¡Cuidado con Guerrero…! Historia y actualidad de la lucha de clases en la entidad

Escrito por: 

Adrián Alvarado

CETEG modif_5.jpgDurante la noche del 24 de Febrero maestros integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) e integrantes del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG) fueron desalojados violentamente por la Policía Federal de las inmediaciones del aeropuerto de Acapulco. Ciento dos personas fueron detenidas, un profesor jubilado de la CETEG falleció como resultado de los golpes de la policía.

 

Previamente se realizó una manifestación de la CETEG y el SUSPEG exigiendo el pago sin retrasos de los 94 mil profesores de Guerrero, al llegar a las inmediaciones del aeropuerto un autobús arrolló a algunos elementos de la Policía Federal lo que desató la represión hacia los manifestantes.

 

El profesor jubilado Claudio Castillo Peña, integrante de la CETEG falleció a consecuencia de los golpes recibidos por parte de la policía federal, fueron detenidas ciento dos personas, noventa y nueve de las cuales ya han sido liberadas, durante la madrugada se desató una persecución en contra de los integrantes de la CETEG. Algunos de sus integrantes informaron que algunos taxistas en Acapulco estaban entregando a la policía a maestros que abordaban sus unidades.

 

La respuesta solidaria no se hizo esperar, maestros de la Sección XXII de Oaxaca bloquearon la avenida Reforma en el Distrito Federal, el Movimiento Popular Magisterial Veracruzano en un comunicado condena los actos represivos en Acapulco, y el Bloque Democráticos de la Sección VII del magisterio en Chiapas se manifestó a favor de los maestros de la CETEG y condenando la represión. Las movilizaciones en las calles de Chilpancingo han sucedido a la represión y la Autopista del Sol ha sido bloqueada por el magisterio por enésima ocasión.

 

La represión se dio en las vísperas de la Novena Jornada Global por Ayotzinapa, convocada por los padres de familia de los 43 normalistas rurales desaparecidos en la noche del 26 de Septiembre de 2014 en Iguala Guerrero, en donde están involucradas las fuerzas federales de seguridad, el ejército, el crimen organizado y los gobiernos locales; lo que desatado movilizaciones masivas a nivel nacional que han pedido la renuncia de Peña Nieto.

 

En Guerrero las protestas se han profundizado a tal grado que se mantienen tomados diversos ayuntamientos por el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) del que la CETEG y el SUSPEG son parte integrante, han quemado palacios de gobierno y sedes de diversos partidos políticos; la seguridad en varias comunidades ha sido asumida por las diversas Policías Comunitarias ante la incapacidad y la infiltración del Estado por el crimen organizado.

 

También el MPG y la Asamblea Nacional Popular (ANP), que es la coalición de organizaciones sociales, sindicales, populares y estudiantiles que se conformó a nivel nacional tras la desaparición de los normalistas rurales, han manifestado su intención de boicotear el proceso electoral en Guerrero que se llevará a cabo en Julio del presente año.

 

La represión del 24 de Febrero, es la respuesta del régimen ante 5 meses de protestas a nivel nacional y en Guerrero, las cuales han sumido al gobierno de Peña en una de las crisis de credibilidad más profundas de un régimen en historia reciente de nuestro país, quizás solo comparable con el desprestigio vivido en medio de las protestas de masas del 2006.

 

Radiografía criminal de Guerrero

 

La llamada “guerra contra el narco” impulsada desde el sexenio de Calderón hundió al país en una ola de violencia que no se puede detener. Su continuación durante el sexenio de Peña ha provocado más de 150 mil asesinatos y 22 mil personas desaparecidas.

 

La política de combate a las drogas por parte de los gobiernos federales lejos de terminar con la influencia de los principales cárteles de la droga los ha fragmentado en múltiples pandillas que se disputan violentamente los territorios y venden sus servicios delictivos a los principales cárteles de la droga.

Guerrero es un ejemplo de lo antes expuesto. Veintiún pandillas criminales se disputan el territorio, las cuales a su vez son controladas por cinco grandes organizaciones de la droga: Los Zetas, el Cártel del Pacífico, los Caballeros Templarios, el cártel que controla el criminal conocido como la Barbie y el cartel de los Beltrán Leyva. Es la entidad con mayor presencia de cárteles de la droga.

 

De los 91 municipios que conforman Guerrero, 62 están controlados por grupos criminales, setenta y seis por ciento de la entidad. Vivir en Guerrero se ha vuelto un sinónimo de coexistir con la sombra de la inseguridad y bajo la influencia de los grupos criminales, ocho de cada diez habitantes del estado viven en zonas bajo la influencia del crimen organizado.

 

El 60% de la producción de la goma de opio y de la amapola que se trafica en México, proviene del estado de Guerrero.

La pelea por los territorios por parte de las pandillas criminales o los cárteles de la droga ha ocasionado que algunos de sus municipios tengan los más altos índices de asesinatos a nivel nacional. En 2011 Coahuayautla registró una tasa de 161.23 homicidios por cada mil habitantes. Si Guerrero fuera un país independiente, sería la tasa más alta del mundo, solo por debajo de San Pedro Sula, en Honduras. San Miguel Totolapan, otra municipalidad en disputa, tiene una tasa de 92.83 asesinatos por cada 100 mil.

 

La presencia de los grupos criminales no sólo se limita al ámbito territorial, la infiltración en los cuerpos policíacos y en todos los niveles del gobierno está comprobado, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa destapó la cloaca del narco estado en Guerrero, y es una muestra de lo que sucede en la mayoría de la entidad y en grandes regiones del país.

 

El presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, uno de los responsables de la desaparición de los normalistas, junto a su esposa María de los Ángeles Pineda eran algunas de las cabezas de la pandilla criminal “Guerreros Unidos”; los cuales tienen su origen en el cártel dirigido por los Beltrán Leyva que al ser detenido su cabecilla se balcanizó y dio origen a pandillas criminales regionales. Más que ser fuertes en términos numéricos esas pandillas, se caracterizan por ser sumamente violentos.

 

Para afianzar el poder local de estos “mini cárteles”, optan por infiltrar y relacionarse con los políticos locales de diversos partidos políticos, promocionarlos como precandidatos o candidatos e infiltrar a los policías locales para afianzar el territorio de influencia.

 

Aunque sus vínculos no solamente se limitan a la policía local o a los alcaldes, el caso de Ayotzinapa demostró la estrecha relación entre los gobernantes, las células criminales y sectores del ejército. El comandante del 27 batallón de infantería, ubicado en Iguala, Guerrero, Juan Antonio Aranda Flores estableció una estrecha relación con los Abarca, asistía con regularidad a sus actos cívicos.

 

La noche de la desaparición de los normalistas, el ejército intervino dos horas después del primer ataque armado hacia los estudiantes. Según las declaraciones de Omar García, estudiante sobreviviente del ataque, los militares se presentaron agrediendo a los normalistas, y al presentarse advirtieron a los normalistas:

“Ustedes querían ponerse con hombrecitos, amárrensen los pantalones. Eso les pasa por andar haciendo lo que hacen. Nombres. Y denos sus nombres reales. Sus nombres verdaderos, cabrones, porque, si dan un nombre falso, nunca los van a encontrar’”. Luego los fotografiaron.

 

Además es extraño que el ejército no estuviera enterado que Guerrero es en un territorio lleno de fosas clandestinas, como las que han descubierto los voluntarios y las policías comunitarias que han buscado a los estudiantes en diversas zonas de Guerrero.

 

También han aparecido narcomantas acusando a tenientes del 27 batallón de infantería de ser los responsables de la desaparición de los normalistas rurales.

 

Al hablar de la radiografía de los criminales no sólo debemos enfocarnos a las cabecillas de los carteles o pandillas criminales; los criminales están presentes en las fuerzas armadas, las fuerzas policiacas y los gobernantes en algunas regiones de la entidad, también tienen inversiones en algunas empresas principalmente de la rama de la minería.

 

El antiguo comisionado para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, reconoció en marzo del 2014, que la principal fuente de financiamiento del cartel de los Caballeros Templarios, que también tiene presencia en el estado de Guerrero, no era el tráfico de drogas sino el negocio de la minería. El mineral de hierro se convirtió en su principal fuente de financiamiento.

En el mismo sentido el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero, reconoció que, tan sólo en 2013, el crimen organizado obtuvo mil millones de dólares de ganancia por la exportación de 10 millones de toneladas de hierro.

 

Los carteles de la droga han dejado de ser simples grupos criminales para ser inversionistas en sectores productivos, “Son corporaciones multinacionales que reaccionan a las presiones del mercado y hacen lo que tengan que hacer para entrar en el negocio”, así ha descrito el director de una consultoría de seguridad.

 

De esa manera, lo que podemos catalogar como un narco Estado, es el responsable de la desaparición de estudiantes vinculados a la larga tradición de lucha de izquierda y revolucionaria de la que proviene su agrupación estudiantil: La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).

 

El caso Ayotzinapa ha sacado a la luz el poder real de algunos grupos criminales y su fisión con el Estado y sus instituciones, el narcotráfico controla las fuerzas de seguridad de algunas regiones, imponen candidatos y gobernantes, tienen probables inversiones millonarias algunas empresas, además combaten cualquier tipo de disidencia y grupo de lucha organizado contra el Estado burgués, sus gobiernos e instituciones; que a su vez es un combate por su propia existencia y por la defensa de sus privilegios adquiridos durante años.

 

El intento de presentar como responsables solamente a los policías locales, al alcalde de Iguala y a una banda criminal local y eximir al ejército ya las instituciones federales es un intento por ocultar la profunda vinculación que existe entre el Estado, el sector empresarial y las bandas de criminales en algunas regiones del país. El caso Ayotzinapa abrió una cloaca que mostró la realidad de muchas regiones del país y que difícilmente podrá cerrarse.

 

Una tradición de lucha constante a través de la historia

 

La sombra del crimen organizado que cubre la mayor parte de la región no es sólo lo que caracteriza al estado de Guerrero, a lo largo de su historia el pueblo trabajador y los oprimidos han encabezado grandes batallas históricas para liberarse del yugo de la opresión.

 

En 1813, Chilpancingo fue sede del Congreso de Anáhuac, encabezado por José María Morelos y Pavón; el cual tenía como objetivo establecer las bases de la lucha por la independencia completa de México respecto a la corona española, que había iniciado tres años atrás Miguel Hidalgo y Costilla. Ahí fue donde Morelos, pronunció su famoso discurso de los “Sentimientos de la Nación”, un documento programáticos que, a excepción de las concesiones que se le otorgaron a la jerarquía de la iglesia católica, resumía las ideas liberales y democráticas más avanzadas de la época, aunque sin romper con la iglesia católica a la que nombra como única y sin tolerancia de alguna otra religión.

 

Ideas como “la soberanía reside en el pueblo”; la abolición de la esclavitud, no sólo en México sino en todo el continente americano, que se “moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto.” y la división de poderes están establecidas a lo largo de todo el documento.

 

Una democracia en el marco de las ideas del liberalismo fue establecida en los “Sentimientos de la Nación”, algo que nunca se ha llevado por completo en el país, donde debido a la debilidad e incapacidad de la burguesía para desarrollar el país por una vía independiente lo ha limitado e impedido. Los fraudes electorales, las imposiciones de los gobernantes y los presidentes son una constante; para asegurar el dominio de la oligarquía y la clase dominante en el país.

 

La Revolución de Ayutla de 1854, que dio inició a la época de la Reforma en nuestro país, también tuvo como sede al estado de Guerrero. Entre los objetivos estaba el derrocamiento de la dictadura de Santa Anna, que había favorecido a un pequeño grupo de la aristocracia mexicana durante el Siglo XIX, además los sublevados de Ayutla, pretendían implantar reformas liberales avanzadas tras derrocar al dictador. Desarrollo que fue coartado por la incipiente y la debilidad de una burguesía y clase dominante capaz de llevar acabo ese desarrollo político y económico del país.

 

Las ideas del liberalismo del siglo XIX fracasaron debido al poco o nulo desarrollo de la clase burguesa, de su vinculación y dependencia al capital extranjero y al imperialismo en turno. Las clases dominantes siempre se entregaron en cuerpo y alma al invasor extranjero que por la vía militar pretendía la reconquista del país y posteriormente los negocios de la burguesía local florecieron al amparo del capital extranjero francés, estadounidense o español.

 

Las ideas del liberalismo económico y político degeneraron en un capitalismo débil y dependiente respecto al capital extranjero, en un Estado gobernado por una oligarquía durante la dictadura de Porfirio Díaz, durante la cual, se desarrollaron movimientos insurreccionales en Guerrero que pretendían la caída del dictador y el reparto agrario.

El Estado fue protagonista de la primera rebelión del siglo XX, bajo la bandera del Plan del Zapote que pretendían reformas en beneficio de los obreros, campesinos pobres, el reparto agrario y la caída del gobierno de Porfirio Díaz. El plan y la revuelta fue apoyado por los magonistas en el centro del país, la rebelión fue sofocada por el entonces teniente coronel Victoriano Huerta.

 

Tras la consolidación del Estado mexicano en la época posrevolucionaria, y la formación del partido único el Partido Revolucionario Institucional, Guerrero fue gobernado por un pequeño grupo vinculado por intereses políticos, económicos y familiares.

 

El PRI gobernó el Estado desde la época posrevolucionaria hasta el año 2005, fecha en que ascendió al gobierno el Partido de la Revolución Democrática que hasta la fecha gobierna. La familia Figueroa en Guerrero es una muestra del tipo de los gobiernos desarrollados en el estado, con el control del PRI, les aseguró el control de diversas áreas de gobierno en el estado. Mezclando los favores, la gestión corporativa a diversos grupos sociales y la represión.

 

Durante la década de los sesenta se desarrollaron importante movimiento popular y de los trabajadores que provocaron la caída del gobernador. Lo que comenzó como una huelga estudiantil en la Universidad Autónoma de Guerrero, para exigir la autonomía de la universidad, pronto contagió a otros sectores de la sociedad, lo cual dio origen a la conformación de la Coalición de las Organizaciones Populares que retomaba las demandas estudiantiles además de exigir la desaparición de poderes en el estado y el fin de los latifundios.El movimiento termina con una fuerte represión en Diciembre de 1960 a manos de batallones del ejército, pero provoca la caída del gobernador Caballero Aburto un mes después.

 

Durante la década de los setentas se desarrollan movimiento agrarios, estudiantiles y de los trabajadores en Guerrero. La represión, la persecución política se extiende y ante falta de alternativas políticas y revolucionarias, dirigentes sociales y populares pasan a la clandestinidad y optan por la vía armada. Así nace el Partido de los Pobres (PdlP) dirigido por Lucio Cabañas y la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), dirigida por Genaro Vázquez; los dos dirigentes magisteriales.

 

El PdlP y la ACNR son duramente reprimidos, sus dirigentes asesinados, la versión oficial es que Genaro Vázquez falleció en un accidente automovilístico.

 

La represión no sólo se extiende a los núcleos guerrilleros numéricamente reducidos, la represión se extiende a todo aquello que oliera a disidencia hacia el gobierno federal y estatal.

 

La llamada guerra sucia durante la década de los setentas, en la que el régimen desapareció, torturó y asesinó a miles de activistas sindicales, estudiantiles, campesinos y de izquierda en general, dejó una grande cicatriz en el Estado de Guerrero. En dichos acontecimientos 27 Batallón del ejército jugó un papel activo.

 

Las denuncias por desaparición en el Estado de Guerrero en el periodo que va de 1969 a 1971 suman 684 casos, de los cuales 196 casos están acreditados como desapariciones por razones políticas, en los que el ejército y las fuerzas policiacas intervinieron para desaparecer a los dirigentes sociales, sindicales, campesinos y populares.

 

El movimiento social y popular en Guerrero demostró su fortaleza durante la década de los sesentas y setentas, poniendo en jaque al régimen y derribando gobernadores, ante el auge de la lucha de clases, de los movimientos sociales, populares y estudiantiles durante la década de los sesentas y setentas, el régimen, la clase dominante y la oligarquía guerrerense apoyaron entusiastamente la política de represión sistemática que se desarrolló a nivel nacional.

 

La lucha de clases ahora

 

Guerrero es un estado cuya economía se sostiene fundamentalmente de la agricultura y las exportaciones que se hace de la misma a Estados Unidos, del turismo y el comercio.

 

El sector turístico ubicado en las bahías de Acapulco y Zihuatanejo, ocupa el 26% del Producto Interno Bruto Estatal y genera el 20% del empleo en la entidad. El resto del PIB lo ocupan el 28% actividades de servicios, comunales y personales, el 13% servicios financieros e inmobiliarios y el 12% actividades de transporte y almacenaje. La industria está poco desarrollada en la entidad, jugando un papel primordial en ella las pequeñas empresas e incluso la producción artesanal. En Chilpancingo, la capital de Guerrero el sector público juega un papel fundamental.

 

De las grandes riquezas naturales y atractivos turísticos no son beneficiados la mayor parte de sus habitantes. Guerrero ocupa el segundo lugar a nivel nacional el índice de la pobreza, 31.7% de sus habitantes viven en la pobreza extrema. De los grandes paraísos turísticos y naturales de Guerrero sólo un puñado de personas obtienen jugosas ganancias.

 

La estructura económica de Guerrero la da un sello peculiar a la lucha de clases en la entidad, en la cual tiene un peso importante y primordial los trabajadores del sector estatal y dentro de ellos el magisterio juega un papel fundamental en las luchas sociales y populares. Además en muchas ocasiones los maestros juegan un papel importante como dirigentes en las luchas de las comunidades campesinas e indígenas de las que forman parte.

 

La historia de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), está plenamente vinculada al nacimiento de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), cuyo origen se remonta a 1979. En las batallas históricas que ha encabezado el magisterio por la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

 

La CETEG, como la CNTE, no conforma un sindicato paralelo al magisterio, sino que actúan dentro de las secciones sindicales como corriente o corrientes democráticas. En ocasiones disputándole la representatividad a los dirigentes sindicales oficiales, mediante Consejos Centrales de Lucha, asambleas amplias o ganando las elecciones sindicales como en el caso de Michoacán o Oaxaca.

 

A lo interno de la CNTE y la CETEG confluyen una serie de corrientes político-sindicales que se asumen como de izquierda, democráticas y/o revolucionarias. Su tradición de movilizaciones masivas, plantones, tomas de edificios públicos ha sentado precedentes en la lucha sindical a nivel nacional.

 

En el año 2005 se terminaron con décadas de gobiernos priistas, por primera vez en la historia un partido de oposición le arrebató la gubernatura, las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre Rivero, un priista reciclado a las filas del perredismo, ha gobernado la entidad.

 

Los gobiernos del PRD rápidamente se desgastaron en Guerrero, a tal grado que Aguirre Rivero tuvo que dimitir ante las protestas en las calles exigiendo la aparición con vida de los normalistas rurales de Ayotzinapa.

El fracaso de los gobiernos del PRD en Guerrero no representa, como algunos analistas y periodistas al servicio del régimen vociferan, el fracaso del proyecto histórico de la izquierda en México; representa el fracaso de la llamada Nueva Izquierda, la corriente de derechas que ha logrado el control mayoritario del partido.

 

Ese sector de la izquierda que prefiere olvidar el concepto de la lucha de clases, que se sienten más cómodos en las oficinas de gobierno y en las reuniones con los grupos empresariales, que en las protestas y en las luchas sociales.

La Nueva Izquierda, no es más que una burda caricatura de la socialdemocracia europea en nuestro país solo que la socialdemocracia en Europa realizó concesiones a la clase obrera tras el auge económico que siguió al periodo de la posguerra, lo que permitió generar un estado de bienestar, con reformas lo que parecía amortiguar la lucha de clases en la región.

 

La Nueva Izquierda en México, representa los intereses de ese sector de la burocracia en la izquierda que buscó acomodo tras los triunfos electorales de la izquierda en el país, representa las aspiraciones de los aparatos de los partidos y los funcionarios estatales, que su nivel de vida se ha separado totalmente de las del pueblo y los trabajadores y que luchan a toda costa por saltar de un puesto a otro, de ser secretario de partido a ser secretario en un puesto de gobierno. Para ellos lo importante no son los principios, las ideas, las luchas sociales y la organización popular de los trabajadores y la juventud; lo importante es contabilizar cada año el nivel de votos que se generará para mantenerse en el gobierno.

 

Para ese sector de la izquierda domesticada, no importa hacer alianzas con los enemigos históricos de la clase trabajadora y del pueblo mexicano, lo importante son los votos. Incluso entregan las candidaturas a ex priistas, ex panistas arrepentidos, con tal de mantenerse en el gobierno y gozar de las mieles que pueden gozar al estar ahí.

 

El fracaso y la degeneración de los gobiernos del PRD, vienen a partir de la concepción política de coexistir con el Estado burgués y sus instituciones, de ser parte activa del mismo. La degeneración es tan alta que incluso sectores del crimen organizado han logrado infiltrarse en los gobiernos perredistas, como es el caso del alcalde de Iguala, Jorge Luis Abarca, cuyo gobierno estaba al servicio del crimen organizado, o mejor dicho el crimen organizado era gobierno bajo las siglas del PRD.

 

El fracaso de los gobiernos del PRD en Guerrero, no es el fracaso de la izquierda en general, es el fracaso del proyecto de la llamada izquierda moderna, domesticada, corrupta, desideologizada e incolora, que aspira a gestionar el capitalismo, y termina fundiéndose con las instituciones burguesas corrompidas del régimen actual.

 

A la izquierda de los gobiernos de PRD en Guerrero y ante su fracaso, se fueron gestando grandes movimientos sociales y populares, cuya columna vertebral ha sido la CETEG, los sindicatos de las instituciones educativas y del Estado, organizaciones comunitarias y campesinas, con sus propios organismos de autodefensa, el movimiento estudiantil con Ayotzinapa como vanguardia y movimientos de resistencia en contra del despojo de las empresas trasnacionales y nacionales, como es el caso de las comunidades opositoras a la Presa La Parota.

 

Anteriormente en las regiones de La Montaña y de la Costa Chica, a mediados de la década de los 90s, surgieron las Policías Comunitarias, como órganos de seguridad y vigilancia de las comunidades, para hacerle frente al crimen organizado y a la delincuencia y ante la incapacidad u objeción del Estado para combatirlos.

 

La Policía Comunitaria es elegida en la asamblea de los pueblos y las comunidades y han ampliado su funcionamiento, al crear la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias como un órgano popular de impartición de justicia. Su lucha se profundiza al comenzar el nuevo siglo, ahora en contra del despojo que varias comunidades sufrieron por parte de las empresas mineras.

 

La PC-CRAC, ha confluido en diversas ocasiones con el movimiento magisterial, social y popular en Guerrero.

A principios del 2013, la CNTE encabezó protestas multitudinarias en contra de la contra-reforma educativa impulsada desde el gobierno federal. En Guerrero las protestas asumieron un carácter profundo, desafiando al régimen y al gobierno estatal, la CETEG tomó instituciones públicas y de gobierno, incluso tras la aprobación de la reforma, prendió fuego a las sedes de los partidos políticos.

 

En el momento álgido de la lucha la CETEG, marchó junto a las Policías Comunitarias exigiendo la no represión contra el movimiento. En abril de 2013, incluso estudiantes normalistas, maestros e integrantes de la Policía Comunitaria marcharon armados en Chilpancingo, exigiendo la liberación de sus presos.

 

A mediados del 2014, surge el Movimiento Popular Guerrerense (MPG), conformado por organizaciones campesinas, comunitarias, populares y sindicales. Nace con el objetivo fundamental de conjuntar esfuerzos de los movimientos sindicales, populares y sociales ante la represión estatal y para hacerle frente a las reformas estructurales en la región.

 

Pero sin duda un punto de quiebre en la lucha de clases en la entidad, fue la noche del 26 de Septiembre de 2014, esa noche fueron desaparecidos 43 normalistas en Iguala Guerrero y asesinadas 6 personas. Lo que desató una oleada de protestas en las calles que provocaron la caída del gobernador.

 

Tras la desaparición de los normalistas, miles de guerrerenses han salido a las calles. Las protestas sacudieron los cimientos de las instituciones del Estado burgués en el Estado, miles de personas han participado en las protestas, las luchas locales y regionales se conjuntaron un solo frente para exigir la presentación con vida de los normalistas. El palacio de gobierno de Chilpancingo fue incendiado y más de la mitad de las alcaldías están en poder de la CETEG.Se conformó la Asamblea Nacional Popular (ANP) en la Normal de Ayotzinapa, en la las organizaciones del MPG juegan un papel protagónico.

 

Incluso se ha hecho el llamado para conformar consejos populares, surgidos desde las asambleas de los pueblos y comunidades para sustituir los gobiernos municipales encabezados por el PRI y el PRD, llamado que no se ha materializado, pero representa un paso adelante para sustituir las instituciones del Estado burgués en Guerrero.

 

Las protestas incluso han llegado a las puertas y a las inmediaciones de los cuarteles, lo que ha provocado la indignación y la furia no sólo de los gobiernos locales y el federal. Organizaciones empresariales han hecho un llamado a que cesen las protestas en Guerrero y para que se impida la apertura de los cuarteles a los padres de los normalistas que insisten que el ejército tuvo una participación activa en la desaparición de los estudiantes.

 

El llamado de los sectores empresariales por la defensa del ejército como institución, es un llamado a la defensa del Estado burgués que defiende sus privilegios, “en última instancia el Estado es un grupo de hombres armados en defensa de la propiedad privada”, en este caso de la propiedad de la burguesía.

 

La ANP y el MPG, han hecho un llamado para boicotear el proceso electoral que se desarrollará en julio de este año y a preparar una huelga general política que tenga el objetivo de derrocar al gobierno de Peña Nieto, se han tomado oficinas del Instituto Electoral local para lograr ese objetivo.

 

Si el movimiento en Guerrero tiene la fuerza para boicotear el proceso electoral en julio de este año es una acción que todas las personas que se asumen como izquierda, progresista o revolucionario en este país deberían apoyar.

Un sector del movimiento en Guerrero ha sacado la conclusión, de forma muy correcta, que las actuales instituciones no le sirven al pueblo trabajador, que no hay que tratar de ser parte de ellas, sino hay que sustituirlas por algo más: las instituciones de gobierno, las fuerzas de seguridad, los jueces, las instituciones electorales, etc. no sirven. La cuestión es ¿con qué las sustituimos?

 

El llamado a formar consejos municipales en las regiones donde la CETEG tomó las alcaldías es un paso correcto, el gobierno actual puede ser sustituido por un gobierno que surja desde el propio movimiento popular, social y de los trabajadores. Las fuerzas de seguridad pueden ser sustituidas por policías o grupos de autodefensa surgidas desde las filas de las propias comunidades, agrupaciones sindicales, sociales y populares.

 

La Policía Comunitaria, ha demostrado que puede hacer un trabajo mucho mejor, incluso que la propia policía municipal o estatal, para erradicar la delincuencia y el crimen organizado en Guerrero.El movimiento popular y de los trabajadores en Guerrero se encuentra en un nivel donde se debe permitir avanzar en la construcción del poder del pueblo y los trabajadores. El régimen, los empresarios y la oligarquía ha enviado mensajes de querer aplastar al movimiento mediante la represión, por el momento no cuenta con la fuerza suficiente para ello.

 

Algunos se preguntaran ¿pero la toma del poder sin un partido revolucionario es una tarea imposible de realizar?, el marxismo no es un dogma, sino una guía para la acción, el partido revolucionario en Guerrero surgirá y deberá construirse desde las filas de las agrupaciones del Movimiento Popular Guerrerense, y debe ser una tarea que se realice a la par que se construye el poder de los trabajadores.

 

Un avance en este sentido del movimiento en Guerrero, revitalizaría el movimiento a nivel nacional con un llamado para proceder en el mismo sentido.

 

Las instituciones del Estado y sectores empresariales están coludidos con el crimen organizado, nada se puede esperar de las instituciones corruptas y corrompidas, nada  se puede esperar de la clase dominante en México, el movimiento en Guerrero debe confiar en sus propias fuerzas.

 

El problema no sólo es un régimen corrupto y sus instituciones infiltradas por el crimen organizado, la raíz del problema es un sistema económico político y social donde una pequeña minoría controla las palancas fundamentales de la economía y concentra las decisiones políticas que se las impone a la gran mayoría mediante los partidos de lo que fue el Pacto por México, el problema no sólo es el régimen, es el sistema capitalista que tiene intrínseco la situación de pobreza, marginación, violencia, desempleo y miseria en la que vive la mayor parte de la población en Guerrero, lo cual no se arreglará cambiando sólo de régimen, se acabará combatiendo al sistema capitalista.

 

El grito de batalla de Lucio Cabañas debe estar presente en los integrantes del Movimiento Popular Guerrerense: “La lucha por el socialismo es irreversible”.

 

 

Fecha: 

2 de febrero de 2015

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