Este año 126 mil 623 jóvenes presentaron examen de admisión a nivel superior para la Universidad Nacional Autónoma de México, de los cuales sólo 11 mil 348 aspirantes obtuvieron un lugar; en el caso del Instituto Politécnico Nacional 90 mil aspirantes presentaron el examen de los cuales sólo 23 mil fueron admitidos. En el caso de las Universidades Estatales las cifras tampoco son alentadoras, como ejemplo tenemos el caso de la universidad de Guadalajara en donde no fueron 55% de los aspirantes, en Michoacán el acceso a la universidad de los jóvenes que presentan el examen ronda entre el 30 y 10%.

Según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), sólo 8 de cada 100 jóvenes en nuestro país estudia una carrera universitaria, las dos razones principales son debido a la carencia de recursos económicos y a la falta de matrícula en las universidades públicas.

Cada año se organizan los estudiantes excluidos de las universidades, particularmente en el IPN y la UNAM, en el Movimiento de Estudiantes No Aceptados (MENA), con la finalidad de que los jóvenes luchen por el acceso a la educación, la cuestión de los rechazados en las universidades no se reduce simplemente a que un joven apruebe o el examen, la problemática fundamental se debe a la falta de espacios en las universidades públicas, lo cual a su vez se deriva de la falta de presupuesto, destinado desde el gobierno federal, de las mismas para lograr incorporar a más jóvenes año con año; o en su caso del uso que se le da del mismo en las universidades.

Bajo los argumentos antes expuestos, cientos de jóvenes no aceptados marcharon a la Secretaría de Educación Pública pidiendo solución a sus demandas y a esta problemática a la que se enfrentan miles de jóvenes cada año. De igual forma el pasado 28 de Julio realizaron una concentración y una conferencia de prensa en la explanada del Palacio de Bellas Artes, donde presentaron el plan de acción que llevarán acabo en los próximos días, entre los que resalta un Foro por la defensa del derecho a la educación, y diversas movilizaciones a instituciones como la UNAM, IPN, y la SEP.

El Movimiento de Estudiantes No Aceptados lanzó un reto público al ejecutivo federal y a las autoridades educativas: Que presenten ellos el examen de admisión del IPN y la UNAM y que publiquen sus resultados obtenidos, además demandaron a la Secretaría de Educación Pública la instalación de la mesa de negociación para resolver sus demandas y el cese de la represión hacia la protesta juvenil, ya que en pasados días integrantes del movimiento fueron detenidos en las instalaciones del Metro por el simple hecho de repartir volantes para difundir sus demandas.

Desde La izquierda Socialista nos solidarizamos plenamente con los jóvenes que luchan por el acceso a la educación, la exclusión de la educación es parte de una problemática integral de los jóvenes que padecemos bajo este sistema, y consecuencia de las políticas neoliberales de los gobiernos en turno. La lucha por la educación debe ir ligada a la lucha por la transformación de la sociedad en que vivimos, para solucionar de raíz todos los problemas a los que los jóvenes nos enfrentemos.