Tras varios años de lucha contra el cáncer, con tan sólo 42 años de edad, nos ha dejado nuestra amiga y compañera, Ainhoa Murguiondo Ortiz de Zárate. El vacío que nos deja a quiénes hemos tenido la suerte de conocerla y compartir una parte de su vida va a ser muy difícil de llenar.
El 19 de junio, en una deslucida ceremonia, con una asistencia paupérrima en las calles de Madrid, Felipe de Borbón (ahora Felipe VI) fue coronado como nuevo monarca de España. En pleno Siglo XXI parecería absurdo hablar aún de monarquía, sabiendo de antemano que los monarcas y sus familias no son “designados por Dios”, ni “de sangre azul”. Sin embargo, en algunas naciones europeas todavía se conserva esa caduca institución de origen feudal. En el caso español, la continuidad de la monarquía significa algo más, es la continuidad del franquismo por encima de la voluntad de la mayoría de la clase trabajadora española.
En la tarde de ayer se celebraron centenares y multitudinarias concentraciones y manifestaciones semiespontáneas en todo el Estado para celebrar la abdicación del rey Juan Carlos y a favor de la República. La consigna central era exigir la celebración de un referéndum donde el pueblo decida entre monarquía y república.
La abdicación del Rey Juan Carlos es un intento de contener la crisis del régimen de 1978, sumido en el más amplio descrédito popular, en medio de la mayor crisis económica y social que ha conocido el Estado español en décadas.
Las elecciones europeas han provocado un terremoto político. La clase dominante no puede ocultar su preocupación. Los efectos políticos de la grave crisis económica y social que sacude al continente se hacen notar en todos los países. En el Estado español, el voto combinado de PP y PSOE ha caído hasta el 49%. El Secretario general del PSOE, Rubalcaba, ha dimitido, y se ha convocado un Congreso extraordinario del partido. Más importante todavía, el 18% que suman los votos combinados de IU y PODEMOS – el mayor porcentaje de votos conseguido nunca a la izquierda del PSOE – refleja la búsqueda por una parte creciente de la población de un cambio radical de sociedad y de sistema.
Miguel Jiménez, Miembro del Consejo Municipal de IU-Málaga
Los electores que participemos en las próximas elecciones europeas en el Estado español votaremos en clave nacional en mucha mayor medida que en votaciones pasadas. Tras dos años y medio de gobierno del PP, por primera vez podremos ver cómo el PP en una elección estatal va a bajar su porcentaje de voto de forma importante.
Las principales organizaciones estudiantiles del Estado español convocaron una huelga general de estudiantes los pasados días 26 y 27 de marzo. Yo participé en los piquetes de huelga en la Universidad de Alicante. La huelga fue convocada para luchar contra las políticas de austeridad del gobierno del PP que están destruyendo la educación pública en España. Las tasas de matrícula se han disparado en todo el país, el número de becas se ha desplomado, las clases están masificadas, ciertos módulos e incluso grados enteros están siendo desguazados.
La campaña histérica y rabiosa del gobierno del PP y de los medios de comunicación de la derecha contra la gigantesca manifestación del 22 de Marzo no tiene que ver con los disturbios que hubo al final de la misma, que fueron iniciados por infiltrados y provocadores policiales como han demostrado numerosas imágenes y testimonios. Tiene que ver con los objetivos políticos del 22M que sintetizó perfectamente Diego Cañamero en su discurso de cierre del acto: “Queremos no sólo democracia para el pueblo, sino que la economía esté en manos del pueblo”.