Entrevista a Citlalli Hernández Mora, diputada electa de Morena en Iztacalco

Escrito por: 

Enrique Orihuela
Enrique Orihuela
 
LIS: ¿Cómo te iniciaste la participación social?
 
11999864_10204453753454128_2036267557_n.jpgCH: Siempre ha habido un ambiente de conciencia en mi casa, sobre todo de mi papá, y la música con la que crecí, que era sobre todo de protesta de los 60`s, latinoamericana (además que siempre ha habido un periódico en mi casa), influyó. Y entré –a lo mejor de manera inconsciente– cuando era más pequeña, y tome conciencia social a los 13 o 14 años, cuando surgió el movimiento contra el desafuero; digamos que fue mi primera participación activa cuando fui a la marcha del silencio, y a todo este movimiento, que en ese momento era obradorista, y yo creo que ahí empezó mi participación social, y un poco mi conciencia más activa. Después, cuando entre a la preparatoria participe en distintos grupos juveniles-estudiantiles, y, creo yo, que a partir de ese momento comenzó a conformarse mi vida activa en la lucha social, empecé a acercarme a los movimientos que iban surgiendo, y participaba en la medida de mis posibilidades en los distintos movimientos. Al final de la preparatoria conocí a Militante (ahora la Izquierda Socialista), pero fue en esa transición entre la prepa y la universidad, y, de alguna manera, ya no pude darle continuidad, me enfoque más a la carrera, pero siempre trate de acercarme y solidarizarme con las luchas sociales que se iban dando. Y en ese proceso, como una chispita que yo creo traía conformada desde mi hogar, fue tomando más forma, con ideología, con conocimiento histórico, con lectura de las noticias, con esa conciencia social y hasta emocional, por así decirlo, que te sensibiliza frente a la injusticia. Y cuando llegó, digamos, el momento electoral en 2012… bueno, participé también en el 2006 contra el fraude –a pesar de que yo no podía votar– y en 2012 me sumé un poco más a la campaña: me acerqué a Morena Cultura. En enero, antes de que iniciaran las elecciones en 2012, participé en una colecta que se hizo en la Sierra Tarahumara (que era lo que siempre hacia), trataba de sumarme a los movimientos que conocía o que encontraba, y después de esa colecta fui una de las 7 comisionadas a llevar los víveres –que fueron 67 toneladas– a la sierra, y al regreso resulta que la mayoría simpatizábamos con Morena, y justo venía el proceso electoral y empecé a participar más activamente con Morena Cultura, con Taibo y con varios compañeros que estaban tratando de construir esa parte del movimiento. Y bueno, después de las elecciones también fui parte del movimiento “yo soy #132”, después de las elecciones teníamos el movimiento anti-imposición, y, posteriormente, en Morena Cultura nos preguntamos sobre la importancia del futuro de Morena en cuanto a lo que se estaba discutiendo de convertirse en partido o seguir siendo movimiento. Y pues, uno de los consejos de Taibo en ese momento era cómo sumarse, acercarse más a la comunidad y comenzar a conformar los comités de base para darle estructura al partido, para que las cosas sí sean distintas. Así fue, aquí en la Agrícola Oriental ya había varios compañeros que durante muchos años han estado luchando, han estado sumándose a los distintos movimientos de izquierda nacionales, y pues, me sume a ellos, se conformaron los primeros comités de base aquí en Agrícola Oriental, que fueron los primeros de Iztacalco, y después de eso vino otro proceso, pero, prácticamente, digamos que fue el proceso inicial. Un poco bajo la influencia de casa, y poco a poco, pues como que le di forma a la conciencia o a esa sensibilidad frente a la injusticia, y pues, le di más carga ideológica, histórica y empecé a participar más activamente y al final decidí estar en Morena, porque creo que Morena aglutina un proyecto donde entran todos los sectores y que de alguna manera es antisistema, aunque muchos pudieran decir que aún es reformista. Pero hoy por hoy hay muchos movimientos sociales que saben qué no quieren, pero Morena da un paso más adelante y propone un proyecto de lo que sí quiere, sabemos qué no queremos y qué se quiere...
 
LIS: Actualmente fuiste electa diputada, y la pregunta sería: ¿por qué ganaste? Te lo pregunto porque en su conjunto fue una sorpresa para todos, incluso dentro de Morena. Y te lo pregunto porque en varios distritos no ganó Morena, por ejemplo, en Iztapalapa, en donde había sectores muy seguros; el candidato a jefe delegacional por  Iztacalco no ganó, por eso te lo preguntó.
 
12007161_10204453753574131_1449130211_n_0.jpgCH: Pues yo creo que fue la unión de varios factores, quizá el menos trascendente en este proceso, pero –a lo mejor– el más mencionado, es el efecto López Obrador: el hecho de que López Obrador sea el referente de Morena. Pero creo que hay otros factores más importantes o más fundamentales, primero, porque quienes conformamos esta candidatura fuimos comités de base que decidimos participar a lo interior, sea quien fuere y después ponerle cara, anteponer un proyecto, un modo diferente de hacer política, y bueno, al final fui yo, pero quienes lo conformamos o quienes estuvieron detrás de esta candidatura fueron las y los compañeros de los comités de base que durante años hemos estado saliendo a las calles no sólo como partido político, sino sobre todo como movimiento, informando lo que pasa en Ayotzinapa, las reformas que se aprobaban... cantidad de cosas que lamentablemente hemos padecido en el país, y que tratamos de darle un eco, sobre todo informativo y de conciencia, en nuestra colonia, que es la Agrícola Oriental. Y yo creo que cuando salimos en este proceso electoral a tocar puertas y a pedir el voto, pues, de alguna manera ya sabían que no salíamos solo por una cuestión de ganar un puesto, nos habían visto, aunque a veces para nosotros pareciera que no nos veían, que no sabíamos que nos habían visto saliendo un buen rato a las calles con un ‘cineclub’ popular.
 
LIS: Te lo pregunto porque sé que no fue fácil la elección, porque estabas frente a la delegada y ante muchos recursos, y es justa la pregunta porque estabas en una condición menos favorable.
 
CH: Sí, de alguna manera ya habíamos hecho un trabajo y eso –creo–  te da legitimidad en un contexto en el que la gente no cree ya en los políticos, que cree que todos los partidos políticos son iguales y que cree que sólo hay un modo de hacer política, y es la corrupta que hemos padecido durante años. Pero, de alguna manera, todos los que estamos atrás creo que tenemos una capacidad moral de pedir el voto o capacidad moral de platicar con nuestros vecinos, y no sólo a mí sino a varios de mis compañeros. Primero, nos conocía la misma comunidad, segundo, también la inconformidad que había hacia la delegada por toda la corrupción y demás, y –yo creo– lo más importante, también el trabajo que se realizó en esta campaña casa por casa, y en este, como factor hormiga de platicar con la gente, también fue un debate de ideas; si sólo hubiéramos tocado su casa para pedir el voto, los resultados habrían sido negativos para nosotros, pero en cada casa que tocábamos intercambiábamos puntos de vista con los vecinos y había quienes incluso no querían votar, que iban a anular, y convencimos incluso a personas que estaban en esa postura. Entonces también creo que fue una campaña con ideas, con cultura, con referentes distintos a los establecidos en el modo de hacer política y de hacer campaña y eso nos dio el voto de confianza con la gente. Y ese intercambio constante durante 45 días, de ideas, pues, creo yo generó un vínculo entre los vecinos y nosotros para darnos el voto de confianza, que además no llegábamos con un discurso tradicional (pienso yo). Parte de lo que buscábamos era salir a la campaña, y si no ganar electoralmente, por lo menos ganar en la cuestión organizativa y de conciencia, y le decíamos a la gente: "pues si no vota por nosotros, vote por quien vote, esté al tanto, pida rendición de cuentas". Entonces, yo creo son muchos factores, y en gran parte es que los compañeros que conformaron la campaña tratamos e insistimos en cada momento de darle una tónica de cómo hacer política de manera distinta, cómo no repetir patrones tradicionales que a la gente le molestan y ya le ofenden a estas alturas, y quizás percibieron esa diferencia que nosotros tratamos de exaltar, no por una cuestión discursiva o engañosa, sino por una cuestión que es lo que nosotros creemos, que se puede hacer política de manera diferente y que se profesara en la campaña.
LIS: Eso es clave y lo has mencionado bien, pero hay también otros factores. El PRD, es una cuestión clave. El PRD fue un partido que se decía de izquierda y creo que es una pregunta justa, inclusive para el futuro: ¿por qué degeneró, por qué dejo de ser una opción el PRD?
 
CH: Pues precisamente este descontento hacía los partidos políticos, mayormente generalizado, viene también un poco de esa descomposición del PRD, en algún momento el PRD era la única opción de izquierda electoral y, de alguna manera, aunque había fraudes, aunque había derrotas, la gente se sostenía de ahí o un sector se sostenía de ahí, y con la descomposición del PRD viene...
 
LIS: Pero ¿por qué se descompuso?
 
CH: Pues el PRD se descompuso, creo yo, porque antepusieron intereses personales, intereses de partido. Al entrar al Pacto por México, pues le dieron la espalda a la gente, no le apostaron a la organización, a la base...
 
LIS: ¿Fue un proceso instantáneo? 
 
CH: Fue un proceso largo de descomposición y creo que en gran medida muchos al interior del partido permitieron que ciertas cosas se hicieran que no se deben hacer, por eso, por anteponer intereses personales, de grupo, intereses de partido. Creo yo que cuando antepones los intereses de un partido o la sobrevivencia de un partido, prácticamente pones en riesgo otros objetivos más colectivos o más comunes, y eso fue lo que le paso al PRD. Durante años le empezaron a dar la espalda a la gente, la espalda a la base, empezaron a caer en el pragmatismo, empezaron a tratar de hacer que el partido sobreviviera, la corriente de los "Chuchos" empezó a tener el poder, se empezaron a vincular con la derecha, a vincularse con el régimen y empezaron a revolverse, hoy por hoy y después del Pacto por México, que –digamos– es el momento clave o el momento más visible de la descomposición del PRD, nos demostraron que son más de lo mismo, y esa descomposición creo que incluso es parte de una cultura política que llevamos arrastrando, en la que creemos que solo corrompiéndonos, que solo cayendo en juegos y negociaciones –insisto–  pragmáticas, se puede hacer política.
 
LIS: ¿Morena puede caminar la ruta del PRD?
 
CH: Pues es un gran riesgo, o sea, Morena corre los mismos riesgos porque estamos en la misma sociedad, en la misma cultura política, porque algunos incluso vienen de ese proceso, que en su momento fue una opción del PRD, y corre tantos riesgos como los corrió el PRD y podría caer en lo mismo que el PRD, pero yo creo lo que lo va a evitar es democratizar cada vez más Morena. Que participe mayormente un sector de la sociedad y que tenga el respaldo de una fuerza social, y que no pierda su tónica de movimiento, que equilibre partido-movimiento, al 50-50, e incluso yo me atrevería a decir que es mucho más el porcentaje del movimiento, porque, en la medida de que no pierda y si aterrizas en el movimiento, creo yo, no pierdes la brújula. Cuando te enfocas sólo en el partido a veces cambian las prioridades, cambia tu visión y hasta tu libertad. Si le das chance a que quien vaya moviendo el futuro del partido sea el movimiento va a haber mucho más aire, mucho más crítica a lo interior, para que no se convierta en el PRD y señalar cada momento cuando las cosas se estén haciendo mal. Sí, con táctica para no darle herramientas a los medios, al sistema, de atacarnos, pero sí ser críticos al interior y señalar las cosas que están mal o que se hicieron mal. Por ejemplo, habría que hacer un balance de este primer proceso electoral, qué se hizo mal y qué no se tiene que repetir para que Morena no se convierta en un partido político más, y aumentar la participación; que no sea un partido de unas cuantas personas sino realmente el partido del pueblo, y que la gente comprenda que en Morena tiene un espacio y que poco a poco vaya conquistando incluso la toma de decisiones a lo interior, en lo local y también a nivel nacional...
LIS: Morena es contradictorio, existen candidatos como tú, de la base, pero también hay gente que, por ejemplo, aprobó el aumento del metro, que fue José Alfonso Suárez del Real, ¿qué ocurre? ¿Crees que esas personas defiendan la línea que proponen?
 
CH: Pues yo creo que Morena es un movimiento plural y muy joven en realidad, muy naciente, y está en construcción, y no se puede unificar o generar una base homogénea en cuanto a que todos pensemos igual, pero yo creo que sí debe de haber referentes  muy firmes en cuanto a la ideología y los principios. Y la experiencia –creo yo– a nivel nacional es que donde hubo grupos organizados, hubo mayor satisfacción al interior y al exterior de las candidaturas que se establecieron, donde no hubo grupos organizados, y bueno no hablo de grupos, más bien la palabra no es grupos, donde hubo compañeras y compañeros organizados, hubo más debate, más contrapeso, más crítica, más propuestas para conformar un buen proceso electoral interno y externo. Donde no hubo mucha organización fue donde hubo candidatos digamos, que muchos califican de impuestos o que no fueron sugeridos por la base, pero yo creo que depende de la militancia, o sea, quienes ya ganaron pues ya forman parte de la representación de Morena. Si hay personas que no tienen claro cuál es el papel de Morena, cuál es el papel de un representante de Morena, pues corresponde a los militantes estar detrás de ellos y exigir, y no soltarlos, porque el problema también –creo– es que hay personas o compañeros que se decepcionan de algunos procesos de Morena, que incluso si los llevamos más al análisis, hasta son normales creo yo cuando comienza a conformarse un movimiento y un partido, en las condiciones que tenemos (sociales, históricas, políticas, culturales); pero se decepcionan y abandonan, en vez de estar ahí señalando y dejan el terreno libre a quienes quieren hacer de Morena un partido más, y yo creo que la clave está en la organización al interior, que puede estar proponiendo mejores perfiles, que puede estar vigilando a quienes fueron representantes o que quedamos electos, y también la organización para afuera; la organización social que esté respondiendo a una democracia más participativa como representantes que hayan quedado sean de cualquier partido y que estén exigiendo, pidiendo rendición de cuentas, ejerciendo este mandar-obedeciendo, y pues yo creo que va ser inevitable que gente que no tiene nada que ver con Morena se acerque, pero si es urgente e importante que haya organización a lo interior de Morena, mucha crítica, señalando lo que puede estar dañando al partido y que este participando gente a lo mejor con mayor capacidad o con más firmeza ideológica y moral.
LIS: Hay muchas experiencias en América Latina, muchos procesos que se desarrollaron en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, la misma Argentina en donde la izquierda llegó. Ahora algunos de ellos tiene problemas internos, pero también muchas experiencias, ¿Qué podrías opinar acerca de esos países?
 
CH: Pues yo creo que durante mucho tiempo América Latina ha sido un referente revolucionario y de cambio. Ahorita creo que está en su máxima expresión, de que hay una alternativa a un sistema económico y político establecido, y es incluso un aire de esperanza para muchos que queremos caminar hacia ese lado. Porque es como si hasta fueran contagiosos estos aires de cambio, sobre todo en el sur, en el que se ha demostrado precisamente lo que muchos buscamos en Morena: que se pueda hacer política de manera diferente, que se puede ser anti sistema y contrapeso de un régimen que hasta pareciera a veces eterno. Y es un ejemplo incluso organizativo, es un ejemplo de que sí hay alternativa y de que la construcción es larga. Yo creo que México está en el rezago frente a esos procesos latinoamericanos, primero porque ni la democracia hemos alcanzado, ha habido fuerzas de izquierda, aunque habría que también que discutir qué tan de izquierda o qué tan radicales son a comparación con las fuerzas en América Latina. Pero ha habido fuerzas de izquierda en México que han luchado por tomar el poder para transformar las cosas, para empezar a darle otro rumbo al país, y lamentablemente hemos padecido muchos fraudes, hemos padecido engaños, manipulación; yo creo que lamentablemente estamos en ese rezago y primero habría que conquistar un poco la democracia en México y empezar a construir ese camino que ha sido exitoso en Latinoamérica, y también ya en algunas partes de Europa, donde hay otras opciones, hay otros procesos, hay un guiño hacia la izquierda por parte de la sociedad y por parte de dirigentes de movimiento y de partidos. Y yo creo que es un referente para muchos de nosotros que durante años hemos soñado, pensando en la Revolución Cubana, en el gobierno por ejemplo de Salvador Allende y que ahora no es un proceso histórico solamente o un proceso en retrospectiva, ahorita estamos viendo cómo en el mundo hay vientos de cambio y América Latina está formando parte fundamental de este cambio histórico en cuanto a ir atentando contra ese sistema económico impuesto en el mundo, y que da esperanzas, o sea, puede ser distinto, y yo creo que un factor clave ha sido la organización social y la fuerza social que puede atraer una fuerza política o un movimiento. Y si en México no comprendemos que es importante esa unidad popular, como la inclusión de todos los sectores y la parte de movimiento, pues se podrán hacer cientos de partidos y miles de esfuerzos pero no tendremos éxito.
 
LIS: Ya para finalizar, qué podrías decir de México y de cómo Morena lo pueda transformar.
 
CH: Pues, de entrada, yo creo que no hay país tan surreal como México, todo lo que vivimos sería ya como determinante de un estallido social o de mayor oposición u organización social, pero el hecho de que no exista tal cosa, de que todavía haya gente que no crea o que crea que las cosas no están tan mal en México, habla también de una fuerza mediática que a veces oculta la mayoría de cosas que tú mencionas, a veces nos enteramos por redes sociales, no por los medios tradicionales. Creo que hay una manipulación mediática, creo que el sistema ha generado los factores para no derrumbarse, para llevar a la sociedad a la apatía, a la ignorancia, a la resignación; y es parte de lo que tenemos que hacer, no sólo como Morena sino como sociedad, un contrapeso informativo que nos haga ver que las cosas están mal y que nos haga saber que se pueden cambiar. Eso por un lado, por otro creo que es importante ver que todas las últimas tragedias, las últimas malas decisiones que se han tomado, las últimas reformas, la fuga del Chapo, todas estas cosas que nos indignan son parte o son resultado de quienes toman decisiones en el poder, y hay un sector que lucha por la transformación de este país, que no le apuesta a la vía electoral, a tomar el poder en ciertos lugares de decisión, y habría que tener esa reflexión, o sea que las cosas que están pasando en el país son culpa mayoritariamente de quienes están tomando las decisiones: poder ejecutivo, poder legislativo y judicial; hay una carencia de poderes al servicio de la gente y esos poderes están al servicio de intereses económicos, intereses extranjeros e incluso intereses hasta empresariales y del narcotráfico. Y si esos poderes, por más que en las calles haya un clamor de cambio, de justicia, de que renuncien estos gobernantes, pues nunca lo van hacer. Si esos poderes siguen en las manos de los mismos de siempre, pues las decisiones que se sigan tomando, por más que nosotros queramos que sean distintas, pues no van a cambiar. Creo yo que es importante tomar esa reflexión y ver los procesos incluso internacionales donde se ha tenido que tomar el poder para cambiarlo, y así como es importante señalar que el movimiento social es fundamental para cualquier fuerza política o partidista que quiera hacer un cambio, también es importante señalar que hay que tomar el poder para poder cambiar las cosas de manera más rápida y evitar todo lo que hemos padecido; lamentablemente Ayotzinapa no va ser la última tragedia que vivamos, en los próximos tres años estoy segura de que van a pasar cosas que nos cimbren todavía más, que nos indignen. Y cada vez hay más voces de la sociedad que critican, que exigen la renuncia de Peña Nieto o la renuncia de procuradores, que saben que las cosas están mal, pero cada vez también salimos a marchar y pareciera que no pasa nada: nos ignoran, nos reprimen, pareciera que la fórmula que hemos seguido durante años ya no está rindiendo frutos y habría que dar un paso más; y yo creo que es la organización social, pero también no tenerle miedo a tomar el poder para cambiar las cosas. Yo creo eso y el panorama que estamos viviendo a nivel nacional es trágico, es peligroso, pero también debería de motivarnos a cambiarlo, y yo creo que, sobre todo, hay un conocimiento de quienes han estado en esta mafia del poder de que en cualquier momento pueden cambiar las cosas y por eso es que están generando un panorama de miedo, un panorama hasta policiaco, delincuencial, donde el ejército, la marina, las policías federales y estatales no defiendan al pueblo, sino atentan contra el mismo. Hay defensas de muchos  pueblos y comunidades por su territorio y creo que la clave está por ahí. En el país estamos viviendo una explotación de nuestros recursos naturales para favorecer a intereses económicos que, sobre todo, son transnacionales y están con la complicidad del Estado, con la complicidad de las fuerzas policiacas, y además aprovechan para generar terror y generar miedo, y por eso están los miles de desaparecidos, los miles de asesinados, periodistas silenciados como ahora acaba de pasar con Rubén Espinoza, y todo ese sistema, todo lo que pasa en el país y que ha pasado durante años no es casual, es sistemático, y son piezas de un rompecabezas muy complejo, y que si no comprendemos que el gran problema son quienes están tomando decisiones y que hay que llegar a esos puestos de decisión para cambiar las cosas, no como único elemento, sino como un elemento, y fortalecer la organización social y seguir con la movilización y seguir informando; son todos esos factores juntos –creo yo– van a ser los que cambien el país, y en ese sentido Morena, a diferencia de otras fuerzas, cubre ese frente que muchos compañeros y compañeras, con justa razón, a veces le tienen rechazo. Pero, creo yo que es importante tener en cuenta eso, que hay que cubrir todos los frentes, y uno de esos es el frente  electoral, el frente partidista, y Morena cubre ese frente, tiene muchos retos por delante, tiene todo un camino de construcción y de blindaje que debe de hacer para que no se convierta en un partido más, pero yo creo que Morena a eso le apuesta, a cubrir el frente del movimiento social y el frente de partido, y en un contexto como el que estamos viviendo en México, podría ser la única alternativa si logramos construir bien el movimiento-partido que nos proponemos, y quizás en algún momento, sobre todo en 2018, que viene una decisión importante para cambiar de presidente, yo creo que hay solo de dos: o seguir con cualquier otro títere que nos imponga el mismo régimen que durante años ha tomado decisiones o apostarle a una fuerza distinta en donde por lo menos para tomar una decisión electoral inicie una unidad nacional y una unidad popular que pueda ir tomando decisiones para los próximos años e ir cambiando poco a poco el rumbo que ha tomado este país; que no es fácil, pero que sí es importante tomar en cuenta que gran parte del cambio también está en tomar los puestos de decisión, y creo que ahí es donde Morena podría entrar si lo hace bien.
 
LIS: Pues muchas gracias.
 
CH: De nada Enrique.
 

Fecha: 

11 de septiembre de 2015

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