Constituyente de la Ciudad de México: No debemos permitir el avance de la derecha

Escrito por: 

Ricardo Márquez

 

La Ciudad de México tendrá una asamblea constituyente que aprobará una constitución, para ello se realizarán elecciones, el próximo 5 de junio, para elegir a sus diputados. La reforma política para el Distrito Federal ha sido una demanda sobre todo de la izquierda electoral. El objetivo de esta es obtener derechos políticos más plenos y una menor injerencia del gobierno federal. El problema es que la actual reforma política se realizó basándose en un pacto entre Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera, este último, aunque ganó la jefatura de gobierno con el voto de la izquierda, se ha entregado a la derecha al grado de convertirse en el brazo represor del gobierno federal contra el movimiento de los trabajadores y los jóvenes.
 
El país cuenta con 32 Estados, el antiguo DF es la zona geográfica donde se encuentran los poderes federales. De los casi 200 años que existió el DF, no tiene ni 20 años que sus habitantes podemos elegir a los gobernantes, en el pasado estos eran elegidos por dedazo presidencial. Desde 1997 la izquierda, con todas las críticas que se pueda tener hacia ella, ha ganado las elecciones en el DF, reflejo de las luchas y avance de conciencia de la población de la Ciudad que también se han reflejado en avances políticos y sociales evidentes simplemente al trasladarte de la ahora Ciudad de México al vecino Estado de México.
 
En el DF el gobierno Federal elegía al jefe de policía y al procurador de justicia, y estaba supeditado financieramente a la federación y no podía participar en reformas constitucionales, a diferencia de los Estados. Estos elementos sin duda han sido un freno para que haya más avances a la izquierda. 
 
Como marxistas tenemos claro que el Estado mexicano es un instrumento de la clase gobernante en defensa de sus intereses y privilegios. Vivimos bajo una democracia muy limitada incluso dentro de los márgenes del Estado burgués. Pensamos que es necesario un cambio fundamental en la sociedad y que las riendas de esta sean tomadas por la clase obrera en alianza con los demás pobres urbanos y rurales para que apliquen un programa destinado en distribuir la riqueza más equitativamente, poniendo las palancas fundamentales de la economía en manos de los trabajadores bajo su control democrático. Es necesaria una nueva revolución en el país, es decir un cambio de raíz que sólo puede ser producto de la lucha de las amplias masas y que en la época actual requiere de la participación decisiva de la clase obrera que es potencialmente capaz de paralizar la economía y hacer caer a la clase capitalista.
 
Para que estas tareas se realicen es necesario un desarrollo de la toma de conciencia y la creación de organizaciones de masas y políticas capaces de dirigir la lucha hasta el final. La mente humana se resiste al cambio, es necesario pasar por la dura escuela de vida y de la lucha para sacar conclusiones revolucionarias y los últimos años han sido una gran escuela de aprendizaje. El capitalismo mexicano es decadente, incapaz de solucionar nuestros problemas fundamentales y, por el contrario, nos está llevando a la barbarie. Debido a la ausencia de una dirección revolucionaria capaz de encausar la lucha, el proceso de transformación social puede prolongarse. Es importante cada avance, cada reforma que consigamos bajo este sistema, incluyendo los avances democráticos que nos dan un mejor margen para nuestra organización. 
 
Estamos a favor de una reforma política en la ciudad que permita profundizar los avances sociales y democráticos en beneficio del pueblo trabajador, que permita que en la ciudad se mantenga el libre derecho de organización y manifestación y no se introduzcan leyes contra la protesta social, en donde se mejoren los niveles salariales y las condiciones laborales prohibiendo el outsourcing, donde se garantice vivienda digna para sus habitantes, donde se garantice educación a todos los jóvenes y acceso a la cultura a toda la población, donde se mejore la infraestructura y el transporte público, donde no haya discriminación por preferencia sexual y por el contrario exista equidad de derechos, donde se apoye a adultos mayores, se defienda a la mujer contra el acoso y se apoye a las madres, principalmente a las solteras. Estas son algunas de las cosas por las que se debe luchar en la Constituyente de la Ciudad de México.
 
El gran problema es que esta constituyente, como dijimos al inicio, surge de un pacto entre Mancera y Peña Nieto. López Obrador, dirigente de Morena, ha denunciado que los dados están cargados desde el inicio, Martí Batres ha señalado que la Constituyente tal como está planteada pone en riesgo los avances sociales de la ciudad.
 
El proceso inició con la asignación de 28 notables que están redactando un proyecto de constitución dentro de los que se encuentran el político Cuauhtémoc Cárdenas, el director impuesto del IPN Enrique Fernández Fassnacht, el escritor Juan Villoro, Marta Lamas, Guadalupe Loaeza, Ifigenia Martínez, entre otros. Ellos entregarán el anteproyecto el 15 de septiembre cuando quedará establecida la Constituyente. Ésta estará integrada por 100 diputados constituyentes, de los que solo 60 serán electos y 40 designados entre Peña Nieto (6), las cámaras de diputados (14) y senadores (14), otros 6 impuestos por los partidos de derecha y el Jefe de Gobierno. Este mecanismo asegura una fuerza a la derecha mayor a su apoyo social, lo cual pone en real peligro al futuro de la ciudad y los avances democráticos y sociales conseguidos en los años pasados por la lucha. De hecho, esta composición y la forma antidemocrática que se prefigura es una maniobra del régimen y sus partidos para dar una especie de “golpe parlamentario” que reduzca el margen de maniobra de lo que parece ser un inevitable triunfo de Morena en la Cudad de México en el 2018. 
 
El PAN se ha manifestado por eliminar el aborto y limitar las manifestaciones. El PRI desde ya impuso el candado por el cual el gobierno federal sigue teniendo la tutela de la deuda de la Ciudad, el PRD ya ha votado en bloque junto con los partidos de derecha las principales contra reformas. Es necesario un voto a la izquierda para los diputados de la constituyente que son los que propone Morena y algunos de los candidatos independientes.
 
Varias organizaciones se manifestaron a inicios de marzo bajo las consignas: “¡No a la reforma política impuesta!”, “¡Todos somos constituyentes!”. Es necesario estar alertas y movilizarnos para defender a la ciudad de los ataques que quieran implementar en la constituyente. Hace 100 años se realizó la Asamblea Constituyente en el país de la que surge nuestra constitución, si bien esta tiene un carácter burgués, en ésta se plasmaron derechos sociales porque el proceso contó con la presión de las masas de obreros y campesinos. Sólo la presión de los habitantes de la ciudad, que somos en su mayoría trabajadores, puede evitar un retroceso y podría permitir plasmar avances.
 
Surgen ideas como la realización de una constituyente popular. Para que esta sea efectiva debería haber un movimiento de masas con la suficiente fuerza de imponer sus condiciones, pero eso no existe por ahora. Este tipo de iniciativas pueden ser buenas como agitación política, para agrupar al movimiento o para sacar acciones y algún programa, pero no debemos hacer ilusiones falsas, será la acción de masas la que puede frenar el avance de la derecha.
 
Las elecciones para los diputados constitucionalistas costará 400 millones de pesos, cada partido recibirá 10 millones para su campaña, Morena en protesta renunció a recibir esos recursos. Morena ha planteado una lista de candidatos que incluye a dirigentes de su partido, actores de izquierda, juristas, activistas por derechos civiles, etc. Pero fue un error no hacer una alianza más fuerte con las organizaciones sociales y el movimiento sindical, por ejemplo con los sindicatos afectados por la política laboral de Mancera.
 
Los requisitos legales para ser candidato independiente hacían difícil su inscripción, se pedían juntar 73 mil 792 firmas, pese a ello se lograron inscribir 8 candidatos. Esto habla de la búsqueda de alternativas de lucha, incluso de una crítica abierta a todos los partidos. Ellos, para poder ser electos, tienen que obtener el apoyo del al menos 1.66% de la votación, algunos calculan que esto implica 50 mil votos. Un candidato aislado por sí solo no pude cambiar las cosas fundamentalmente, la constituyente debe ser una tribuna para defender los derechos de los jóvenes y trabajadores y hacer un llamado a la lucha y la organización. Se debe hacer un frente único entre Morena y los candidatos independientes que no se alían con la derecha, esto no significa que estos candidatos deban rebajar su discurso, sino se trata de hacer un bloque para frenar el avance de la derecha en la ciudad.
 
Debido a que el régimen ya se aseguró el 40% de constituyentes, electos por dedazo, esta no alcanzará para llevar adelante reformas favorables para la ciudad, por el contrario abre las puertas para los ataques de la derecha. Para tener derecho a veto, la oposición, principalmente Morena, deben obtener una tercera parte de los diputados, es decir 34 de los 60 diputados elegibles. Debe haber un claro voto hacia Morena para evitar el avance de la derecha y una vez en el Congreso llamar a movilización en las calles para impulsar reformas a la izquierda.
 
La derecha trata de avanzar en todos los terrenos y quiere usar la constituyente de la ciudad para ello. Esta Ciudad es el corazón de la lucha y la historia de México, quienes vivimos y trabajamos ahí sabemos de sus problemas y de la necesidad de que las cosas mejoren. Solo la combinación de la lucha a lo interno de la constituyente y la movilización social, lo cual es la clave, permitirá mantener las conquistas y frenar el avance de la derecha en la ciudad.

Fecha: 

29 de abril de 2016

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