El capitalismo a nivel mundial se está resquebrajando, dejando a la luz su verdadera careta de ser un sistema que no ofrece más que miseria. Como planteaba Lenin, el capitalismo se rompe por su eslabón más débil. No es una casualidad que los procesos revolucionarios más desarrollados estén sucediendo en Centroamérica y Sudamérica. Teniendo los ejemplos más claros en Venezuela, Bolivia, Ecuador, El Salvador, las tomas de fábricas en Brasil, y recientemente las huelgas en Colombia.