Inicio del movimiento estudiantil del 68 en México

Escrito por: 

Ubaldo Oropeza

El 26 de julio se cumplen 40 años del inicio del movimiento estudiantil en nuestro país, que concluyó con la masacre de cientos de estudiantes, trabajadores y amas de casa en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.

Igual que en muchas otras ocasiones, la necesidad hace uso de la casualidad, una riña entre pandillas, el 22 de julio, de la preparatoria Isaac Ochotorena, incorporada a la UNAM, y entre estudiantes de la Voca 2 y 5 del Poli, se desarrolla de forma inesperada en las inmediaciones de de la Plaza de la Ciudadela. El origen de este pleito es totalmente intrascendental, el resultado de un partido de fútbol.

Al día siguiente, las instalaciones de las antes citadas escuelas del Politécnico fueron apedreadas por pandillas de las esuelas preparatorias de la Universidad. La intervención de la policía no fue para tratar de controlar el conflicto, sino para intervenir en él de forma brutal. Para el día 24, las vocacionales 2 y 5 son tomadas por la policía. La FNET (Federación Nacional de Estudiantes Técnicos), organización estudiantil controlada por el PRI, llama a una movilización para el 26 de julio contra la represión y la desocupación policial de las vocacionales.

El 26 de julio se cruzaron dos manifestaciones, por un lado la convocada por la FNET con las demandas mencionadas, y por el otro lado, la que encabezaba la Confederación Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), dirigida esta por el Partido Comunista que desde 1960, se realizaba en conmemoración al asalto al Cuartel Moncada y reivindicando el triunfo de la revolución Cubana. Las dos manifestaciones se cruzan y aunque habían intenciones de la FNET de desvincular las manifestaciones e incluso armar fisuras artificiales entre las dos instituciones, los estudiantes se unen y así en contingente unánime se movilizan con rumbo al Zócalo, donde la policía no sólo les impide el paso, sino que utiliza sin ningún empacho las armas contra la juventud. Los enfrentamientos se suceden por todo el centro de la ciudad y hay detenidos, muertos y desaparecidos. Así se inicia una de las épocas más convulsas de movilización estudiantil y represión sangrienta nivel nacional.

A esas mismas horas en las que se efectuaban los enfrentamientos, son tomados por la policía el edificio del Partido Comunista y las imprentas de su periódico.

Al día siguiente los estudiantes de las preparatorias 1, 2 y 3 de la UNAM son tomadas por los estudiantes en protesta de la brutal represión. La respuesta del Gobierno fue la del incremento desmesurado por parte de la policía golpeando, encarcelando y amenazando al movimiento. El ejército no tardó en aparecer para volar de un bazucazo la puerta de la Preparatoria 1 (30 de julio) y tomar las instalaciones de este centro educativo, el 2, 3 y 5, así como la Voca 5.

El movimiento estudiantil desde un primer momento se despliega como un movimiento político. Las demandas principales eran reclamar libertades de expresión, libertad a los presos políticos, derogación de los artículos penales que sancionaba la lucha social, así como la desaparición del cuerpo de granaderos. Estas demandas se mantendrán en lo que resta del movimiento, al igual que el apoyo de miles de estudiantes de todo el país que pronto se suman a la huelga. Incluso escuelas privadas se solidarizan contra la represión y a favor de los puntos del pliego petitorio. La conformación del Consejo Nacional de Huelga es resultado de la vorágine de los acontecimientos y la necesidad de coordinar mejor la lucha.

Así es como nació este maravilloso movimiento que por la cerrazón del régimen presidencialista que se vivía en nuestro país y por las limitantes de la dirección del movimiento, terminó bañado en sangre. Nuestra tarea va ahora mismo más allá que el recordar: “aprender para triunfar”, ese es nuestro derrotero.

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