"Me gustaría que España consiguiera un gobierno estable tan pronto como sea posible", insistió el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, hace unos días. El presidente del Eurogrupo Dijsselbloem explicó la razón: "España tendrá que presentar un ajuste adicional". El capital europeo ya ha dicho que el presupuesto de España está por encima de lo estimado y reclama 10.000 millones de euros de recortes adicionales. Sin embargo, la formación del gobierno que la clase dominante necesita, está resultando muy difícil.
Arturo Rodríguez y Paolo Tomaselli, Lluita de Classes
Muy a menudo, en los debates del movimiento anticapitalista, y a veces sin ser conscientes, se repiten viejas temáticas y argumentos. Es por ello, para sacar las lecciones y afilar nuestras tácticas y estrategias hoy, y no por ningún tipo de academicismo, por lo que los marxistas estudiamos detenidamente las experiencias pasadas del movimiento obrero y socialista. Los dilemas a los que hoy se enfrenta la CUP recuerdan a problemáticas muy antiguas.
El domingo 20 de diciembre, los españoles están llamados a las urnas en la que está llamada a ser una elección trascendental. Estas son, posiblemente, las elecciones más importantes desde la caída de la dictadura de Franco en 1975.
Las elecciones del próximo 20 de diciembre son la gran oportunidad que tenemos millones de trabajadores, jóvenes y desempleados de tirar a la basura esta pesadilla de gobierno del PP de Rajoy, el más antiobrero, antisocial y corrupto desde el inicio de la llamada Transición.
La gira de Stamatis Karagiannopoulos por el Estado español ha sido un gran éxito. En apenas 6 días, del 15 al 21 de noviembre, el compañero Stamatis ha participado en 10 actos públicos en las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Zaragoza, Pamplona y Vitoria, con la asistencia de 400 personas.
Estos días todo el mundo tiene la mirada fija en lo que está pasando en Catalunya, con la Declaración de intenciones del Parlament de iniciar la "desconexión" con el Estado español, aprobada con los votos de Junts pel Sí (CDC-ERC) y la CUP, y las dos negativas a la investidura de Artur Mas como próximo President de la Generalitat por parte de los diputados anticapitalistas de la CUP. El Gobierno del PP y el aparato de estado español no han tardado en demostrar de nuevo su carácter reaccionario, utilizando el Tribunal Constitucional como un instrumento de represión política contra un Parlamento votado legítimamente por el pueblo de Catalunya.
La convocatoria de elecciones para el 20 de diciembre pone fin al período de provisionalidad política, iniciado tras las elecciones europeas del 24 de mayo de 2014. Aquellas elecciones establecieron un punto de inflexión que marcó el declive de los partidos –PP y PSOE– en los que se había apoyado el régimen capitalista español durante décadas. Ahora, todas las encuestas pronostican para ambos partidos sus peores resultados en unas elecciones generales. Su voto combinado se estima alrededor de un 50% del electorado.
Las elecciones catalanas del pasado domingo han mostrado una sociedad muy polarizada, casi a partes iguales, entre los partidarios de la independencia y quienes desean seguir formando parte del Estado español. La política represiva del nacionalismo español reaccionario, impulsada por la derecha, es la principal responsable del agravamiento de esta cuestión. Y mientras que simpatizamos con la aspiración democrática de la mayoría del pueblo catalán a favor del derecho de autodeterminación, éste nunca se conseguirá siguiendo la estela del nacionalismo burgués. Lo que se necesita es una alternativa socialista y revolucionaria que una a los trabajadores por encima de las divisiones nacionales.