Desde el jueves 26 de marzo por la mañana cientos de aviones de combate, en representación de Arabia Saudí y de una amplia coalición de Estados árabes, han estado bombardeando objetivos en todo Yemen, matando a docenas, destruyendo todas las pistas de aterrizaje y gran parte de la infraestructura clave del país. Una vez más, Yemen, que es el país árabe más pobre, se ha convertido en un objetivo de los salvajes ataques del régimen saudí.
Las divisiones religiosas, tribales y políticas, avivadas durante muchos años por el imperialismo en Libia, están deflagrando en una guerra civil aún más feroz y llena de callejones sin salida de lo visto hasta ahora. Hoy en Libia hay dos gobiernos rivales, uno en Trípoli y otro en Tobruk, y una tercera zona del país en manos de una alianza inestable entre los fundamentalistas del Estado Islámico (EI), los salafistas y los de Ansar al-Sharia (Los guerreros de la Sharía).
Cambios tectónicos están teniendo lugar en la economía mundial. El precio del petróleo se ha reducido drásticamente en los últimos seis meses. El precio del petróleo Brent ha caído a menos de 60 dólares el barril. Esto marca una caída de cerca del cincuenta por ciento en el precio de 115 dólares por barril en junio. Se anuncia una nueva etapa de la crisis capitalista, y su impacto se hace sentir en todo el mundo.
Con sus imponentes rascacielos, grandes bulevares, imponentes centros comerciales, discotecas, playas y brillantes luces, Dubai es uno de los santuarios más seguros del capital global. Libre de impuestos, es la morada de la mayor parte de los evasores de impuestos del tercer mundo, advenedizos corruptos y capos de la mafia. Esto hace de Dubai el buque insignia de los Emiratos Árabes Unidos, que es una alianza federal de los dueños (jeques) de siete Estados pequeños. Los medios de comunicación burgueses, sin embargo, muestran sólo el lado bueno de Dubai y de la capital, Abu Dhabi.
Los dramáticos acontecimientos en Turquía, Brasil y Egipto son una indicación gráfica de la situación completamente nueva en la que hemos entrado a escala mundial. Necesitamos examinar estos procesos fundamentales para evitar cualquier tendencia que nos haga caer en la rutina.
Una barata y cruda película anti-islámica titulada La inocencia de los musulmanes, producida y promovida por reaccionarios fundamentalistas cristianos en los Estados Unidos y difundida en Internet en julio, ha dado lugar a manifestaciones en muchos países de todo el mundo, incluyendo ataques a las embajadas de EEUU que en el caso de Libia condujeron al asesinato de cuatro diplomáticos de Estados Unidos en el consulado de EEUU en Benghazi. Analicemos por qué está sucediendo todo esto.
Publicamos el artículo de Hamid Alizadeh, escrito justo antes de las Navidades, conmemorando el aniversario de la muerte de Mohammad Bouazizi, que fue el pistoletazo de salida para el inicio de la revolución árabe. En el artículo se lleva a efecto un balance de fuerzas del conjunto del proceso.
En el prólogo a nuestro nuevo libro, "Revolución hasta la victoria - La revolución árabe: un análisis marxista", Alan Woods destaca el método de análisis marxista que nos permitió predecir la revolución egipcia con varios años de antelación, así como la creciente inestabilidad de los despóticos regímenes del norte de África y Oriente Medio. Compárese esto con la completa falta de comprensión de lo que estaba a punto de suceder por parte de muchos de los "expertos" burgueses.