Peña Nieto toma posesión en medio de un cerco de represión

Escrito por: 

David García

En medio de un virtual estado de sitio, con 20 Km de altas vallas metálicas rodeando la sede de San Lázaro y en medio de un cerco militar –con cerca de 16 puestos de control y miles de militares y paramilitares- Enrique Peña Nieto tomó posesión como presidente de México este 1° de diciembre. El saldo de la ceremonia de la imposición fue de 69 detenidos y dos persona herida de gravedad –algunos dicen que un compañero murió, hay confusión en la información pues los medios burgueses dicen muy poco- por una bala de goma que le impactó en el rostro. Peña Nieto llega al gobierno impuesto por un operativo millonario con el cuál compró literalmente la presidencia apoyándose en la pobreza generada por la llamada “clase política” a la que el PRI pertenece. Ha sido impuesto por la burguesía para continuar con los ataques a la clase trabajadora –como la reforma a la LFT que ha sido impuesto incluso antes de que Peña llegara al gobierno- seguirán la privatización de los energéticos y más impuestos para los trabajadores.

Por ello no sorprende que entre amplios sectores de la población, sobre todo los jóvenes, hubiera furia y enojo. En diversos estados del país hubieron movilizaciones contra la “toma de protesta” de Peña. En el DF AMLO convocó a un mitin en la avenida Reforma, el PRD en el movimiento a la Revolución y, por otra parte, el movimiento #YoSoy132, profesores y miembros del SME se manifestaron frente al cerco el San Lázaro. En esta última manifestación algunos jóvenes encapuchados lanzaron bombas molotov contra el cerco y lanzaron un camión de basura  para tirar algunas de las enormes vallas metálicas que rodeaban la sede de la cámara de diputados. Esto sirvió de pretexto para que la policía se lanzara contra los manifestantes disparando gases lacrimógenos y  balas de goma que hirieron de gravedad a Carlos Valdivia –en la imágenes difundidas parece estar en estado muy grave-. La represión y algunos enfrentamientos se reprodujeron en el Zócalo, Bellas Artes, avenida Reforma y en las cercanías de la Secretaría de Gobernación, algunos cristales y mobiliario urbano fueron destruidos, se habla de 92 detenidos por parte del gobierno del DF –encabezado por Marcelo Ebrard, un exsalinista que ahora se presume de izquierda-

Sin duda la juventud tiene motivos sobrados para protestar, los verdaderos provocadores son los que nos han hundido en una barbarie de pobreza, violencia y ahora nos imponen a un presidente. No es sorprendente que muchos jóvenes radicalizados hayan decidido que era necesaria la “acción directa”. Parte de la responsabilidad por el ultraizquierdismo está también en la dirección del movimiento –especialmente AMLO por no haber dado una lucha seria contra el fraude- Pero tampoco es sorprendente que el régimen infiltre provocadores y utilice los actos vandálicos para criminalizar y reprimir al movimiento. Si para el cambio de raíz fuera suficiente romper algunos cristales y lanzar algunas bombas molotov la revolución sería un simple juego de niños y no sería necesaria ni la teoría ni la organización de los trabajadores. Cualquier encapuchado con una bomba molotov sería tan revolucionario como todo un sindicato o como Rosa Luxemburgo. Lamentablemente la burguesía puede pagar los cristales rotos, pero los trabajadores pagarán con la represión por este tipo de acciones. No es un secreto que el PRI, desde 1968 y mucho antes, es experto en infiltrar provocadores para reprimir al movimiento. Los encapuchados que lanzaban bombas molotov –perfectamente fabricadas- no parecen ser los mismos que fueron detenidos, ni parecen estar dentro de los que fueron heridos. Ya sean infiltrados o jóvenes desesperados –o una combinación de ambas-estas acciones sólo favorecen al régimen.

Decía Lenin que el ultraizquierdismo es el precio que el movimiento obrero debe pagar por el oportunismo de sus dirigentes. Uno de los factores que abonan a las acciones sectarias y sin sentido está en que no existió una lucha real contra el fraude electoral. Incluso el mitin en el Ángel con AMLO estuvo más que desangelado y con poca asistencia, ha sido una de las manifestaciones menos concurridas. Esto no es sorprendente, si no se da una lucha seria mucha gente preferirá quedarse en casa que perder el tiempo en una manifestación que parece no tener expectativas.  La mejor manera de haber evitado la provocación estaba en organizar, al menos, una manifestación unificada  de Morena, 132, los sindicatos, etc., organizada, con brigadas de seguridad. Pero mientras los dirigentes pequeñoburgueses pueden darse el lujo de esperar, gran parte de la población, especialmente los jóvenes, no pueden esperar, algunos de ellos llegarán a la conclusión que la llamada “acción directa” es la vía; estos grupos serán especialmente susceptibles para ser infiltrados y utilizados para reprimir al conjunto del movimiento. Sin embargo en la lucha revolucionaria no hay atajos y no habrá sustituto de las acciones organizadas de masas y el frente único. La formación de Morena es un paso en la dirección correcta, pero nuestro Partido se debe vincular con la lucha sindical y juvenil y organizarse en un frente único que pueda hacer frente al gobierno de Peña Nieto y se pueda plantear la tarea de su caída por la vía de una huelga general. Si la “acción directa” ha de ser una frase que tenga sentido es ésta: la acción directa de las masas organizadas y unidas. No negamos la heroicidad de muchos compañeros que se enfrentaron a la represión policiaca, pero acciones de carácter radical deben ser llevadas a la práctica por las masas en su conjunto y no por pequeños grupos sino se convierten en actos aventureros. Con ese mismo ímpetu que se lucha en la calle, debemos luchar para ganar a las masas a una política revolucionaria que se oriente a acabar
con el actual sistema capitalista y su estado represor. Aunque existe un cierto reflujo en el movimiento, éste será temporal porque nada de fondo ha sido resuelto y todo ha empeorado.

La represión, el estado de sitio y el aislamiento de la población ha sido la marca con la que el gobierno de Peña Nieto ha iniciado. Nos unimos al clamor popular de rechazo a la represión del Estado y al desprestigio que quieren dar al movimiento, apoyados con sus infiltrados que incitaron los desmanes. Nos espera la escuela de los golpes duros, la escuela del viejo PRI. En el calor de los ataques los trabajadores tendremos que aprender a organizarnos y a preparar nuestra propia “Primavera Árabe” en la que el PRI – ese viejo y podrido faraón mexicano- deberá caer como cayeron sus iguales en Oriente Medio.

¡Rechazo a la represión contra los jóvenes!
¡Libertad a los compañeros detenidos el 1° de diciembre!
¡Por la lucha organizada y unificada de las masas!

Fecha: 

2 de diciembre de 2012

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