Trotsky y la revolución permanente

Escrito por: 

Emilio Díaz

Sin duda el acontecimiento más catastrófico y pernicioso para el movimiento obrero en el siglo XX fue la degeneración del Estado Obrero Soviético. Estudiar de manera atenta los acontecimientos de génesis desarrollo y decadencia de la Unión Soviética tiene para los trabajadores y activistas del movimiento de masas una importancia vital, no por mero afán de conocimiento intelectual, sino porque en dicho proceso se funden los momentos más avanzados y los más obscuros de la historia de la clase obrera por su emancipación. 

Una de las claves para entender la vitalidad de las ideas del marxismo,  es su capacidad para desmenuzar los procesos particulares en el marco de una totalidad, es decir no como hechos aislados sino como parte de un proceso en constante movimiento y por ende permanentemente en cambio, sólo de ese modo acontecimientos aparentemente fortuitos pueden alcanzar la categoría de fundamentales no por su forma, sino por que son hijos de factores causales de proporciones monumentales.
Actualmente resulta muy difícil, como no sea acudiendo a los textos clásicos, encontrar aportaciones importantes al materialismo dialéctico, la culpa fundamental de este hecho también se debe atribuir a la degeneración estalinista.
En aras de darle justificación teórica al régimen estalinista, en la Unión Soviética se construyó una versión dogmática y esclerótica del marxismo la cual se vendió como buena a millones y millones de sinceros luchadores sociales a lo largo de casi sesenta años.
Multitud de intelectuales comprometidos con la revolución rusa se dedicaron más que analizar a justificar a la dirección estalinista. Particularmente trágico y vergonzoso fue el que la ejecución de casi toda la plana mayor del partido bolchevique, a manos de los verdugos de Stalin a lo largo de la década de los treintas.
Los hombres que había acabado con el tiránico imperio zarista, que habían derrotado a veinte ejércitos invasores, que habían partido casi de la nada al lado de Lenin fueron asesinados ante el beneplácito tanto de la burguesía como de los estalinistas. Incluso Trotsky, el más integro colaborador de Lenin fue expulsado de país en país hasta que los agentes estalinistas encontraron la manera de asesinarlo en México en 1940.
En particular la obra de Trotsky, desde el desarrollo de su teoría de la revolución permanente, hasta su análisis de la degeneración del Estado Obrero Soviético, nos da una muestra de la aplicación creativa del materialismo dialéctico.
El marxismo basa el estudio de los fenómenos históricos en dos elementos que se entrelazan de manera dinámica: uno es el papel creativo del hombre como individuo y como clase para luchar por sus intereses, el otro son las condiciones objetivas que determinan el marco y los alcances de esta lucha.
En ningún lugar está escrito que el destino del hombre como especie ese predeterminado por leyes inmutables, para el marxismo todo esta en juego y siempre hay posibilidades de luchar mientras la sociedad humana exista.
Cuando Marx y Lenin establecieron en su estudio de la sociedad capitalista la necesidad de la lucha por el socialismo y de la realización del comunismo como la vía para el autentico progreso humano, examinando el proceso histórico de determinadas sociedades no excluían desarrollos sociales paralelos que pese a su relativa independencia tienden integrarse en el mercado mundial capitalista. En la génesis del capitalismo es factible encontrar de manera contemporánea sociedades feudales, esclavistas, diversos tipos de sociedades "asiáticas", etc. que no tuvieron que recorrer los mismos estadios de desarrollo que las sociedades en transición al capitalismo de Europa, el hecho es que para finales del siglo XIX era la economía capitalista global, la que determinaba el futuro o el fin de los modos de producción existentes en esos momentos.
Sin el carácter dinámico que le confiere el factor humano la historia parece una marcha constante hacia un ineludible futuro, sin el factor material objetivo que los hombres no eligen sino que les toca enfrentar, la historia sería una sucesión de hechos fortuitos sin ninguna conexión entre si.
Una ley física explica que la resistencia de una cadena depende de la resistencia de sus puntos más débiles, Lenin  a su vez señaló al régimen zarista como el eslabón más débil de la cadena capitalista. Si los revolucionarios eran capaces de concentrar de manera suficiente las fuerzas de ataque para romper dicho eslabón débil, habría la posibilidad de dar pie a la trasformación socialista de la humanidad.
No obstante incluso en un inicio Lenin tenía una idea poco clara de las tareas que la revolución debería cumplir una revolución triunfante en un país capitalista atrasado en el cual había regiones donde a lo largo de 4 siglos era difícil describir algún cambio en la forma en la que vivían las personas.
Si se contemplaba  a la revolución rusa como un acto de la revolución mundial, entonces sus objetivos deberían estar en función de los aspectos más avanzados de esa revolución mundial.
Trotsky fue quién aplicó esta lógica para que, partiendo de una revolución antifeudal llegará a la conclusión de que al final el enfrentar las tareas socialistas determinaría el futuro del proceso.
Trotsky no confundía la revolución democrática y la socialista, simplemente trazaba la lógica dialéctica que enlazaba dichos momentos históricos, nada más, ni nada menos que  eso es la teoría de la revolución permanente.

Fecha: 

8 de febrero de 2010

Teoría Marxista: 

Periódico: