Es realmente maravilloso e inspirador el movimiento de estudiantes, trabajadores y demás sectores populares en Chile. El éxito de la huelga general de 48 horas de la semana anterior es la demostración de que un país entero está mirando a sus estudiantes y trabajadores para hacer con la movilización lo que no se hizo en 20 años de “transición”: acabar con el modelo económico social implementado por la dictadura y levantar un “Chile distinto”, con derechos garantizados para todos a la educación, la salud, la vivienda, el trabajo.
El pasado jueves 11 de agosto el presidente chileno Sebastián Piñera promulgó una nueva Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación con un discurso engañoso y desafiante, dirigido al movimiento de estudiantes y trabajadores chilenos que desde hace nueve semanas sigue en pie exigiendo una educación gratuita y una país con igualdad y justicia social.
Un imponente movimiento de estudiantes de todos los niveles de la educación, jóvenes, profesores y trabajadores tiene a Chile en fibrilación desde hace meses. Comentaristas chilenos e internacionales consideran ésta como la movilización más amplia y participada en la historia chilena, seguramente en la historia de las últimas décadas. La lucha por una educación pública, gratuita y de calidad se está convirtiendo rápidamente en un movimiento generalizado contra las privatizaciones implementadas por la junta militar presidida por Pinochet no solo en la educación. Tras casi 20 años de tiranía y la transición a una democracia del olvido un país entero levanta cabeza comenzando nuevamente a reclamar “un Chile bien diferente”.
El rescate de los 33 mineros de San José de Copiapó ha adquirido el carácter de una epopeya. Y no es para menos tras permanecer atrapados 69 días –17 de ellos incomunicados– a casi 700 metros en las profundidades oscuras de las entrañas de la tierra. Cientos de millones de personas en todo el mundo pudieron verlo en directo, emocionadas, a través de la televisión e Internet.
Para enfrentar a Piñera, hay que romper la Concertación y formar un bloque PS-PC con un programa socialista
La elección del derechista Sebastián Piñera como Presidente de Chile supone una ruptura fundamental con los 20 años de gobierno de la Concertación Democrática, la insana coalición del Partido Socialista con la Democracia Cristiana.
Del 27 de febrero al 2 de marzo, más de 100 revolucionarios del continente americano nos reunimos en Ciudad de México para participar en la primera Escuela Marxista Panamericana de la Corriente Marxista Internacional. En esta escuela tuvimos la asistencia y participación de compañeros de: