Reforma Fiscal: El gobierno no se atrevió a dar el paso

Escrito por: 

Rubén Rivera

La reforma fiscal propuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto es muestra más de que la política en México también se gesta en las calles.

Meses antes de la emisión de dicha reforma el PRI eliminó toda restricción en sus documentos internos para la eliminación del IVA en alimentos y medicinas, así como para la privatización de PEMEX.

Según los cálculos gubernamentales  a estas alturas el movimiento magisterial estaría sofocado y, partiendo de ello, este periodo de sesiones de la cámara de diputados permitirá la aprobación  de todas las reformas del famoso pacto por México.

Hoy más que nunca la democracia representativa que implica  el Congreso de la Unión, diputados y senadores, está de capa caída, es una simple formalidad en la que no hay debate que valga. Las propuestas se consensan entre los dirigentes de los tres partidos con la bendición de Peña Nieto y, con ese aval, se votan en el congreso.

A estas alturas se estaría votando una reforma fiscal que incluyera  el IVA en alimentos y medicinas, con la cual se ampliarían los ingresos fiscales hasta por 170 mil millones de pesos, por supuesto el gobierno lo mostraría como una especie de sacrificio de todos  e incluiría algunas nuevas cargas a las distintas capas de la burguesía.

Las cosas empezaron a cambiar en función de la movilización magisterial, que se ha mantenido constante, primero en las regiones,  cuyo principal protagonista fue el movimiento magisterial de Guerrero y luego con la movilización a la ciudad de contingentes de las secciones XXII y XVIII, tras los cuales se han sumado maestros de 27 estados de la república.

En agosto y septiembre de este 2013, los trabajadores han mandado en las calles, al grado de que el congreso se ha visto en la necesidad de sesionar en recintos alternos y el propio presidente abandonó la idea de hacer una declaración pública en el primer informe de gobierno, escondiéndose  detrás de las cámaras de televisión.

Incluso la suspensión de una gira internacional y el recorte de otra, responden a que la fuerza y contundencia del movimiento, simplemente los han obligado a actuar de forma imprevista, no fue una casualidad que Peña Nieto haya tenido que regresar apresuradamente de San Petersburgo para “afinar” la propuesta de reforma fiscal.

De por si la propuesta de reforma fiscal resultaría impopular, pero la existencia de un movimiento de masas en las calles significaba un elemento que potencialmente podría hacer converger las luchas de todos los trabajadores. Ante esta disyuntiva el gobierno se vio forzado a sacar apresuradamente de su propuesta en aumento al IVA en medicinas y alimentos.

Obviamente esto representa un golpe para las previsiones gubernamentales, el cual, de momento se tendrá que cubrir con un endeudamiento de cara a un aumento del déficit presupuestal que podría llegar a un 1.4%  PIB según las previsiones oficiales.

Para el Estado,  presentar un presupuesto igual al del año anterior hubiese significado un golpe brutal, del mismo modo los tiempos para hacer otra se habían esfumado, de cara a ello no quedó más que presentar propuesta rasurada.

Políticamente muestra un acontecimiento histórico y que a la burguesía de incomoda en demasía: los trabajadores nuevamente  se están volviendo protagonistas de la  vida política mediante la movilización de  masas y la unificación de las luchas, están forzando a la burguesía a dar pasos atrás.

Sólo así se explica la saña con la que los cuerpos represivos se enfrentaron a decenas de miles de trabajadores en las calles el día 13  de septiembre, había, más que un deseo de regreso a la normalidad un ánimo revanchista.

Volviendo a la propuesta, sin la aplicación del IVA a alimentos y medicinas,  la reforma da la impresión de ir contra los poderosos, y, por supuesto las primeras reacciones de todos los organismos empresariales son de enojo y ánimo de luchar por eliminar todos los aspectos que les afectan, de lograrlo no quedaría nada de la propuesta peñanietista,  razón por la cual creemos que, en su mayoría, las propuestas de priistas- perredistas van a pasar aunque ello no implique nuevas condiciones en la relación entre el estado y los organismos empresariales.

Para evadir impuestos los grandes empresarios se pintan solos, por lo tanto aquellos que más van a resentir el  conflicto burgués proletario de los últimos meses son precisamente los que están en medio, es decir la llamada clase media, quienes han sido incitados por los medios a enfrentarse a los trabajadores, pero que al mismo tiempo tendrán que pagar nuevas cuentas.

El IVA, por ejemplo, se aumentará de un 11 al 16 % en los estados de la frontera, hecho que evidentemente generará un incremento de precios importante y por supuesto debilitara dichas economía de frente a los estados norteamericanos fronterizos que tienen un IVA del 7% en promedio.

Se pretende cobrar IVA al negocio de la vivienda; compra, venta, renta e hipotecas, esto en el marco de una brutal crisis del sector, generará un estancamiento bastante profundo,  por supuesto las grandes empresas no querrán pagar la factura y sin duda todo se endosará a los consumidores.

El cobro de IVA a las colegiaturas podría eliminarse, la propuesta se hizo en el marco de un esquema de cobro de IVA generalizado y seguramente se dejó como uno de los elementos que pudiera pasar o no, no obstante prácticamente todos los organismos de derecha son unánimes en su repudio y en aras de mantener la alianza con el PAN es probable que no se incluya.  Por supuesto en nuestra opinión  se debería gravar de manera fuerte a este sector y transferir dichos recursos al mejoramiento material de la educación pública, básica y universitaria.

También los insumos de la industria maquiladora se gravaran, esto podría pasar como una medida proteccionista para la industria nacional productora de dichos insumos, lo malo es que esta industria no existe y no hay ninguna propuesta para desarrollarla. El Estado aplica la medida porque considera que representan contribuyentes cautivos con poca posibilidad de evadir el impuesto, al menos en el corto plazo.

Resulta novedosa la imposición de un impuesto  las transacciones de la bolsa de valores de un 10% y el cobro de un 7.5% a la industria minera. Llama la atención que la reacción de los  operadores de bolsa haya sido  tibia, es probable que lo hayan tomado como una especie gasto costeable  de frente a los enormes ingresos y al escaso control que el negocio de la bolsa tiene,  con todo puede que están negociando mecanismos para aligerar esta posible carga.

Los que sí han puesto el grito en el cielo son los zares de la  minería, los cuales han amenazado con “Detener su inversión en México” (La jornada, 13-09-2013). Honestamente consideramos que a los burgueses de la industria minera les conviene el negocio aun con cobros del doble, al menos no se han retirado de Perú o Chile donde los impuestos de este rubro son muy superiores.

El aumento del Impuesto sobre la Renta de 30 a 32 %  para ingresos superiores a los 500 mil pesos anuales es importante, afecta a un segmento de la población con suficientes ingresos para efectuar deducciones de tal grado que no consideramos que para ellos sea una carga, sus contadores se encargaran de meter todas las facturas habidas y por haber. Por supuesto el impuesto es impopular pero no creemos que logren retirarlo.

A la gran burguesía se elimina el esquema de consolidación fiscal, es decir la evasión legal de impuestos por la vía de creación de empresas fantasma con pérdidas, no obstante se les permite diferir el pago de impuestos por un lapso de tres años, es decir tienen tres años para esperar nuevos tiempos y nuevas exenciones.

A fuerza se ser sinceros, la reforma fiscal como tal quedó trunca con la eliminación del IVA a medicinas y alimentos,  no satisface a la gran burguesía y mucho menos a los trabajadores, los mecanismos para estimular el crecimiento tienen que ver con la prórroga del pago de impuestos en diversas modalidades. El incremento del gasto se realizará por la vía de un mayor endeudamiento bajo la esperanza de que el país logre un nuevo repunte en el ritmo del crecimiento, obviamente esta reforma no lo ofrece y por lo tanto es un fracaso aún antes de aprobarse, lo será aún más cuando los sectores de la burguesía y la clase media alta eviten los nuevos pagos que se están proponiendo. Sobre esta base prevemos un incremento del déficit de al menos un 3% del PIB a menos que se dé un viraje hacia una restricción presupuestal, lo que ocasionaría una autentica receta para entrar sin paracaídas a una nueva recesión

Lo más paradójico de esta propuesta es que la mayor parte de lo que quedó  de la reforma rasurada se debe a las plumas “brillantes” de los asesores financieros del PRD y del anterior equipo de López Obrador, como Mario Di Constanzo.

La nueva propuesta enfrenta al gobierno con algunos sectores que deberían ser sus aliados de frente a próximos ataques como la reforma financiera y a la vez prepara un escenario para  una nueva recesión

Por las condiciones en que se propone, es una prueba de la correlación de fuerzas de los trabajadores y al mismo tiempo  pondrá en evidencia que la política de reformismo de derechas de la nueva izquierda perredista es el camino más largo a las  mismas políticas neoliberales que pretende evitar.

 

Fecha: 

24 de Septiembre 2013

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