El viacrucis de los trabajadores de honorarios del GDF

Escrito por: 

Manuel Fuentes Muñiz, Consejero de la Comisión de Derechos Humanos DF y miembro de la ANAD

Que mal la pasan los trabajadores de honorarios del Gobierno del Distrito Federal (GDF) estos días. La mayoría pasan muchos apuros porque tiene que estar firmando cada tres meses su contrato sin saber si se les va a renovar o no.

Es una incertidumbre que enfrentan cada periodo de contratación y que los pone en el filo de constantes arbitrariedades desde oficinas gubernamentales en las que prestan sus servicios.

Los que tienen contratos de 3 meses, como condición para renovárselos, los obligan a “descansar 5 días”. Los que firman contratos de honorarios de 6 meses les imponen un “descanso” de hasta 15 días para evitar, según los administradores, generen antigüedad y derechos laborales.

En realidad los “descansos obligados” son de papel, una vil simulación; en los hechos tienen que presentarse a laborar cubriendo sus jornadas normales de trabajo. Son tiempos de adversidad en los que deben demostrar lealtad con sus jefes para ganarse su simpatía y lograr la ansiada firma de un nuevo contrato.

Son etapas complicadas para los llamados honoristas porque cuando logran sus contratos, después de los descansos forzosos, tienen que esperar hasta 3 quincenas o más para que les paguen lo atrasado. Esas semanas tienen que vivir de prestado y reiterando la promesa a sus acreedores que cuando les paguen devolverán los apoyos recibidos; en muchas ocasiones, hasta con intereses.

Es una tradición en contra de estos trabajadores de honorarios que se hereda administración tras administración y ésta no es la excepción.

Actualmente se calcula que hay más de 10 mil “trabajadores de honorarios” a quienes se les obliga a firmar contratos de carácter civil para ocultar relaciones laborales sin responsabilidad.

Tienen en los hechos más obligaciones que los trabajadores de base, pero sin los beneficios de éstos. Carecen en su mayoría de seguridad social, prestaciones sociales mínimas como pago de aguinaldo, vacaciones y prima vacacional.

Son aquellos, los honoristas, que están en la fila de no asegurados y por más años que acumulen, su derecho a cotizar en instituciones como el ISSSTE o el IMSS son deseos que generalmente nunca logran cumplir.

Habitualmente están sujetos a jornadas diarias que rebasan los máximos legales. En promedio laboran hasta 12 horas diarias sin pago de compensación extraordinaria. Los honoristas realizan el trabajo que rehúsan los trabajadores de base y se le cataloga de “confianza”. Son los que se van al último en cada área de trabajo, y al día siguiente deben ser los primeros en llegar.

Son este tipo de trabajadores, quienes tienen que hacer el trabajo, según los jefes, de más confianza pero a quienes se les responde con menos apoyo.

En días recientes les han avisado de un recorte general de un 20 por ciento que aplicara el GDF a la partida de honorarios por falta de recursos en sus finanzas, lo que ha generado gran incertidumbre y malestar.

Esta reducción implicaría la separación del 20 por ciento de trabajadores de honorarios o la reducción en esa proporción de sus percepciones. La mayoría ha optado por aceptar la reducción en sus ingresos para conservar su trabajo.

Muchos se preguntan porque tienen que ser los trabajadores de honorarios quienes deben cubrir las deficiencias financieras gubernamentales de la capital. Con el agravante de estar sometidos a un pago de impuestos más severo que el resto de los trabajadores, que va del orden del 20 al 30 por ciento.

Los “genios financieros” del GDF han planeado que los contratos de honorarios de tres meses sean de 85 días para evitar pagos completos en las percepciones de esos trabajadores.

Los contratos de este 2013, en varias dependencias fueron firmados desde el día 7 de enero; medida de “ahorro gubernamental” de una semana de percepciones en perjuicio de esos trabajadores.

En cada dependencia el malestar o la queja más frecuente es el trato que hace este gobierno a los trabajadores de honorarios cuando su trabajo es fundamental en el funcionamiento de la administración.

De estos hechos la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal tiene conocimiento y se espera pronto su intervención.

A los trabajadores de honorarios se les pisotean sus derechos y parece no haber decisión que lo impida. Enfrentan un viacrucis permanente, pero ya están cansados de estas medidas que afectan sus derechos laborales.

Fecha: 

21 de marzo de 2013

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