para entender el proceso debemos analizar las condiciones en las que se da este segundo congreso.
 
El proceso Interno
 
Como lo señala el estatuto que rige la vida interna de nuestro partido, los militantes de base hemos participado con gran convicción en las diferentes asambleas distritales. Un verdadero partido de izquierda que busca la democratización de la vida pública del país, debería tener como método de elección interna la democracia, sin embargo, en repetidas ocasiones Morena ha dejado mucho que desear en esta cuestión. 
 
Para ser justos debemos mencionar que muchos militantes quedaron desilusionados por la forma en que se eligieron a los candidatos a ocupar los diferentes cargos de elección popular. Este método dista mucho de un proceso verdaderamente democrático, muchos de esos candidatos fueron impuestos o insaculados, lo que les resta legitimidad ante las bases, incluso muchos de ellos no surgieron del movimiento, sino que fueron impuestos por ser personalidades reconocidas, y no cuadros políticos que representen dignamente a la base, esto a su vez restó de contenido político a las campañas. Ante esta falta de legitimidad, hay una separación de los que hoy ocupan un puesto de elección popular de la base, ya que no podríamos saber si en verdad ellos representan realmente la voluntad popular, eso sólo el tiempo lo dirá.
 
Lo que es un hecho es que la militancia deMmorena se enfrentó al pasado proceso interno con una militancia desmoralizada, dividida y cansada. Con este panorama los militantes de Morena se presentan a las asambleas distritales donde se eligieron a coordinadores distritales, quienes a su vez se convertirían en congresistas estatales (para elegir presidente del Consejo Político Estatal y miembros del CEM Estatal), Congresistas Nacionales  (para elegir Consejeros Nacionales y Comité Ejecutivo Nacional).
 
En resumen cada Coordinador Distrital es la representación de las bases organizadas en Comités de Protagonistas del Cambio Verdadero (CPCV), para elegir a las instancias de dirección.
 
Un digno representante de las bases debe ser electo en asambleas amplias en las cuales participen los militantes de los CPCV de Morena, en la que los compañeros que aspiren al cargo de Coordinadores Distritales deberían cubrir el perfil adecuado, además de ser electos por su capacidad política y no por afinidades personales.
 
Sin embargo con forme se iban celebrando las diferentes asambleas distritales en los Estados de la República, nos íbamos enterando, con preocupación y tristeza, que muchos compañeros políticamente avanzados, honestos y con claridad política, habían sido excluidos, aplastados en asambleas donde los grupos burocráticos coparon los cargos con prácticas clientelares, acarreo e incluso recurriendo a la violencia, siendo este el método por el cual los grupos se impusieron ante los militantes conscientes.
 
De esta forma los mejor posicionados, los grupos mejor organizados y a quienes benefició el actual proceso de elección interna, no fue a los cuadros políticos más avanzados, sino a un sector que se impuso mediante métodos muy cuestionables que dañan la vida interna de nuestro partido y que se guían por sus intereses e incluso por sus ambiciones personales. Morena hoy por hoy, debería ser una herramienta de lucha contra la oligarquía y el estado, y no un trampolín para lanzar las aspiraciones a puestos públicos de algunos grupos burocráticos.
 
Un aspecto positivo fue la elección, en la secretaria de Trabajo, del compañero Artemio Ortiz, un experimentado activista sindical, ex dirigente de la CNTE y de la sección XXII de Michoacán y actualmente dirigente del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del sindicato de maestros. Esto potencialmente es positivo, pues puede ayudar a desarrollar y vincular el trabajo entre el sector clave de la lucha de clases.
 
¿Qué partido queremos construir?
 
Como ya se mencionó antes, las asambleas fueron solo un síntoma de lo que sería el congreso Estatal y el Nacional. Cabría aquí ejemplificar lo sucedido en la asamblea del distrito 21 de Naucalpan, en el que fueron electos 10 Coordinadores Distritales en una asamblea de 80 asistentes,  si nos guiamos por los estatutos, la asamblea debió celebrarse con la asistencia de la mitad más uno de los compañeros organizados en CPCV o la mitad más uno de los afiliados de ese distrito. Cabe mencionar que en todo Naucalpan, oficialmente, hay al menos 8 mil afiliados y en las tres asambleas distritales del mismo, apenas se lograron con la asistencia de 500 afiliados entre los tres distritos del municipio. La pregunta es: ¿esos 8 mil afiliados son producto de un trabajo de politización en el municipio o son producto de la simulación? 
 
Lamentablemente la simulación, el oportunismo y el burocratismo se han apoderado de la vida interna del partido.
 
De esta forma los Consejos y Comités Estatales se formaron con la existencia de grupos, quienes se repartieron los órganos de dirección, tal es el caso del CEM del Estado de México que quedó dividido entre el grupo del GAP y el del ex dirigente Pedro Zenteno. Este congreso fue totalmente anti democrático, no hubo lugar a que los puestos se ocuparan por compañeros políticamente avanzados, por el contrario quedaron compañeros que se guían por afinidades personales, que pactan con tal o cual grupo, con tal de conseguir un puesto, muchos de estos compañeros tendrán que rendir homenaje y obedecer fielmente a los grupos que los colocaron donde están. 
 
Es claro que la dirigencia estatal tiene mucho que demostrar, pero es necesario construir desde la base una autentica democracia y eso comienza con la vida interna en los CPCV en los que se discutan los temas referentes a los asuntos internos del partido, sí como los problemas del país.
 
La conformación del Comité Ejecutivo Nacional con López Obrador en la presidencia, es una forma de mantener a ralla a los grupos burocráticos, pero para ello hace falta construir los mecanismos internos de democracia para ponerle freno a los grupos formado a partir de intereses.
 
Proponemos que los compañeros más conscientes atiendan el llamado de López Obrador a la formación y fortalecimiento de los comités de base mediante la formación política, la discusión de la vida interna del partido, así como de los asuntos del país en general.
 
Debemos hacer de Morena un partido de izquierda que luche contra el estado, la opresión, que defienda las luchas más sensibles del país, un partido que sea una herramienta de lucha dirigido por los cuadros políticos más avanzados.
 
Para lograr una autentica representación se deberían elegir Consejeros Nacionales, uno por Distrito y en asambleas amplias, lo cual permitiría hacer un Congreso Nacional que de pie a la discusión política, discutir la línea política y la declaración de principios, en los que se incluya el sentir de las bases, a través de sus representantes electos, de esta forma se podría evitar la simulación y el oportunismo.
 
Del comité Ejecutivo Nacional electo no podemos decir más, la historia demostrará qué papel van a desempeñar frente al actual Estado represor y entreguista, el de una dirigencia firme, decidida y revolucionaria o la de una dirigencia entreguista y simuladora.
 
Si Morena es un partido que busca transformar la vida pública del país, debemos comenzar practicando la democracia interna de nuestro partido.
 
Debemos luchar por un partido de autentica izquierda que logre la transformación radical en líneas socialistas de este país.

Fecha: 

24 de noviembre de 2015

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