El Congreso Nacional Politécnico: ¿Qué buscamos y cómo conseguirlo? (Primera parte)

Escrito por: 

Christian MG, CLEP-UER

Si hay algo que podemos afirmar después de los últimos meses de 2014, de las marchas por Ayotzinapa y el movimiento del IPN, es que las cosas ya no son iguales.

images_25.jpgEl movimiento arrasó con todo, aquellos sectores que creíamos apáticos, esos que nunca se movilizaban, de un momento a otro se veían al frente de una marcha, organizando una brigada, o gritando consignas. Como era de esperarse, el movimiento levantó grandes expectativas, los que marchábamos sentíamos que éramos capaces de todo, sentíamos que incluso podíamos tirar a EPN —una idea que tal vez no era tan descabellada—.

En un pequeño artículo titulado, “Tesis de revolución y contrarrevolución”, Trotsky explica cómo en un periodo revolucionario las masas aprenden en la práctica, que el poder puede perfectamente estar en sus manos y, cuando esto pasa, sus expectativas de transformación siempre serán muy superiores a lo que realmente podrán ser bajo los límites de este sistema. En el caso de la lucha del IPN esto no es la excepción.

Después de las históricas marchas del 25 y 30 de septiembre, en las que miles de jóvenes salieron a las calles teniendo el cien por ciento de escuelas tomadas por los estudiantes, resulta lógico que los politécnicos quisieran mucho más de lo que el estado podía ofrecernos.

Protestamos contra un reglamento autoritario que atacaba conquistas históricas del IPN, queríamos ser escuchados y que se nos tomara en cuenta, pedimos la salida de Yoloxóchitl y la Policía Bancaria Industrial (PBI), defendimos la calidad de nuestros planes de estudio y el aumento al presupuesto, en pocas palabras, luchábamos por una transformación radical del día a día en el instituto.

Mientras la Segob intentaba dar solución rápida a las demandas de los estudiantes, estos se dieron cuenta de la fuerza que habíamos acumulado. En este contexto, a lo interno de la Asamblea General Politécnica (AGP), surgía la idea de realizar un congreso politécnico encargado de materializar las demandas del movimiento. Argumentando que varios puntos del pliego petitorio del movimiento sólo serían resueltos modificando la ley orgánica, se prefirió preparar el camino rumbo al Congreso Nacional Politécnico (CNP).

Desde nuestro punto de vista, el CNP se nos ha vendido como una “gran idea” pero hasta cierto punto carente de contenido; es decir, se dice que en él terminaremos con la estructura vertical y antidemocrática del instituto, que ahí podremos blindar nuestros planes de estudio y toda una serie de cosas más, que suenan bastante bien, pero a las que desgraciadamente no se les termina de dar contenido ni de explicarnos cómo lo lograremos.

En las siguientes líneas intentamos contribuir al debate que gira en torno al CNP, esperando que esta aportación ayude a aclarar el camino por el que estamos transitando en miras de la transformación del IPN.

¿Qué tipo de congreso?

Parece que más allá del escenario en el que encaramos el CNP, tenemos que definir qué objetivos buscamos en él. Existe un debate acerca de si el congreso únicamente debería abordar cuestiones académicas, creyendo que de esta manera impediremos se inmiscuyan “intereses externos”.

Pese a lo que puedan decir algunos compañeros a lo interno de la AGP, sería imposible aislar las cuestiones académicas del contexto general de la sociedad en la que nos desarrollamos. Es iluso creer que los planes de estudio, el enfoque y objetivos que persigue el modelo educativo, el presupuesto, los perfiles de ingreso y egreso etc. no están determinados por los intereses económicos y políticos del sistema capitalista neoliberal en que vivimos.

Ahora intentaremos definir un programa de lucha que nos ayude a aterrizar nuestros objetivos. Para esto dividimos en tres los caminos por los que transitará el congreso sin que esto signifique que son tres aspectos independientes unos de otros, por el contrario, son elementos que se complementan y aparecen inevitablemente en unidad. Estos elementos son: lo político, lo académico y lo laboral.

La política educativa

Al ser el IPN una institución de educación superior dependiente del estado, los modelos educativos, sus objetivos y alcances, el presupuesto y muchos otros aspectos se encuentran supeditados a lo que dicte la política educativa del gobierno federal.

Si queremos dar una lucha frontal contra esta política de ataques al instituto necesitamos de un programa que luche por la gratuidad y contra la privatización de la educación, por el aumento al presupuesto y la matricula, por la plena democratización del instituto, al tiempo que garantice libertades democráticas que permitan la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones.

Luchemos para que en la ley orgánica y demás reglamentaciones del instituto quede garantizado que la educación que imparta el Politécnico sea:

-Pública y gratuita. Entendiendo por esto que la educación que se imparta tenga un carácter gratuito, que no se restrinja el derecho ni la libertad de elegir la profesión que se quiera, financiando toda la educación y apoyando la demanda de quienes carecen de recursos económicos para tener acceso a ella. Donde el IPN sea la institución que garantice el impartir educación a todos los jóvenes y trabajadores provenientes de las clases pobres que lo soliciten.

- Democrática. Una educación cuyos contenidos y orientación se encuentren determinados por sus actores directos. Por la participación de la comunidad en la toma de decisiones sobre todos los aspectos que involucre la escuela.

- Creando órganos verdaderamente representativos con la participación amplia de la comunidad dentro y fuera de las instancias formales, que reivindiquen la defensa de los derechos democráticos de los estudiantes (derecho a huelga, asamblea y reunión en horas de clase y a la constitución de instancias de delegados por carreras, departamentos y consejos de representantes en las Escuelas donde no los exista).

- Donde se reconozca a la Asamblea General como el máximo órgano de decisión de la comunidad dentro de las escuelas, reivindicando el derecho de todos los sectores para agruparse en una organización democrática que defienda sus intereses.

La cuestión académica

Más arriba explicamos la relación entre los intereses económicos y la política educativa. En este momento en que la política general del estado está en pos de la privatización paulatina de la educación pública (reforma educativa) y el empobrecimiento de las condiciones de vida de la mayoría, la intención del estado es el orientar los modelos educativos y los planes de estudio para fortalecer esa política de privatizaciones en beneficio de un puñado de trasnacionales y capitalistas nacionales.

En ese sentido, estamos en contra de los planes de estudio tecnócratas que promueven un tipo de enseñanza que desvincula el proceso educativo de la realidad social, que instrumenta una enseñanza memorística y repetitiva e impide la formación de entes sociales críticos.

Pugnamos y luchamos por la transformación del actual carácter de la educación, es decir, la orientación de sus contenidos. Entendemos el proceso educativo como la formación de entes sociales críticos, con un amplio acervo de conocimientos y con espíritu de servicio a las clases explotadas, y comprometidos con sus luchas e intereses inmediatos e históricos.

En el proceso enseñanza-aprendizaje los contenidos de los planes de estudio tienen un papel crucial; sin embargo, se convierten en papel mojado cuando los estudiantes se desarrollan en condiciones no aptas para el estudio. Por esa razón, nuestra propuesta para el CNP es la creación de una cartilla de derechos de los estudiantes en la que se considere lo siguiente:

- Sistema de becas para los estudiantes hijos de trabajadores, con un monto igual al salario mínimo y otorgamiento sin discriminación por razón de edad, sexo, diversidad sexual, origen étnico, etc.

- Gratuidad del transporte, material escolar y comedores populares subsidiados por el estado.

- La creación de casas-residencia para estudiantes, a cargo del presupuesto federal, dignas y con todas las condiciones necesarias para el desarrollo académico y personal.

- EI equipamiento del 100% de los centros de estudio con aulas, talleres, laboratorios, bibliotecas, salas de cómputo, auditorio, gimnasio, etc.

- Un Servicio Social donde no se nos utilice como mano de obra barata. Por la existencia de prácticas en empresas, controladas por estudiantes, profesores libres de horario de clase, pagándose el 100% del salario mínimo diario.

- EI pase automático a la Universidad y a toda enseñanza Superior. Rechazo a los exámenes de selección. Contra la privatización de la educación. No a las cuotas y contra la reducción de la matrícula.

- Erradicación de todo tipo de cuerpos represivos y de control.

- Por un puesto de trabajo digno al acabar los estudios o un subsidio de desempleo, a cargo del gobierno, mientras se consigue ocupación.

¿Y los trabajadores?

En cada una de las escuelas del IPN tenemos a cientos de trabajadores, ya sean los profesores, el personal de apoyo y asistencia a la educación (PAAE) o los trabajadores de limpieza (contratados por out-sourcing). Para ellos también deberá presentarse el congreso como una oportunidad para defender sus derechos y mejorar sus condiciones de trabajo y de vida.

Los trabajadores no son un ente aparte de los estudiantes, pues ellos nos acompañan en gran parte del proceso de nuestra formación. En ese sentido, resultaría incoherente exigir a un profesor se dedique de tiempo completo a dar asesorías, preparar formularios y apuntes, actualizar sus conocimientos etc. si el profesor no cuenta con las condiciones mínimas de estabilidad laboral y económica, tal como la mayor parte de profesores que actualmente son contratados por horas y privados de la posibilidad de alcanzar tiempos completos. De igual manera pasa con los compañeros trabajadores en las bibliotecas, las secretarias, los que dan mantenimiento a las instalaciones etc., ellos sufren constantes ataques a sus derechos laborales —como el casi nulo incremento salarial que recibirán este año, que se encuentra incluso por debajo de la inflación— y que, en muchos casos, tienen que soportar la prepotencia y menosprecio por parte de los directivos y autoridades. Por lo anterior creemos el CNP deberá luchar por:

- Basificación, con tiempos completos, de todos los trabajadores del instituto (profesores y PAAE’s), incluyendo a los trabajadores de limpieza y jardinería.

- Por un aumento significativo en los sueldos y prestaciones que reciben los trabajadores, de modo que estas les permitan satisfacer sus necesidades básicas.

- Por la contratación del personal que haga falta para atender las necesidades del instituto y sus estudiantes.

- Plenas libertades democráticas y de organización para los trabajadores. Por el derecho y necesidad de democratizar sus estructuras sindicales.

- Establecer, al igual que con los estudiantes, una cartilla de derechos para los trabajadores de acuerdo a su necesidades.

En los párrafos anteriores intentamos ofrecer un programa mínimo rumbo al CNP que esperamos abone al debate que se da en las asambleas locales. En la segunda parte de este ensayo (que publicaremos en laizquierdasocialista.org) abordaremos nuestra posición respecto a la forma en que conseguiremos materializar un Congreso Nacional Politécnico realmente democrático, que defienda los intereses de la mayoría y no de las autoridades y el gobierno federal.

Para nosotros la lucha y la organización son el único camino para lograrlo, ¡Avancemos juntos por la transformación radical del IPN! ¡Trabajadores y estudiantes, unidos y adelante!

Fecha: 

22 junio 2015

Nacional: