16 de mayo: La oleada revolucionaria que se extiende como un reguero de pólvora por Oriente Medio ha adquirido una nueva dimensión con la irrupción de las masas palestinas a lo largo de las fronteras de Israel el pasado fin de semana. Cada 15 de mayo, los palestinos conmemoran el Día de la Nakba (catástrofe) de la declaración de independencia del Estado de Israel el 15 de mayo de 1948. En los últimos años, las protestas se han caracterizado por los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y jóvenes palestinos lanzando piedras, pero ayer fue la primera vez que la conmemoración tuvo un carácter más generalizado y combativo.
Decir que una revolución ha comenzado no quiere decir que se haya completado, y mucho menos que la victoria esté asegurada. Es una lucha de fuerzas vivas. La revolución no es un drama de un solo acto. Es un proceso complicado, con muchas alzas y bajas. El derrocamiento de Mubarak, Ben Alí y Gannouchi marca el final de las primeras etapas, pero la Revolución no ha logrado aún completamente el derrocamiento del viejo, mientras que este último aún no ha logrado restablecer el control.
En la fase inicial las reivindicaciones de la revolución son de carácter democrático ¡Por supuesto! Después de 30 años de dictadura brutal, la juventud aspira a la libertad. Evidentemente, sus aspiraciones democráticas pueden ser objeto de abuso por parte de los políticos burgueses, que sólo se interesan por sus futuras carreras en un parlamento “democrático”. Pero nos vemos obligados a asumir las reivindicaciones democráticas y a darles un contenido claramente revolucionario. Esto llevará inevitablemente a la reivindicación de un cambio aún más fundamental en la sociedad.
La Revolución Árabe es una fuente de inspiración para trabajadores y jóvenes de todos los lugares. Ha sacudido a todos los países de Oriente Medio y el norte de África hasta sus cimientos y sus reverberaciones están sintiéndose en todo el mundo. Estos dramáticos acontecimientos marcan un punto de inflexión decisivo en la historia humana. Estos acontecimientos no son accidentes aislados del proceso general de la revolución mundial.
El ataque del gobierno israelí se ha llevado a cabo en aguas internacionales contra una flota civil que no portaba armas de ninguna clase, por lo que está tipificado por el derecho internacional como “crimen de guerra”. Al estar ordenado por las más altas autoridades del gobierno israelí, realmente es otro crimen de estado del gobierno sionista.
La única alternativa es una federación socialista en Oriente Medio
Una vez más hemos podido observar la verdadera cara del capitalismo, la cara de la masacre de inocentes en nombre del “bienestar” esto es lo que vimos en la nueva ofensiva de la burguesía israelí en Gaza.
Israel está retirando sus fuerzas de Gaza después de una tentativa de tregua con Hamás. La retirada, que comenzó el domingo por la tarde, sigue hoy de manera gradual. Israel y Hamás declararon el alto el fuego por separado el domingo. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo el domingo que Israel no pretendía mantener una presencia militar dentro de la Franja de Gaza, ni que su objetivo sea reconquistar el territorio.
En la Conferencia de Annapolis en noviembre de 2007, celebrada a propuesta de George W. Bush, se elaboró un plan que se suponía conseguiría un acuerdo entre Israel y los palestinos. Poco más de un año después el plan de paz está en ruinas. La clase dominante israelí ha concentrado todo su poderío militar en pulverizar Gaza. Una vez más, Oriente Medio está hundido en las llamas de la guerra.