Conflicto minero: una larga historia que contar

Escrito por: 

Evert Beltrán

En los años recientes bajo el régimen de Fox y del espurio Calderón, se han otorgado concesiones para la extracción de minerales a empresas extranjeras, lo que no es raro, es más, estos gobiernos han concesionado 51 millones 994 mil 312.7 hectáreas de territorio nacional a la industria minera, lo que representa una cuarta parte del país, siendo Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas y Coahuila quienes encabezan la lista de entidades donde más proyectos se han concedido. Otro aspecto que llama la atención es que los requisitos para tales concesiones sean mínimos, en lo que comunidades enteras se ven afectadas, ya que no son tomadas en cuenta al dar dichas concesiones, el caso más ejemplar es la zona indígena de Wirikuta.

Asimismo las empresas a las que se les otorgan dichas concesiones obtienen cantidades obscenas de dinero por la extracción de los minerales (principalmente oro y plata),  pagando al país un porcentaje ridículo, y para muestra basta un botón. Las multinacionales extrajeron recursos minerales por más de 552 mil millones de pesos entre 2005 y 2010, pero sólo pagaron al país “derechos” por 6 mil 500 millones. Tan sólo en 2008, las empresas canadienses, estadunidenses, australianas y brasileñas sacaron de México más de 50 toneladas de oro y 2 mil 600 de plata.

Con lo anterior nos podemos dar cuenta que el negocio de la extracción de minerales es muy buena, es más, México se posiciona mundialmente como uno de los mejores productores de plata, sin embargo el negocio es solo para los empresarios, solo para unos cuantos.

Pero el conflicto minero no solo radica en los obscenos beneficios que obtienen las empresas mineras o en las concesiones que otorga el gobierno federal a diestra y siniestra, sino más bien ese es el origen de todos los males de la industria minera en nuestro país. Tanto a nivel ambiental (aspecto que por el momento no será abordado) como laboral existen un sinfín de problemas, que radican en la ambición de las empresas extranjeras, en la opacidad del gobierno al otorgar las concesiones, a la corrupción existente en los diferentes niveles de gobierno, así como a la criminalización de la lucha sindical de los mineros, tal es el caso de Cananea.

Por otra parte los accidentes en cualquier trabajo son recurrentes, un descuido o falta de atención suelen ser lo que los causa, sin embargo la mayoría de accidentes no son provocados por un descuido o por desatención, sino por la falta de seguridad en el área de trabajo.

Ese es el caso de la minas en nuestro país, ya hemos visto que ganan muchísimo dinero, pero poco o nada es invertido en las instalaciones, además las autoridades no son muy exigentes a la hora de dar concesiones, mucho menos lo serán a la hora de verificar que las medidas de seguridad sean las pertinentemente necesarias para que los mineros bajen a extraer los minerales, sobre todo carbón.

En lo que va del 2011 hasta la fecha ha habido 6 accidentes con un saldo de 33 mineros muertos, 2 heridos de gravedad, varios más heridos y uno o dos desaparecidos. Esta cifra es escandalosa, el problema es que después de lo sucedido en Pasta de Conchos los accidentes continúan en las minas, por la nula inversión en equipos de seguridad ni en la mejora de las instalaciones.

No es ni mala suerte, ni casualidad todos estos accidentes, son las condiciones de trabajo que son pésimas, no hay mantenimiento o las minas no cuentas con la medidas de seguridad necesarias para poder trabajar, pero la ambición de un puñado de ricos es la causa principal de la muerte de los mineros que, ante la imposibilidad de trabajar en otra cosa, tienen que arriesgar su vida al entrar a las profundidades de la tierra.

Otros asunto son las relaciones de trabajo que se contraen entre los mineros y los dueños de las minas, en las que cabe decir, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) mete la mano, y es mano negra por cierto.

El más escandaloso desalojo fue el de los mineros de Cananea, que junto a los electricistas del SME son la punta de lanza en la lucha sindical de nuestro país, no es por eso de extrañarnos que hayan sido golpeados. Más recientemente ha habido desalojos en algunas minas o intento de hacerlo.

El desalojo de la mina La Platosa y de habitantes del ejido La Sierrita, en Bermejillo, Durango por elementos del Ejército Mexicano y policías federales, estatales y municipales, a los trabajadores para que a laborar en la empresa Excellon Resources y reprimir las protestas emprendidas por los ejidatarios contra la compañía canadiense, por incumplimiento del contrato de arrendamiento firmado desde 2008.

Todo lo anterior demuestra cómo es que se las leyes están de lado de un clase social, cómo  es que a pesar de las jugosas ganancias, que van al extranjero, no se invierte en equipo de seguridad o en mantenimiento de las minas, ya ni qué decir de aumento a los salarios. Por todo lo anterior y muchas cosas más la consigna debe de ser la nacionalización bajo control obrero de todas las minas del país.

Fuentes cibernéticas
-http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2012/01/22/un-cuarto-d...
-http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2012/03/04/mineras-pag....
-http://www.eluniversal.com.mx/notas/862596.html
 

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