Denuncia de extorsión - La CDMX ¿La ciudad de la impunidad?

Escrito por: 

Stephanie Arriaga Casillas
Es inaceptable como es que tenemos que vivir la mayoría de los mexicanos, esos quienes le dedicamos por lo menos 20 años de nuestras vidas a trabajar para poder tener un lugar donde vivir, los que debemos trabajar mínimo 240 horas al mes para poder aspirar a medio comer con apenas 70 pesos diarios. Además de ello, tenemos que vivir sabiendo que en nuestro país el Estado desaparece, tortura y asesina a la clase trabajadora.
 
11043366_663307280464488_2211742369810094658_o.jpgEl asesinato reciente de la periodista Anabel Flores, el de la activista guerrerense Norma Angélica Bruno, el hallazgo de fosas con más de cadáveres que seguridad respaldando a la población, la desarticulación y detención de las policías comunitarias, todo eso me deja claro que el Estado tiene una política en donde los trabajadores y sus hijos no cabemos.
 
El día de ayer, 16 de febrero del 2016, siendo aproximadamente las 19:30 pm llegaron a mi domicilio, ubicado en la colonia Providencia de la delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, alrededor de 6 tipos armados se dirigieron a mi tío y le dijeron que llegaban por órdenes de un patrón y que cobrarían uso de suelo y si se negaba a pagar esa cantidad (100,000 pesos) se llevarían alguno de sus familiares, que por cierto sabían perfectamente dónde y cómo encontrarnos. No olvidaron mencionar que el teléfono estaba intervenido y que si le dábamos aviso a la policía ellos lo sabrían pues tenían contactos ahí. Desde hace más de 15 años mi familia ha trabajado de lunes a domingo en mi hogar manteniendo un pequeño negocio local, ya que las alternativas gubernamentales, como ya se ha mencionado, no alcanzan ni para que una persona viva con dignidad.
 
Toda la noche estuvieron dos carros rondando mi domicilio porque, claro, la alternativa que nos queda a los que no nos sobra ni tenemos ese dinero es denunciar el abuso y esperar ser protegidos por ese Estado que a diario vocifera que vivimos en un México de última tecnología y en la cual la delincuencia está casi erradicada y aún más en esta “segura y responsable CDMX”. Hasta el día de hoy no hemos recibido respuesta de las autoridades después de denunciar el hecho, ni una sola unidad en mi casa o alrededores verificando nuestra seguridad, rastreando llamadas, revisando las cámaras que sin falta hay en cada calle de la ciudad de México.
 
Hoy tuve que salir de mi casa con mi hermano, colocar en mis maletas los 24 años de sueños, de esperanza, 24 años de Paz que anoche me robaron y no creo volver a recuperarla, no en el país en el que vivo. Anoche me preguntaba en que fosa me tocaría estar, si en realidad esos sujetos tendrían piedad y solo dispararían o si serían aprendices del Estado; sedientos de venganza, amantes de la tortura. En minutos, la vida de mi familia, mi vida han cambiado, no sabemos si el lugar donde estemos será inmune al miedo que se siente, no sabemos si ellos aparecerán. Los minutos, el día, la puerta que separa tu hogar de la calle jamás fue tan riesgosa, el sonido del teléfono nunca fue tan insoportable ¿y qué me queda? ¿Qué alternativa tenemos las familias trabajadoras mexicanas?
 
Soy militante de La Izquierda Socialista, egresada politécnica, trabajadora, una mujer que sabe que el miedo es la mejor arma que tienen los poderosos para callarnos. Alguna vez fui víctima de tortura después de ir a una movilización en el Estado de Oaxaca en el año 2012 durante el movimiento #YoSoyY132, vi de cerca las intimidaciones al participar en la huelga del IPN y ahora veo aterrorizada esta situación. Los revolucionarios sabemos de lo que son capaces los agentes del Estado, sabemos quiénes son ellos, pero jamás esperas que en casa lleguen sin más a romper tu vida sujetos que, claro, en sus entrañas tienen un vínculo con la mafia del poder.
 
Hago responsable al Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera; a su cuerpo de seguridad; al delegado de la GAM, Víctor Hugo Lobo, y al Gobierno Federal de cualquier agresión a mi familia o a mi persona o represalia por haber denunciado este hecho de extorsión e intento de secuestro. 
 
Así mismo solicito a quien lea esto su difusión solidaria para que las instancias pertinentes no den un carpetazo al hecho ocurrido y brinden seguridad. No es posible que con el presupuesto tan alto que recibe el sector de seguridad, como siempre, solo sean los grupos elite los beneficiados.
 
Denuncio esto porque no podemos seguir callando lo que pasa en nuestro país, no podemos dejar que el miedo siga siendo el cómplice de estas atrocidades, porque nacimos para vencer y no me queda duda que solo la organización de la clase trabajadora va a poder enterrar este sistema que explota al hombre, que lo ve como mercancía y lo hace comportarse como el ser más repugnante de la naturaleza, solo la clase trabajadora va construir bajo esos escombros una sociedad justa.
 
La extorsión, los secuestros, los asaltos también son violencia política que genera este Estado putrefacto en el que vivimos.
 
¡PORQUE VIVOS NOS QUEREMOS!
¡CONTRA LA IMPUNIDAD, LA JUSTICIA!
¡UNIDOS Y ORGANIZADOS VENCEREMOS!
 

Fecha: 

17 de febrero de 2016

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