Estado Español: Balance de las movilizaciones educativas de otoño

Escrito por: 

Salva Sáenz, miembro del Frente Estudiantil de Lucha – Escuela de Enfermería (Málaga)

El 24 de Octubre pasado, más de un millón de personas llenamos las calles para defender una educación de calidad contra la odiada LOMCE del PP.

El SE y la unidad de acción

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Esta primera convocatoria del Sindicato de Estudiantes (SE) expresó problemas que vimos posteriormente. El SE, que tiene una responsabilidad importante en el movimiento estudiantil, por su influencia en Secundaria y su larga tradición, tenía la obligación de haber hecho un llamamiento público y sincero al resto del movimiento estudiantil para convocar unidos en octubre.

En lugar de eso, ya antes de comenzar el curso, los dirigentes del SE lanzaron en solitario la convocatoria de los 3 días de huelga, del 22 al 24 de octubre, ninguneando a las demás organizaciones estudiantiles, que sí tienen una influencia real. Si el SE hubiera lanzado tal llamamiento, la movilización del conjunto de la enseñanza hubiera tenido un impacto mayor al que tuvo. Además, habría ayudado a cerrar las suspicacias, rivalidades y celos de aparato acumulados dentro del movimiento estudiantil en una competencia estúpida para ver quién lo dirige.

Qué pasos habría que haber dado después del 24-O

El gobierno y el ministro Wert quedaron seriamente tocados por la extensión de las movilizaciones educativas, sobre todo la del 24-O a la tarde, que llegó a reunir a más de un millón de personas en todo el Estado, a pesar de la pobre convocatoria de los sindicatos de profesores.

Era el momento de haber señalado una nueva referencia de lucha que supusiera un jalón superior al 24-O. Desde nuestro punto de vista, el paso siguiente, como fue anunciado inicialmente por la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública, una Marcha a Madrid en las semanas inmediatas, que trajera a la capital del Estado a cientos de miles de personas de todo el país, hubiera sido totalmente posible.

Como ése no fue el caso, aquí radica (y es responsabilidad sobre todo de los dirigentes máximos de UGT y CCOO), el primer error importante que hubo para explicar el desplome de la movilización posterior.

Ante la actitud de los dirigentes de CCOO y UGT, era el momento de haberles presionado con una convocatoria unida de las organizaciones de izquierda del campo estudiantil que llamaran a la movilización a padres y a profesores.

La movilización del 20-N

Desgraciadamente, la dirección del SE no hizo ningún esfuerzo en llamar a una convocatoria unitaria del movimiento estudiantil, reforzando la imagen autoproclamatoria y sectaria que, lamentablemente, han creado de sí mismos los dirigentes del SE en capas crecientes del activismo estudiantil. Después de haber convocado tres días de huelga en Octubre, convocaron una huelga de un solo día, el 20 de Noviembre, lo que no fue percibido como un paso superior.

Cuando menos, esta convocatoria sí obligó a los miembros de la Plataforma a posicionarse en torno a ella, apoyándola de palabra, y convocando manifestaciones de padres y profesores por la tarde, También se comprometieron a una Marcha a Madrid posterior para el 30 de Noviembre ¡¡días después de que fuese aprobada definitivamente la LOMCE!!

En estas circunstancias, cuando la máxima unidad era fundamental, fue bastante lamentable que los dirigentes de la otra organización estudiantil más influyente, Estudiantes en Movimiento (EeM), repitieran el error sectario de la dirección del SE, convocando separadamente, un día después, el día 21 de noviembre.

Los dirigentes de los sindicatos de profesores hicieron mucho menos para las manifestaciones de la tarde del 20-N que en octubre. En el campo estudiantil, estas convocatorias divididas crearon confusión entre las capas más avanzadas. En definitiva, la movilización fue sentida como forzada y de carácter meramente simbólico, sin utilidad efectiva para la mayoría de estudiantes, padres y profesores. En vez de aprovechar el calor del 24 de octubre, se dejó enfriar el ambiente un mes. Daba la sensación de ser una especie de trámite moral simbólico para cerrar la lucha. Esa fue la razón del fracaso de las movilizaciones del 20 y 21 de noviembre.

Las manifestaciones estudiantiles convocadas por el SE fueron insignificantes, en clarísimo contraste con las del 23 de octubre: con no más de 500 en Madrid, 200 en Barcelona, Málaga y Sevilla, etc. Solamente en Galicia fueron significativamente mayores, sobre todo en Vigo (1.000) y Ferrol (cerca de 4.000), aquí gracias a la participación de los obreros del astillero que acudieron a la manifestación, lo que fue un logro significativo de los compañeros del SE. En Granada, la movilización fue de unos 1.000, aunque aquí fue convocada por una organización estudiantil miembro de EeM.

Las manifestaciones de la Plataforma en la tarde del 20-N también fueron pequeñísimas: apenas 6.000-7.000 en Madrid (comparadas con las 200.000 del 24-O) y 1.000 o unos pocos cientos en las demás ciudades donde se desarrollaron. Por otro lado, la huelga estudiantil del 21-N fue más insignificante aún que el 20-N, salvo en Euskadi donde convocaba la organización estudiantil nacionalista Ikasle Abertzaleak, y en alguna ciudad aislada.

La Marcha a Madrid del 30-N

En base a esta situación, la Marcha a Madrid del 30-N fue un fracaso con una asistencia de unos pocos miles de asistentes, la mitad del propio Madrid. Lo que resulta grotesco es que el SE dijera que participaron en esta marcha “cerca de 100.000” (1) para transmitir un exitismo artificial.

Como conclusión, creo que una condición básica para luchas futuras es que el movimiento estudiantil trabaje con una concepción de unidad en la lucha. Tenemos el mismo enemigo enfrente y somos compañeros en la misma trinchera. La negativa de las direcciones sindicales de UGT y CCOO, dentro y fuera del profesorado, a dar una continuidad a la lucha o para derrotar la policía reaccionaria del gobierno, hace que debamos establecer una estrategia consciente para influir entre la clase trabajadora. De esta manera, el movimiento estudiantil sí puede ser un poderoso catalizador que impulse procesos que ya están presentes, en estado larvado, en el seno de la sociedad.

(1) 30N. Decenas de miles de estudiantes, profesores y padres en Madrid contra la LOMCE, por la dimisión de Wert y a favor de continuar la lucha (Sindicato de Estudiantes, 30 de noviembre 2013)

Fecha: 

5 de diciembre de 2013

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