El PSOE ganó las elecciones al Parlamento de Andalucía, pero retrocedió 4 puntos y perdió más de 100.000 votos con respecto a las elecciones autonómicas de 2012. Su victoria, con una mayoría simple, destacó más por el hundimiento del voto del PP que por el caudal de votos conseguido. El PP pierde medio millón de votos y pasa del 40,6% al 26,7%. El voto del PSOE baja desde el 39,6% de 2012 hasta el 35,4%, el peor resultado conseguido por PSOE en unas elecciones en Andalucía. El voto conjunto PSOE-PP bajó 18 puntos (del 80% al 62%).
El gobierno del PP pretende encarar los procesos electorales del 2015 anunciando a bombo y platillo que la crisis ya ha terminado. Es cierto que la riqueza creada en 2014 (el PIB) aumentó un 1,4%, con un incremento neto de empleos de 417.500. Y este año se prevé un aumento del PIB superior al 2% ¿Marca esto un cambio sustancial en la situación económica?
2015 quedará registrado en los anales como el año más transcendental en la historia política española desde 1982, cuando se produjo la histórica victoria de aquel PSOE que tantas esperanzas despertó, y posteriormente frustró. Será el año que certifique la defunción del “bipartidismo” PP-PSOE, y en el que una nueva fuerza política como PODEMOS –anclada sociológicamente en la izquierda– agrupe el voto, la ilusión, la determinación y el deseo ardiente de cambio de la mayoría de la población; la que sufre y trabaja, la que crea la riqueza y soporta la crisis, representada por la clase trabajadora y la clase media empobrecida.
Por primera vez, varias encuestas sitúan a PODEMOS como primera fuerza en intención de voto. Esto refleja el agudo giro a la izquierda que se ha producido en la sociedad española. La clase dominante está histérica y en pánico, tratando de atemorizarnos con un desastre económico si PODEMOS aplicara su programa.
El veto del Tribunal Constitucional a la consulta oficial del 9N aprobada por el Parlament de Catalunya, unido al recurso presentado por la Fiscalía del Estado contra la consulta “alternativa” convocada en su lugar por el Govern, añade aún más combustible a la explosiva situación catalana y ponen de manifiesto el carácter reaccionario de la derecha y del aparato del estado españoles, así como la hipocresía del nacionalismo burgués catalán.
PODEMOS se ha convertido en el punto focal de la política española. No hay partido del régimen que no disfrace su pánico aludiendo al peligro del “populismo”. Más significativo es que las últimas palabras del cacique mayor del reino, el finado Emilio Botín, comunicadas a un grupo selecto de periodistas días antes de morir, estuvieran dedicadas a mostrar su preocupación por la irrupción de PODEMOS.
Las elecciones europeas del 25 de mayo han abierto una nueva etapa caracterizada por la entrada masiva en la acción política de la indignación popular. Estamos viendo la primera expresión política clara del descontento social, como lo demuestran el desarrollo explosivo de PODEMOS y el giro general a la izquierda en la sociedad. Esto no cae del cielo. Es el fruto de 4 años de incesantes movilizaciones populares de masas.
Lucha de Clases está a favor del derecho de autodeterminación del pueblo catalán, un derecho democrático básico. La negación de ese derecho a las nacionalidades históricas fue un punto central del régimen del 78, junto con el Rey que puso Franco y la impunidad de los crímenes franquistas.