Carlos Márquez, militante de Morena en la delegación Cuauhtémoc
Morena surgió en medio de grandes batallas del pueblo mexicano y como continuador de una histórica tradición de lucha de nuestro pueblo. Después de realizar en todo el país congresos distritales, Estatales y Nacionales, se acordó que Morena buscaría convertirse en un partido político con registro legal sin dejar de ser movimiento, pero un partido distinto a los actuales. Sabemos que las instituciones Estatales nos pondrán muchas trabas y se requiere cubrir toda una serie de requisitos legales para cumplir con este objetivo, las cuales debemos cubrir sin perder nuestra esencia.
Han pasado más de 4 meses desde el inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, en el transcurso de este periodo, hemos sido testigos de la implementación de toda una estrategia burguesa, para implementar de forma avasalladora,un programa de ataques a los trabajadores que no habían podidoimplementar en 12 años de régimen panista. No es que el régimen anterior fuera progresista, todo lo contrario, una y otra vez intentó implementar ataques como el aumento del IVA, la privatización de PEMEX, la reforma laboral, etc., lo que sucedía era que el grado de división en el seno de la burguesía no le permitía ir a fondo ante las movilizaciones que se desarrollaron y que tuvieron como elemento aglutinador el movimiento en torno a Andrés Manuel López Obrador, el cual atravesó los dos sexenios panistas , constituyéndose como un dique.
La lucha de los maestros guerrerenses que se han unificado con las policías comunitarias, con campesinos, indígenas, sindicalistas, estudiantes normalistas, etc. y formado el Movimiento Popular de Guerrero (MPG) es una muestra de las profundas fuerzas transformadoras que se mueven debajo de la sociedad mexicana. La descomposición del sistema que se traduce en pobreza, violencia, explotación y muerte para las masas, está llevando a la inminente necesidad de la unidad de los trabajadores de guerrero y del país.
A poco más de 100 días de haberse instalado ilegalmente en la presidencia de la republica, el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRI ha demostrado una fuerte determinación para imponer las llamadas reformas estructurales, movimientos políticos que están orientados a beneficiar a los grandes capitalistas que apoyaron su candidatura, léase televisoras, organismos internacionales, grandes empresas nacionales y trasnacionales, quienes ahora reclaman las ganancias de la inversión en la campaña publicitaria e impositora del iletrado presidente de México. La aprobación, casi en automático, de la reforma laboral y de la reforma educativa dibujan en el panorama a futuro la disposición del PRI y sus aliados en el pacto por México, el PAN y el PRD, de continuar con los ataques a la economía popular mediante la reforma energética y la aplicación del IVA a alimentos y medicinas, tan solo por mencionar un par de ejemplos inmediatos.
El pasado 2 y 3 de marzo se reunieron más de 4 mil delegados de todo el país para celebrar la 21 asamblea nacional ordinaria del Revolucionario Institucional. Esta tenía como objetivos el modificar los estatutos y principios de este partido para ponerse al día con respecto a las aspiraciones de la burguesía nacional y el imperialismo. Particularmente dos eran los temas centrales, el poder impulsar la reforma hacendaria lo que implica poder cobrar IVA a medicamentos y medicina y la reforma energética, entregar la renta petrolera a empresas privadas nacionales y extranjeras.
Corría el año de 1923, Lenin estaba postrado y la situación dentro de la Unión Soviética rápidamente se deterioraba. La revolución había sobrevivido a casi cuatro años de guerra civil y a diversos intentos contrarrevolucionarios de todas las tendencias. La clase obrera que había tomado el poder seis años antes estaba básicamente diezmada; la gran mayoría se había sumado a las filas del ejército rojo y había desaparecido en acción, otros más se había sumado a la administración del Estado o del partido y estaban relativamente desvinculados de la problemática concreta de su clase.
Las recientes declaraciones de Enrique Peña Nieto (EPN) y su equipo de esbirros en torno a la “modernización” de la industria petrolera a partir de la apertura y “colaboración” con las trasnacionales abren nuevamente el debate nacional en torno a la defensa de la renta petrolera como instrumento de gran importancia en el presupuesto utilizado para la actuación del Estado.
DECLARACIÓN DE LA CORRIENTE MARXISTA LUCHA DE CLASES DEL PSUV: Lo que hemos visto en los últimos días es un golpe de estado en desarrollo como lo correctamente lo describió el camarada presidente Nicolás Maduro. No se trata simplemente de protestas pacíficas de compatriotas que creen que ha habido fraude, sino de un plan orquestado para tumbar el gobierno bolivariano y aplastar la revolución. ¿Cómo combatirlo?