Próximas las Elecciones de la Comisión Organizadora del Congreso Nacional Politécnico

Escrito por: 

José Luis Hernández, estudiante de la ESIME Zacatenco
En próximos días, exactamente del 29 de marzo al 8 de abril (http://www.ipn.mx/Documents/2016/CON-COCNP.pdf), se comenzará el registro de los aspirantes a candidatos para representar a sus respectivos sectores (estudiantes, maestros y trabajadores no docentes) rumbo al Congreso Nacional Politécnico (CNP) pactado entre el gobierno federal y la Asamblea General Politécnica (AGP), como resultado del movimiento estudiantil #TodosSomosPolitécnico2014. Pero antes de avanzar en la materia, detengámonos un momento y analicemos de dónde proviene esta demanda por un Congreso.
 
El CNP ¿de dónde surgió la demanda? 
 
Después de la gran explosividad del movimiento politécnico de 2014 que inundó las calles de la ciudad, comenzaban con forcejeo y necedad de las autoridades federales las mesas de negociación donde se tendrían que acordar los mecanismos para materializar los 10 puntos del pliego petitorio emanado de las asambleas locales por cada escuela. Los 10 puntos, cabe resaltar, fueron los puntos de coincidencia de las 44 escuelas que conforman el IPN y que ayudarían a mejorar las condiciones frente a las problemáticas que aquejan a la institución, tales como la falta de democracia en el IPN, la derogación del Reglamento Interno 2014, la salida de la entonces directora general Yoloxóchitl Bustamante Díez, la falta de recursos económicos (o el manejo inadecuado de éstos), la falta de inversión en nueva infraestructura, la presencia de la Policía Bancaria Industrial (PBI), de los grupos represivos y porriles, y algunos otros puntos más que han quedado en el olvido. Pero, por lo menos en nuestra memoria viva, no existe dato alguno de haber discutido la demanda de un CNP en ninguna asamblea anterior a su aparición por primera vez en el pliego petitorio entregado el 30 de septiembre al Secretario de Gobernación Osorio Chong, y una vez sucedido esto se actuó por parte de una Comisión Especial de la Comisión Organizadora del Congreso Nacional Politécnico (CeCoCNP) sin debate, consulta e inclusión alguno de la comunidad en este proceso. Es normal entonces que actualmente a la gran mayoría de los estudiantes les es ajeno el proceso del CNP y desconocen de dónde se originó. 
 
Sin embargo, seguimos sin aclarar quién planteó esta idea del CNP, pues bien, hay dos versiones. La primera es que en una sesión de la Asamblea General Politécnica, previo a la entrega del pliego petitorio, los representantes se reunieron a rediscutir los puntos del pliego en donde no figuraba el CNP, pero por propuesta de los representantes de la Escuela Superior de Economía (ESE) se incluyó el punto de un Congreso, la mayoría de los estudiantes éramos inexpertos en el movimiento estudiantil y, ante una visión idealista del movimiento político un congreso, pareció la receta mágica para acabar con los males que aquejan al IPN. Lamentablemente, esto no sucede así y la historia lo ha demostrado una y otra vez.
Ahora sería un error enorme seguir teorizando sobre los errores del pasado. El congreso se realizará con o sin la comunidad, por menos en lo que respecta a su primera etapa; las autoridades van por todo, van por el botín que representa la educación pública y el IPN e intentarán usar todo el proceso de discusión rumbo al CNP para implementar su proyecto educativo, el cual está en sintonía con el proyecto neoliberal educativo del Estado, impulsado desde hace décadas en nuestro país.
 
¿El congreso de la comunidad del IPN o de las autoridades?
 
Las autoridades, con todo su aparato que los respalda, han hecho una lectura precisa del ambiente en las escuelas y creen preciso en este periodo llevar adelante los trabajos para conformar la Comisión Organizadora CNP ante la falta de interés e información para los estudiantes, profesores y trabajadores. El fantasma de la imposición del reglamento interno del 2014 se repite, pero ahora con mucha propaganda que te dice que #EsElMomentoDeParticipar. ¿Participar en qué? ¿Para qué? En las últimas negociaciones, el Director General Enrique Fernández Fassnacht se ha mostrado como el lado amable y dispuesto a transformar el IPN concediendo todas las cuestiones secundarias a la AGP –tales como cargar con todos los costes de la propaganda que no tiene ni un gramo de contenido– y lamentablemente nuestros compañeros han caído en la trampa. La autoridad concederá todas las cuestiones secundarias pero no lo fundamental, llevando adelante el Congreso en un ambiente de poca participación donde tiene todas las posibilidades de obtener la mayoría en la COCNP, y quien tenga el control total del COCNP legitimará sin problema alguno sus intereses sobre los otros; en este caso existe el riesgo de legitimar las reformas que frenamos en el 2014 en el CNP.
 
Se dice que en la historia los hechos se presentan una vez como tragedia y la otra como farsa. El Congreso Universitario de 1990 representó la primera parte, y el Congreso Politécnico puede ser la segunda, después de que éste haya representado una pequeña lluvia que levantará las esperanzas de la vegetación marchita en el llano seco. El movimiento politécnico, junto con la tragedia de Ayotzinapa sembraron deseos de justicia e igualdad social en el país que día con día pinta las calles con el color de la sangre, donde los pobres se vuelven más pobres y los corruptos llegan al poder. Donde los estudiantes nos tenemos que preocupar por no ser asaltados, asesinados o –si bien nos va– que nuestros recursos nos alcance para salir del día y de la carrera.
 
Personalidades que son dinosaurios en la politiquería del régimen han estado presentes durante décadas en el poder sofocando cada brote de protesta. En las mesas de negociación de la AGP, con el gobierno federal, en 2014 figuraron los siguientes nombres que cercenaron el Congreso Universitario de 1990: el del subsecretario de la SEP Fernando Serrano Migallón (antes abogado general de la UNAM), de Salvador Malo (ex secretario general de la UNAM) y de otros; en años anteriores se distinguieron por ser los más enérgicos promotores de reformas privatizadora en la UNAM y por reprimir la movilización de los estudiantes. No es coincidencia que estos viejos traficantes de la política ahora estén al frente del diálogo con el movimiento politécnico.
 
No hay que sorprendernos ante estos hechos, hay que sacar las mejores lecciones. La realización del Congreso Nacional Politécnico, con todas las contras que pueda tener, no fue aceptada como ningún acto de buena voluntad, representaba para las autoridades también un arma de doble filo, temían que el nivel de organización estudiantil ascendiera y utilizara esta demanda para dar una segunda batalla por la defensa de la educación pública que la huelga no pudo materializar. Esto no sucedió y ahora tienen todo el terreno preparado para lo que ellos buscan: entregar paulatinamente la educación al sector privado mediante reformas que vayan quitando la tutela al Estado sobre la educación.
 
¿Qué CNP queremos y cómo lo vamos a lograr?
 
En realidad necesitamos un Congreso que remueva las estructuras verticales que imperan en el IPN, construir con la participación activa de la comunidad politécnica una democracia de abajo hacia arriba y no lo que existe ahora, que es una imposición aplastante de arriba hacia abajo. Sólo desde la democracia se podrán resolver los problemas graves que están acabando con el IPN, que durante tantas décadas representó el baluarte nacional del desarrollo tecnológico y científico. No es una cuestión de fetichismo hacia la democracia, sin embargo, el control burocrático y unilateral de las estructuras de una institución han representado el sepulcro de ésta, como lo hicieron con PEMEX, TELMEX, etc. Este tipo de administración representa el sobre-poder de un pequeño grupo sobre la decisión de las mayorías que son las que mueven y mantienen vivo a las instituciones, como los trabajadores mantienen en pie las empresas e industrias, y no como se hace creer, que los consejos de administración son los que crean las ganancias de las empresas.
 
Pero los estudiantes van a la escuela a estudiar y otros tantos trabajan también, los profesores a dar clase y los trabajadores a obrar para mantener a las escuelas en buen estado. ¿Cómo haremos para disponer de tiempo y recursos económicos que nos permitan sacar del estancamiento al IPN?
 
Sólo con la inmersión de los estudiantes, profesores y trabajadores en las tareas de la administración de la institución podremos sacar adelante los retos. Sin embargo, nosotros no contamos con los medios ni los conocimientos sobre la administración escolar; mucho menos de leyes ni reglamentos que han sido establecidos sobre charlas en secreto e imposiciones desde el parlamento del Estado. No se puede controlar lo que no te pertenece, el pueblo no puede controlar la economía nacional cuando ésta le pertenece a los banqueros y grandes industrias. Nosotros no podemos controlar el rumbo del Instituto cuando las autoridades y grupos de poder los tienen secuestrados con retribución de salarios que rebasan los 100 mil pesos.
 
Es necesario recuperar las estructuras del Instituto bajo control democrático, donde los representantes obedezcan la decisión de la comunidad. Ese es nuestro reto y la lucha incesante el método para lograrlo. Podremos no conocer de administración, pero aprenderemos como aprendimos a gatear, después a caminar y finalmente a correr.
No bastará con negar la realización o resoluciones del Congreso, será necesario organizarnos y dar una firme batalla porque el CNP sirva en pro de la comunidad y no para intereses ajenos. 
 
Nosotros, desde el Comité De Lucha Estudiantil Del Politécnico –CLEP– les invitamos a unirse a la Coordinadora en Resistencia Politécnica y crear un proyecto de trabajo rumbo al Congreso Nacional Politécnico.
Creemos que son 5 puntos fundamentales que tendremos que discutir rumbo al proceso del Congreso Nacional Politécnico, no pretendemos imponer nuestro punto de vista a nadie, sino esto pretende ser una aportación al debate en el movimiento estudiantil y el proceso que se avecina en el IPN: 
 
1.- La democratización del IPN: Debemos tomar medidas para eliminar la estructura vertical burocrática que se mantiene en el IPN: el presidente asigna al Director General, el Director General toma la última decisión para asignar a los directores de los planteles y los directores de los planteles asignan a las autoridades de cada unidad académica. Además que el funcionamiento y la elección de los Consejos Técnicos Consultivos y el Consejo General Consultivo deja mucho que desear como órganos de representación de la comunidad. 
 
Debemos impulsar las reformas necesarias para que los politécnicos, la comunidad, los estudiantes, profesores y trabajadores tengamos una participación importante y decisiva para elegir a las autoridades del instituto, que en las grandes decisiones sea consultada la comunidad por parte de las autoridades y las decisiones se tomen de manera conjunta entre todos. La elección de los Consejos Técnicos y el Consejo General debe cambiar, se debe involucrar toda la comunidad, y los Consejos deben de ser organismos verdaderamente representativos de cada sector. 
La organización y el reconocimiento de las asambleas por sector para tomar las decisiones fundamentales del Instituto Politécnico Nacional ¡Nunca más una decisión unilateral! ¡Nunca más un Director impuesto en el IPN! ¡Transformación por las vías democráticas de la institución!
 
2.- La defensa irrestricta de la educación pública. Los grupos de poder vinculador a los sectores del Estado en el IPN siguen existiendo, las relaciones y la influencia de ex directores generales, ex funcionarios a lo interno de la estructura burocrática del IPN aún prevalece. Muchos de ellos han sido los promotores de reformas a los planes y programas de estudio, del cambio en el Modelo Educativo y reformas que atentan con el carácter público de la educación en el IPN. La idea prevaleciente entre los tecnócratas, entre los cuales hay muchos seguidores entre los funcionarios y ex funcionarios del IPN, es que la educación es una mercancía, se debe abrir a la iniciativa privada, que el sector oligárquico-empresarial debe tener una voz predominante en definir el rumbo de la educación, por lo que las reformas impulsadas han fortalecido la influencia de la iniciativa privada en el terreno educativo. 
 
Rumbo al proceso del CNP, debemos defender irrestrictamente el derecho a la educación pública, no debemos avalar ninguna tentativa que atente contra la educación pública.  Debemos de defender el proyecto del IPN, el cual nació para brindarle la oportunidad a los hijos de la clase trabajadora de recibir una educación pública, científica y de calidad.  
 
3.- Reimpulsar al IPN como institución rectora de la educación tecnológica del país. El IPN nación para ser la institución rectora de la educación tecnológica del país, sin embargo la clase dominante-gobernante y algunos ex funcionarios del instituto han ido mermando este proyecto, en 1968 se le arrebataron las pre-vocacionales, en los últimos 20 años se han fundado escuelas técnicas y universidades politécnicas que debilitan el proyecto original del instituto. Recientemente el intento de crear el Instituto Tecnológico es otro paso más en este sentido. Debemos recuperar al IPN con su proyecto original, El IPN debe brindar los cuadros científicos y técnicos necesarios para desarrollar la industrialización del país en beneficio de la sociedad. El rescate del proyecto educativo del IPN debe estar presente rumbo al Congreso Nacional Politécnico.   
 
4.- Defensa del presupuesto asignado al IPN, aumento del mismo y transparencia en el manejo de los recursos. Los llamados gobiernos neoliberales atendiendo los intereses del gran capital, tienen la lógica de reducir el presupuesto a las empresas públicas, a la educación, salud y vivienda. Ellos son el responsable de las quiebras financieras de las instituciones públicas y después mágicamente nos dicen ¡Las instituciones públicas no son rentables!. 
 
De todos es sabido que el presupuesto asignado a la educación y al IPN en particular es insuficiente, muchas escuelas no podrían sobrevivir sin los recursos auto generados, además de eso es un misterio para la mayoría de la comunidad en donde se utilizan los recursos asignados. 
 
Cualquier institución no puede llevar adelante sus proyectos si hace falta presupuesto, cualquier transformación que se desee en el IPN es imposible sin un aumento al presupuesto asignado desde el gobierno federal. Por lo que desde el Congreso Nacional Politécnico se debe pedir el aumento al presupuesto al IPN, y que haya medidas necesarias para la trasparencia en el uso de los mismos, como informes cotidianos sobre el gasto del dinero. Un sector de ese presupuesto debería ser discutido en instancias representativas de la comunidad para destinarlo a lo urgente y lo necesario para mejorar las condiciones de estudio en el IPN: 
 
5.- Mejores condiciones de estudio. ¡Vamos por la transformación del IPN!, fue parte del grito de batalla durante la huelga de 2014!, no existe educación de calidad sin mejores condiciones de estudio, no podemos elevar el nivel académico si no otorgamos todo lo necesario para el desarrollo académico pleno de los estudiantes. 
 
El proyecto original del IPN en el terreno educativo, fue brindarle todas las condiciones materiales a los estudiantes, para que su única preocupación fuese esa: estudiar. Existía un internado para los estudiantes de provincia, existían una serie de servicios asistenciales que se les brindaba a los estudiantes: becas, comedores gratuitos, laboratorios e instalaciones eficientes. ¡Todo eso lo debemos rescatar! 
 
Los 5 puntos anteriores no son un programa acabado es una propuesta que sometemos a la discusión de la comunidad del IPN.
 
 ¡El único camino es la participación activa de los estudiantes, profesores y trabajadores!

Fecha: 

1 de abril de 2016

Nacional: