Paraguay; un país más girando a la izquierda

En toda América Latina (AL) no existe un régimen estable. La oleada revolucionaria ha llegado a todos los rincones de cada uno de los países que han girado de manera determinante hacia la izquierda terminando con décadas de gobierno de los partidos de la burguesía.

Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile y ahora Paraguay han tenido procesos de elección donde los candidatos han obtenido mayorías abrumadoras. Las masas no solamente han visto en ellos a la persona que cambiará el rumbo de la situación, sino a quien transformará radicalmente la sociedad en beneficio de los explotados.

Por un lado, después de décadas de dictaduras y represión a las clases oprimidas de AL los trabajadores han decidido poner un alto final y terminar de tajo con el pasado, la clase obrera se fortalece cada día más, y por el otro, la burguesía no ha encontrado una base firme para apoyarse, entre otras cosas.

El reciente triunfo de Fernando Lugo en Paraguay es un síntoma del proceso de recomposición de fuerzas favorable a los trabajadores, las serias acotaciones que le impondrá un congreso dominado por los partidos tradicionales es en sí un golpe para los intereses imperialistas y un triunfo para los trabajadores.

Tras llevarse a cabo las elecciones presidenciales, Lugo, de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), ganaba con el 40,82% de los votos contra 30,72% de Ovelar. El ex general Lino César Oviedo, del partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), aparecía tercero con 21,98%. Después de conocerse los resultados, miles de personas salieron en júbilo a festejar el triunfo de su candidato pero también a festejar la caída del Partido Colorado tras seis décadas de poder.

Lugo tendrá una presión seria por parte de la clase trabajadora. Los oprimidos de Paraguay, y AL, han aprendido muy bien de la historia. No han elegido por carisma, sino porque representa un cambio en sus condiciones de vida. Aunado a ello, los trabajadores latinoamericanos tienen como ejemplo de lucha al pueblo venezolano que se ha convertido en referencia para miles de trabajadores a nivel mundial; este factor jugará su papel.

La política de Lugo tendrá que ser la de defender un programa que verdaderamente beneficie a los trabajadores si no quiere pasar de un porrazo al basurero de la historia. Lo hemos visto en Argentina hace algunos años y lo hemos visto en distintos países más.

No cabe duda que los acontecimientos a lo largo del año que inicia se presentan vertiginosos en toda América Latina. Ningún acontecimiento histórico y mucho menos los procesos revolucionarios tienen un carácter lineal. Como hemos señalado muchas veces, los trabajadores de todos los países latinoamericanos han dado en este siglo XXI luchas maravillosas.

A distintos ritmos comienzan a adquirir conciencia de sus propias fuerzas. Las masas trabajadoras, cada cual con experiencias particulares, tienden a aproximarse a los métodos tradicionales de lucha de la clase obrera y es eso lo que hemos visto desde hace unos años en AL.

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