Desde que somos niños nuestros padres nos mandan a estudiar; cursamos 3 años de kínder, 6 años de primaria, 3 años de secundaria y 3 años de bachillerato antes de hacer un examen de admisión para poder ingresar a la universidad. Y a 9 de cada 10 que hacemos este examen, nos quitan este sueño, al ver en la ficha de resultado “aspirante no aceptado” (El Financiero 20.07.2014). Esto dará mucho de qué hablar con nuestros familiares y amigos. Tal vez te digan que no te preocupes, que le eches más ganas, que a la otra si te quedas (en el mejor de los casos) o te pueden decir que el que no te hayas quedado es tu culpa, porque eres un flojo, un burro, que no tienes la capacidad para estudiar, el que quiere puede, ¿para qué te aferras? etcétera. Todas estas razones se podrían resumir en dos: la primera, si no te quedas es porque no estudiaste y la segunda es, échale más ganas para la otra.

Tenemos que ver si estas razones son ciertas y aplican a todos los estudiantes. Tan solo el año pasado 126 mil 683 los estudiantes hicieron el examen a UNAM y solo 11 mil 342 fueron aceptados en la primera ronda; para el IPN fueron 98 mil los aspirantes y solo 20 mil consiguieron un lugar en las dos rondas. Desde el primer momento nos podemos dar cuenta que el gobierno sabeque va a rechazar a 78 mil estudiantes en el IPN aún así se llena la boca diciendo que está haciendo su mayor esfuerzo para solucionarlo, pero esto en la realidad no se ve: hace un par de años la matricula total en el IPN era de 24 mil, el año pasado fue de 20 mil. Muchos podríamos usar la lógica y pensar que, si la demanda crece año con año, el número de lugares también debería aumentar y no al revés. Podrán argumentar que es comprensible que haya matricula insuficiente en las escuelas porque una universidad no se construye de un día para otro, y en esto tienen razón, pero el poco interés en la educación se ve reflejado en que la última universidad construida por el gobierno federal con carácter gratuito, científico y popular fue la UAM en 1974, hace más de 40 años y. Y ¿qué pasa con esos 4 mil lugares que se dejaron de ofertar este año? ¿Desaparecen? Pues los que quieran ver con ojos propios cual es la respuesta se pueden dar una vuelta por algunas de las escuelas y van a ver que hay salones vacíos ¿y eso porque? Porque muchos están muy deteriorados y no se les ha dado mantenimiento, en el caso de la ESIME Z hay un edificio entero sin utilizar, en la ESIA Z hay la mitad? de un piso también sin usar.

Hay una medida que toma el gobierno para hacerse promoción y poder decir que está trabajando para solucionar este problema, y es el “feria de la educación superior” o “más oportunidades” (cada año le cambian el nombre, pero es la misma cosa), donde lo que se hace es regalar becas para que solo pagues $1000 mensuales o menos para poder tomar clases en alguna escuela privada. Aquí debemos señalar varias cosas, en primer lugar es que estas escuelas no tienen la misma calidad de infraestructura ni de mobiliario en los laboratorios, ni en el acervo dentro de las bibliotecas como lo tienen el IPN, la UNAM o la UAM,; en segundo lugar las becas otorgadas son para las escuela a las que le dicen “patito”, no otorgan becas para la IBERO o la ITAM que son de las pocas escuelas que le pueden competir en nivel con las alguna de las 3 grandes casas de estudio. Por otro lado, la educación que imparten las escuelas “patito”, no es una educación científica capaz de desarrollar la tecnología y la infraestructura que tanto necesita el país, sino que es una educación hecha para poder operar la maquinaria que se hace en otros países y se importa a México a costos muy elevados. Y por último, de alguna forma el gobierno paga esas becas, ya sea poniendo dinero de los impuestos que pagamos nosotros o perdonándole los impuesto a todas esas escuelas. Y salta a la vista la pregunta lógica: ¿Por qué en vez de estar promoviendo las escuelas privadas, mejor ese dinero se invierte en ampliar la matricula en las universidades públicas?

¡Pero el que quiere le echa ganas y se queda! ¿O no?

Por supuesto que todos tenemos las capacidades para estudiar lo que sea, también es verdad que hay gente a la que se le dificultan más algunas materias, pero esto no debe ser un impedimento para estudiar lo que a mí me gusta. Por ejemplo ¿si a mí se me dificultan las matemáticas o no soy muy destacado en física quiere decir que ya no voy a poder ser un buen ingeniero? Claro que no, lo que quiere decir que es que le voy a tener que poner el doble o el triple de esfuerzo que los demás para poder tener un buen nivel.

En México viven 32 millones de personas mayores de 15 años en condiciones de rezago educativo, pese a que la educación es un derecho social establecido en la Constitución. Se estima que de esa cifra, 5.4 millones son analfabetas, 10 millones no concluyeron la primera y 16.4 millones dejaron trunca la secundaria, de acuerdo con cifras de la UNAM. (CNN expansión 2013/04/03). ¿Entonces toda esa gente no le echa ganas?

Muchos de nosotros nos podemos dar cuenta que no es lo mismo un joven que tiene dinero para comer todos los días, un espacio en casa adecuado para estudiar, dinero por si necesitas algún libro computadora e internet a un joven que tiene que trabajar, que no tiene una alimentación adecuada, que tiene que hacer largos viajes para ir a la escuela. Aquí podemos ver que las condiciones sociales son un factor fundamental para el desempeño académico y más aún, para el desarrollo integral de una persona. En México, hay un abismo enorme de desigualdad social: por un lado tenemos a 16 de los hombres más ricos de todo el mundo y por el otro tenemos que a 50.6 millones de mexicanos no les alcanzaban sus ingresos para cubrir las necesidades básicas respecto a salud, educación, alimentación, vivienda, vestido o transporte público, incluso dedicando todos sus recursos a estos términos. El 18.2% de la población sufría carencias alimentarias -casi veinte millones-, de los cuales 7.2 millones habitaban en zonas urbanas, mientras que 12.2 millones pertenecían a zonas rurales, según datos del 2008 (UNICEF).

Y la infraestructura del país tampoco es suficiente México: una biblioteca pública por cada 15,000 habitantes y el 60% de las preparatorias en el país no tienen biblioteca. ¡Pero es que no hay dinero!

La situación de la educación en México no se va a cambiar con discursos inspiradores por parte del gobierno donde dicen lo orgullosos que están de la juventud y de toda la responsabilidad que tenemos nosotros los jóvenes para tener un mejor país. Se va a cambiar en la medida en que el gobierno empiece a ver qué es lo que necesita el grueso de la población. Porque en el país, mientras la mayoría de gente tiene las carencias antes mencionadas y más, hay un grupo parasitario en el gobierno que goza de grandes privilegios a costa de nuestros impuestos. según Excélsior en 2014 los salarios fueron:

* PRESIDENTE: 204 mil 825 pesos, salario neto con prestaciones

* SECRETARIOS: 198 mil 612 pesos

* SUBSECRETARIOS: 198 mil 090 pesos

* MINISTROS DE SCJN Y MAGISTRADOS DEL TEPJF: 528 mil 621 pesos con prestaciones (remuneración nominal mensual bruta)

* CONSEJEROS DEL IFE (ahora INE): 252 mil 823 pesos (por 11 consejeros)

* DIPUTADOS FEDERALES: 124 mil 656 pesos mensuales (por 500 diputados)

* SENADORES: 165 mil 227 pesos (por 128 senadores)

A estos gastos se les pueden sumar el avión presidencial, el hangar y sin duda toda la corrupción que hay en el país. También hay que recordar que estamos en épocas de elección y los partidos políticos se repartieron 5,356 millones 771,247 pesos para 2015.

Según el INE en 2012 el gasto por alumno en educación superior fue de $67 mil 600 pesos anuales, sacando cuentas, solamente sumando los salarios de los diputados y senadores de un mes y los que van a gastar los partidos políticos este año, podríamos pagarle la educación superior a ¡¡80,477 estudiantes durante un año!!! Que son más de la cantidad de rechazados en el Politécnico.

Aquí se puede ver que el dinero lo hay, solo que no se invierte en lo que verdad se necesita, ¿Qué se necesita más, una escuela, un hospital o miles de carteles de los partidos políticos contaminando la ciudad?

Ahora, ¿qué podemos hacer en caso de ser rechazados? Podemos esperar a la siguientes vez que salga la convocatoria e intentarlo nuevamente, sabiendo que la cantidad de lugares va a ser la misma, pero la demanda va a ser mayor, también podemos irnos a trabajar en los fantásticos trabajos que ofrecen en México dentro de muchas cadenas de restaurantes de comida rápida, lo que no es denigrante en sí, lo que sí es denigrante es la paga y el trato que tienen con sus trabajadores, o podemos salir a la calle organizarnos y luchar para arrebatarle al gobierno nuestro derecho a la educación. Y es por esta última razón que el CLEP-UER impulsa año con año el Movimiento de Estudiantes No Aceptados (MENA), que lo que busca es ampliar la matricula en las universidades y que haya una mayor inversión en el presupuesto a educación. Porque solo unidos y organizados venceremos!

¡Qué una de las demandas del Congreso Nacional Politécnico sea que no haya más rechazados del IPN!

¡Ni un rechazado más en la educación pública superior!

¡Aumento inmediato a la matrícula educativa!

¡Unidad en la lucha de obreros
y estudiantes!

Únete y apoya al Movimiento de Estudiantes No Aceptados. Asiste a la reuniones a realizarse el Lunes 20 de julio a la 1pm en Rectoría de la UNAM y el lunes 10 de agosto a la 1:00pm frente a la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología en Zacatenco.

Informate en el 55-66-72 -75-68

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