A primeras horas del martes, 22 de septiembre, la policía y las fuerzas armadas atacaron violentamente a miles de seguidores del presidente hondureño Mel Zelaya y les echaron de manera violenta de los alrededores de la embajada brasileña en la capital Tegucigalpa. Zelaya fue destituido por un golpe militar el pasado 28 de junio y durante 86 días los trabajadores, campesinos y jóvenes han mantenido un movimiento heroico de resistencia contra el régimen golpista encabezado por Micheletti. Para sorpresa de todos, Zelaya consiguió en secreto entrar al país y buscó refugio en la embajada brasileña el lunes 21 de septiembre, desde donde hizo un llamamiento a la población para que acudiera a protegerle.
El lunes 21 de septiembre a las 11 de la mañana se confirmó que Mel Zelaya, el presidente legítimo de Honduras, estaba en la capital Tegucigalpa, alojado en la embajada brasileña. El presidente Zelaya hizo un llamamiento a la población para que saliera a protegerle y decenas de miles han respondido. Fue derrocado por un golpe de estado militar y perpetrado por la oligarquía el 28 de junio y durante 86 días los trabajadores, campesinos y jóvenes, el pueblo de Honduras, han mantenido una lucha heroica contra el golpe enfrentándose a la represión, a los asesinatos selectivos, a las detenciones masivas y al bloqueo de los medios de comunicación. Sólo la resistencia de las masas, dirigidas por el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe, hizo posible el regreso de Zelaya al país el 21 de septiembre. Ni las maniobras diplomáticas, ni la presión de los distintos organismos internacionales (que en el mejor de los casos ha sido tímida) sobre el régimen.
El ingreso de Zelaya a Honduras es un triunfo histórico de las masas hondureñas, tras 86 días de lucha ininterrumpida, se ha dado un punto de inflexión determinante. El detalle de cómo se dieron las cosas no es por ahora lo importante, el ambiente y el escenario están llenos de confusión y los rumores corren como pólvora; no hay que perderse en los detalles circunstanciales. Es vital tener claridad en la brújula política, que la dirección no se deje perturbar por los contratiempos que inevitablemente interfieren.
Han pasado ochenta días desde el golpe de estado en Honduras y no hay signos de que la resistencia se debilite. Todo lo contrario, sigue en aumento y cada vez es más combativa. Existen las condiciones para el derrocamiento del régimen golpista, pero se requiere una acción decidida en forma de una huelga general total.
A 69 días de lucha, ¿qué táctica necesita el movimiento?
Se cumplen 69 días de lucha, cantidad equivalente a los días que duró la histórica huelga de 1954, de los trabajadores de las compañías bananeras. Sin duda este movimiento ha superado en magnitud y masividad al movimiento de 1954, del que se consiguieron mejoras en las condiciones de trabajo para el pueblo hondureño.
El movimiento ha llegado a un punto de inflexión. De un lado, la oligarquía no es capaz, ni con el engaño ni con la represión, de imponerse sobre la resistencia contra el golpe. La resistencia, liderada por el Frente, ha dado muestras de una amplia capacidad de movilización y el pueblo hondureño ha respondido a todas las convocatorias haciendo frente a la represión brutal. Sin embargo todavía no se ha podido derrotar a los golpistas.
Cuando se cumplen ya siete semanas desde el golpe de estado contra el presidente hondureño Mel Zelaya, la resistencia nacional continua movilizando a decenas de miles de trabajadores, jóvenes y campesinos en un movimiento que la represión no ha podido aplastar. Mientras tanto continúan las maniobras diplomáticas de todo tipo para tratar de buscar una “salida negociada” que frene la posibilidad del derrocamiento del golpe de estado mediante una insurrección popular.
El pasado 5 de agosto, Manuel Zelaya, presidente de Honduras, fue recibido por el pueblo de México en un acto de solidaridad. En él, amas de casa, obreros, trabajadores, estudiantes y el pueblo en general demostraron su solidaridad con la lucha que el pueblo hondureño está dando en contra del golpe militar desde hace ya más de un mes.