Breve balance de la huelga del IEMS

Escrito por: 

David García, miembro del SUTIEMS.

La huelga que el Sindicato de Educación Media Superior del DF (SUTIEMS) estalló por revisión salarial y contractual, el día martes 7 de mayo, fue levantada el día de ayer (8 de mayo) con 271 votos a favor, 45 en contra y 13 abstenciones. Aunque fue una huelga breve a los trabajadores del IEMS no se les ha regalado nada. La huelga estalló y se ganó una pequeña batalla, el estallamiento en sí mismo fue un triunfo. Esta lucha muestra, además, los lados fuertes y los aspectos en los cuáles el sindicato debe trabajar.

La huelga sirvió como una tribuna para defender el modelo “crítico científico y humanista” con que fue fundado (en el año 2000 producto de una movilización) el IEMS con sus 20 preparatorias,  modelo que peligra al ser administrado con criterios de eficiencia empresarial y por un grupo de burócratas afines a la tribu perredista de Alejandra Barrales quienes ven a las 20 preparatorias del IEMS como un botín; estos burócratas, ya mucho tiempo alejados de la lucha social, ni siquiera cumplen el perfil que marca el reglamento del IEMS para ocupar los puestos de dirección que detentan, así por ejemplo, la Directora General, quien gana alrededor de 90 mil pesos mensuales, no cuenta con licenciatura –su pasado como dirigente sindical parece haber quedado enterrado por una losa burocrática y oportunista- y el Secretario de Innovación no terminó su bachillerato (cuenta con el mismo nivel académico que los estudiantes del IEMS), el Director Académico -quien, se supone, dirige a profesores que deben tener licenciatura como mínimo- no cuanta con licenciatura, lo mismo que la Directora de Innovación. Sabemos que más importante que los grados es la sensibilidad social (Pancho Villa era casi analfabeto pero construyó, como gobernador, 20 escuelas en un mes). Los grados no significan nada, pero es claro que estos funcionarios llegaron al IEMS, además de violando la normatividad vigente, no para construir más planteles (como lo hizo Pancho Villa) sino para destruir al modelo educativo, como parte del reparto de cargos y “premios de consolación” entre las tribus; ciertamenteno llegaron por su sensibilidad social. Al mismo tiempo estos burócratas toleran la existencia de aviadores a quienes se les paga como docentes a pesar de no realizar trabajo alguno mientras que a 7 docentes se les retiene el pago. Más grave aún el hecho de que no se han terminado de construir 4 planteles alegando falta de presupuesto – mientras la directora general contrata a un asesor externo para las negociaciones con el SUTIEMS con un sueldo de 60 mil pesos-. Al tiempo que se concibe al IEMS como una caja chica para la tribu de Alejandra Barrales, cientos de estudiantes han sido dados de baja ya sea para de forma deliberada destruir al modelo educativo o para subir artificialmente los índices de egreso.  En este sentido la huelga fue exitosa porque logró situar en la mayoría de medios de comunicación esta situación. Fue un acierto poner más énfasis en la defensa del modelo que en nuestras demandas económicas.  Es cierto que la mayoría de medios retomaron la noticia para golpear al GDF pero también es verdad que, ya que el GDF no respeta los derechos laborales (aún cuando llegó al gobierno con el voto de la gente que pretende un cambio), los trabajadores tienen el derecho y obligación de aprovechar las contradicciones entre las cúpulas para impulsar sus justas demandas a la vez que se defienden las conquistas legadas por la lucha y por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

La huelga estalló, además, porque la patronal pretendía desconocer acuerdos conquistados en revisiones anteriores (por ejemplo la basificación de médicos y enlaces, la eliminación del código de confianza, etc.), porque provocaba a los trabajadores reteniendo su pago en forma ilegal, porque reventaba las mesas de negociación. La huelga logró un aumento salarial del 3.9% directo al salario más 2.8% a prestaciones, se logró aumentar la prima vacacional en un 50%, se comienza la implementación gradual del año sabático, se compromete la autoridad a garantizar una semana de vacaciones para las compañeras de intendencia contratadas por outsourcing, se echa abajo al Plan Bazán con el compromiso de crear un nuevo plan académico de forma bilateral, se comprometen a acabar con las plazas entregadas ilegalmente a funcionarios que cobraban sin trabajar, el CCT se hace extensivo a lo compañeros interinos mientras se regulariza su situación laboral, aceptan revisar casos específicos de alumnos que han sido dados de baja violando su derecho a la educación, se comprometen a respetar los acuerdos firmados con anterioridad, entre otros logros.

La huelga mostró las fortalezas y las debilidades en las que debemos de trabajar. Por un lado demostró que el SUTIEMS es un sindicato democrático y combativo que sabe que sólo luchando y movilizándose es posible obtener conquistas, por otro lado se muestra que los sindicalizados debemos trabajar más en la organización e integración en la lucha de todos los compañeros para ser capaces de afrontar huelgas de mayor duración. Aunque incipiente, la huelga mostró que es necesario vincularse con el resto del movimiento, existieron pronunciamientos de Morena BJ, del compañero Taibo II, dirigente de Morena, y de otros sindicatos y organizaciones de los trabajadores, así por ejemplo, durante la huelga recibimos una excelente charla, en el plantel Tlalpan I, del compañero José Figueróa fundador de la CNTE quien ofreció la solidaridad de su organización, compartió sus experiencias y alimentó el ánimo de los compañeros. De hecho es poco probable que sin el contexto de lucha magisterial el GDF hubiera ofrecido una oferta que pudiera poner fin a la huelga de forma breve. En este sentido es necesario darle su justa dimensión a la lucha de clases a nivel general para elevar la perspectiva del sindicato y que éste aprenda a vincularse con el movimiento en general, incluso tenga eventualmente la capacidad para estallamientos y luchas conjuntas no sólo en el terreno del apoyo solidario sino en el de la movilización unitaria. Si bien es verdad que desde el primer día de huelga se instalaron las mesas de negociación, hizo falta cumplir con el plan de acción que señalaba la necesidad de movilizaciones y marchas más allá del cierre de los planteles, sabíamos que una huelga parada podía estar condenada al fracaso. 

Es cierto que lo obtenido no soluciona de fondo la problemática laboral en el IEMS; no se ha logrado, hasta el momento, la basificación de los compañeros del sistema semiescolarizado, de Lengua y Cultura Nahuatl o de intendencia (que siguen contratadas por la infame modalidad del outsourcing); no obtuvimos una mayor integración salarial ni la retabulación de los compañeros administrativos, de los 20 puntos del pliego petitorio sólo algunos puntos se solucionaron y de una forma muy parcial. Pero la mayoría de los trabajadores comprendió que la lucha del sindicato no es una guerra de una sola batalla sino una guerra de posiciones y de consolidación organizativa; dentro del marco del capitalismo de nuestros días las luchas sindicales que logran el 100% de sus demandas no sólo son extraordinariamente raras, sino prácticamente imposibles (sólo liquidando al sistema se podrían lograr conquistas permanentes); se entendió que la lucha no es una cuestión de voluntarismo sino de una seria evaluación de la correlación de fuerzas, se valoró nuestro grado de organización y se señaló que hacía falta fortalecer las guardias, que gran parte de éstas se sostenía en pocos compañeros, que un alargamiento de la huelga podría jugar en nuestra contra. Existía la posibilidad que de rechazar la oferta entráramos a un proceso de recuento que ya estaba en trámite, promovido por el sindicato charro SITIEMS en donde tuviéramos que sostener la huelga durante varios días para ganar un recuento y no para discutir una propuesta de solución. Si el grado de organización de nuestro sindicato fuera mayor hubiera sido correcto mantener la huelga con la perspectiva de extender y fortalecer hacia a fuera a nuestro movimiento pero, en este caso, aceptar la oferta significó fortalecernos y tomar lo conquistado. Necesitamos, por ejemplo, que los compañeros de lengua y Cultura Náhuatl se organicen, que una mayor cantidad de compañeros administrativo se afilien al SUTIEMS, que una mayor cantidad de compañeros de honorarios participen en las guardias, que seamos capaces no sólo de cerrar los plantes sino, al mismo tiempo, movilizarnos y armar brigadas a las colonias y mercados; sólo así podemos sostener una huelga de mayor calado con perspectivas de triunfo, si sabemos que la patronal podrá utilizar el recurso del recuento en un futuro, es necesario organizarnos para ganarlo y sostenernos. En este sentido también el balance es positivo porque señala lo que nos hace falta por trabajar. En la lucha se deben tener en cuenta nuestras fuerzas y las perspectivas tratando de tomar la mejor decisión posible y más favorable para la organización y toma de consciencia. Fue absolutamente correcto estallar la huelga pero también es necesario saber cuándo levantarla y nos parece que, en este caso, la decisión tomada por la inmensa mayoría fue la correcta.

El SUTIEMS es, sin duda, uno de los pocos sindicatos independientes y combativos en el DF. Su huelga, aunque breve, mostró su grado de combatividad y conciencia, un alto nivel de consciencia política. Esa conciencia también es producto de la movilización pues el SUTIEMS, aunque es un sindicato muy joven, tiene en su haber un historial de paros, marchas y movilizaciones que han dotado a su dirección (o parte de ella) y a sus bases de un capital político importante que debe fortalecer y extender. Estamos seguros que en las batallas por venir, en las luchas más importantes de nuestro país, el SUTIEMS estará presente.

 

 

Fecha: 

09 de Mayo del 2013

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