Las jornadas de mayo

Escrito por: 

Jesús Valdez

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Una mirada a la historia del movimiento huelguístico de los trabajadores inmigrantes y las luchas que se avecinan.

“Los estadounidenses tuvieron su revolución,
los negros también,
ahora nos toca a nosotros”
Un trabajador mexicano en una de las movilizaciones

Comentarios preliminares

El presente artículo pretende ser de utilidad para fines prácticos, recabando las experiencias históricas del presente y del pasado para tratar de asimilar los procesos actuales y tener una orientación o noción sobre lo que ha sido y hacia dónde va el movimiento de los trabajadores del campo y la ciudad, especialmente del otro lado de la frontera, cuyas manos se encargarán de construir las bases materiales sobre las que se desarrollará esta sociedad a la vez que hacen que ésta marche correctamente, la degeneración ideológica en la que nos ha sumergido este sistema que con cada día que pasa se hace más innecesario para dar paso a otro distinto, a una estructura social en la que esta misma sea la ejecutora de su propio destino, teniendo como factor decisivo al proletariado industrial del territorio, pero principalmente al de los países altamente industrializados como EU, Japón, Alemania (la Unión Europea en general), sin excluir al de los países en desarrollo que han demostrado un admirable nivel de combatividad del que hace gala en cada oportunidad que se le presenta. Sólo en este sentido nos encontraremos las condiciones de transformar la sociedad del futuro, una sociedad socialista.

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Introducción

“Hegel dice en alguna parte que todos los hechos y personajes de la historia universal se producen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia, y otra como farsa” (C. Marx. El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Ediciones en lenguas extranjeras de Pekín, 1978)

El movimiento obrero a nivel mundial vive etapas cruciales que harán virar la calidad de vida hacia la “popa” del proletariado. El presidente venezolano Hugo Chávez Fías quién recientemente se decía simpatizante del trotskysmo y por tanto partidario de la teoría de la revolución permanente, da muestras de militancia seria en lo que respecta no sólo a la nacionalización o estatalización, sino que hace llamados a la clase obrera para que asuma el control de las paraestatales y para que el estado sea controlado por los trabajadores y la sociedad.
Buena parte de los trabajadores en Oriente Medio reciben con entusiasmo “las provocaciones de Chávez”, viéndolo de este modo como un aliado estratégico en la lucha contra el imperialismo “estadounidense”.

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El movimiento no parte de cero

“Los hombres hacen su historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, existen y transmite el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos se disponen precisamente a revolucionarse y revolucionar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal.”

Bien, este fenómeno se presenta en unos casos de manera por demás plausible, mientras que en otros como una verdadera tragicomedia, traición inconsciente u abierta. El objeto del presente pretende ser un aporte que colabore a la dilucidación de los acontecimientos mediante el materialismo dialéctico.

“Es como el principiante que ha aprendido un idioma nuevo: lo traduce siempre a su idioma nativo, pero sólo se asimila el espíritu del nuevo idioma y sólo es capaz de producir libremente en él cuando se mueve dentro de él sin reminiscencias y olvida en él su lengua natal” (C. Marx. El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Ediciones en lenguas extranjeras de Pekín, 1978. Pág. 9,10)

Para fines de la década de los 60´s, el presidente de los Estados Unidos Richard Nixon anunciaba su renuncia vía TV, pero todo ello no era sino producto de las fuertes presiones a las que se veía sometido el mencionado, bien de la burguesía, pero principalmente de los estudiantes y la clase obrera.

En un principio, las capas intelectuales de las universidades y la pequeña burguesía creían que los obreros en Estados Unidos estaban tan enajenados que siquiera se atreverían por asomo a manifestarse en contra de la guerra de Vietnam, pues según ellos los obreros no lo iban a comprender.

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“Jonathan Neale, profesor participante de aquellos movimientos, lo describe así en su libro La otra historia de la guerra de Vietnam: "En una pequeña concentración estudiantil en Knoxville, en 1969, un refugiado que había participado en la revuelta de los trabajadores húngaros de 1956 tomó la palabra. Sugirió que fuéramos a las fábricas de Oak Bridge y distribuyéramos panfletos contra la guerra entre los obreros. Lo miramos como si estuviera loco. La idea de distribuir panfletos nos asustaba. Estábamos seguros —y nos equivocábamos— de que los trabajadores estaban a favor de la guerra. Cuando ese trabajador sugirió que compráramos en los comercios locales para apoyar a los pequeños comerciantes, eso ya estuvo más en nuestra onda.” (A 30 años de la derrota imperialista- Guerra y revolución en Vietnam, J.M. Municio. www.engels.org)

“Por generaciones, el movimiento del 68 ha sido un icono de las luchas populares en México, pero especialmente, para los jóvenes, ha sido un estandarte propio que enarbola la lucha histórica contra la opresión y la explotación.”
“El heroísmo y la determinación con la que toda una generación de jóvenes se lanzó a las calles para pelear contra el autoritarismo político, viven como una huella fresca en el imaginario colectivo del pueblo. Tan sólo unos cuantos días bastaron para que cientos de miles de jóvenes se organizaran constituyendo el Consejo Nacional de Huelga (CNH), y con ello, un poderoso movimiento que cimbraría a todo el sistema político como no ocurría desde el cardenismo” (Nahúm, el CNH y la organización estudiantil de 1968, www.militante.org).

Para ese mismo año se presenta otra de las proezas juveniles de todos los tiempos, el mayo francés de 1968.

 

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La crisis de Vietnam

“La clase obrera no debe exagerar ante sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe, por tanto, olvidarse que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es luchar contra el movimiento descendiente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad.”

“En vez del lema conservador de: un salario justo por una jornada de trabajo justa deberá inscribir en su bandera la consigna revolucionaria: ¡Abolición del sistema de trabajo asalariado!”

“Las tradeuniones trabajan bien como centros de resistencia contra las usurpaciones del capital. Fracasan, en algunos casos, por usar poco inteligentemente su fuerza. Pero, en general, son deficientes por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente, en vez de esforzarse, al mismo tiempo, por cambiarlo, en vez de emplear sus fuerzas organizadas como palanca para la emancipación definitiva de la clase obrera; es decir; para la abolición definitiva del sistema de trabajo asalariado.* Pero esto no es posible sin una organización de trabajadores capaz de arrancar el control de las principales industrias a la burguesía”.

En abril de 1965 los Estudiantes por una Sociedad Democrática convocaron una manifestación que dejó sorprendido a todo el mundo por la asistencia: 25 000 personas, para octubre de ese mismo año 100 000 personas marchaban por todo el país.

fEl 15 de abril de 1967, 300 000 personas toman Nueva York, el presidente en turno Johnson decía: "Tengo otro problema para vuestro ordenador. ¿Podéis introducirle cuanto tardarían 500 000 americanos furiosos en trepar al muro de la Casa Blanca de ahí fuera y linchar al presidente si hiciera algo así?".

En noviembre de 1969, 500 000 personas se manifestaron en Washington, se dice que fue la mayor concentración registrada en EEUU hasta esas fechas.

“Ante las noticias de la extensión de la guerra a Camboya, las huelgas y ocupación en las universidades se extendieron. Dos días después del anuncio de Nixon, 2 000 personas incendiaron el edificio del Cuerpo de Entrenamiento de los Oficiales de reserva en Kent (Ohio). Al día siguiente los estudiantes tomaron el campus. La Guardia Nacional entró sin miramientos reprimiendo la ocupación: cuatro jóvenes fueron asesinados y nueve heridos. La gente respondió indignada: se calcula en más de cuatro millones de estudiantes los que salieron a las calles y ocuparon 1.350 universidades. En 536 se declaró la huelga. Los estudiantes de 400 colegios se declararon en huelga en señal de protesta. Fue la mayor huelga general estudiantil en la historia de EEUU. Durante aquel curso escolar de 1969/1970, el FBI contabilizó 1785 manifestaciones estudiantiles. Ronald Reagan, gobernador de California, cerró todo el sistema universitario”. (A treinta años de la derrota imperialista)

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El pilar más fuerte del capitalismo a nivel mundial se encontraba al borde del abismo, pues en un santiamén las manifestaciones contra la guerra se habrían convertido en la insurrección del proletariado estadounidense contra su burguesía, de tal modo se repetiría la hazaña acometida por los revolucionarios bolcheviques, dicen que la guerra es la partera de la revolución. El derrumbe total de la dominación de clase empezando por su eslabón más fuerte se hubiese convertido en el desplome de la burguesía a nivel mundial, produciendo el conocido efecto dominó. La única salvación para la camarilla dominante en EEU fue deshacerse de Richard Nixon, como ahora lo hará con G. Bush.

Esta misma oportunidad se presenta en el periodo actual, y si los revolucionarios lo echamos por tierra será sólo a causa de una ceguera política. Un compañero mencionaba que los marxistas debemos ser el cáncer del capitalismo, no su cura; por ello es menester difundir las ideas del marxismo sin perder el contacto con las masas trabajadoras.

La historia del movimiento obrero demuestra que la represión no hace otra cosa que acrecentar el movimiento, de cualquier modo las conquistas laborales, educativas y económicas se hacen permanentes a pesar de los retrocesos, pues como ya se mencionaba, tanto las fuerzas productivas, como la misma naturaleza avanzan de forma permanente.

El movimiento migrante

Como observaremos tal insurrección se convierte en el reemplazo del movimiento contra la guerra, sin que ello implique la ruptura con los obreros estadounidenses.

En diciembre de 2005 se publicó la iniciativa de ley Sensebrener, cuyo contenido prohibía enviar dinero a los residentes –no estadounidenses– a sus familiares, a la vez que imponía medidas tan desquiciadas que ni el mismo Mc Carthy hubiese imaginado, criminalizando de este modo el trabajo que tantas ganancias dejan a los granjeros y la economía estadounidense en un periodo de recesión.

Tan sólo en 2005 las remesas adquiridas en este rubro significaron para México 24 000 millones de pesos. La trascendencia que alcanzó esta revuelta llevó a que personajes como los Tigres del Norte o “Tigers of the North” como se les conocía en los albores de su carrera dieron conciertos gratis en apoyo al movimiento.

El 26 de marzo de 2006 la prensa escrita presenta un reporte de la asistencia a las manifestaciones: Los Ángeles: 500 000 personas, Denver: 50 000, Charlotte: 3 000, Sacramento 4 000, Chicago 200 000, Milwaukee 30 000, Atlanta 80 000, Phoenix 20 000, Washington 30 000, Trenton 1 200, Kansas 2 000, Tucson 800, Fort Meyers 500.g

Los estudiantes se unen a la lucha

Para el lunes 27 de marzo 40 000 estudiantes de secundaria y preparatoria de la ciudad de Los Ángeles California abandonaron las aulas para protagonizar un episodio histórico que pondría de relieve el nivel de combatividad y rebeldía al orden establecido. Todo ello por medio de marchas kilométricas, sumando grupos de distintas escuelas.

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Unos dirigiéndose al ayuntamiento, otros haciendo piquetes en avenidas, los más osados cerrando autopistas sin importar las amenazas hechas por el gobierno federal.

Los portales, que tradicionalmente se utilizaban para el ligue o para chatear, se convirtieron en punto de referencia y un instrumento organizativo para los estudiantes de nivel medio superior y superior.

A sólo 2 semanas de lo descrito (9 de abril), ciudades como Dallas ya alcanzaban la asistencia reportada en los Ángeles (500 000 personas) en tanto que la revuelta se extendía Utah, San Diego, Saint Paul, Minesota, Miami, Florida y Salent, Oregon.
El mismo día se anuncian movilizaciones masivas en 65 ciudades de los EEUU.

Para el 1 de mayo de 2006 ninguna de las lentes de la prensa escrita fue capaz de plasmar la magnitud de las movilizaciones. Este acontecimiento más que ser un dato curioso, representa el periodo revolucionario en que entra el proletariado estadounidense. Por desgracia, a pesar del vértigo que causa ver estas manifestaciones multitudinarias, no se concedió un sólo reporte de la cantidad de asistentes, una verdadera pena; pero lo que es seguro es que este estallido revolucionario no fue menor que el surgido durante las jornadas de lucha contra el fraude electoral.

Hoy marchamos, mañana votamos

La situación política se asemeja a la acaecida en México en el umbral del siglo XX, pues producto de la lucha contra el fraude electoral en 1988, la formación de un partido con amplias bases trabajadoras y el movimiento campesino en Chiapas, había puesto ya entredicha la estabilidad del régimen priísta, que en su etapa más putrefacta, después de la crisis económica de 1994, el movimiento estudiantil en la UNAM 1999-2000 daba pasos si bien vacilantes para un formalista, amenazaba ya la permanencia en el poder de la camarilla en turno que ostentaba el control estatal.

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Personajes como Arnold Schwarzenegger defendían las ideas más retrógradas que podríamos imaginar, pese a su calidad de ex-migrante y encontrarse en un país colonizado por migrantes. Este fenómeno ya se ha presentado en la historia, Napoleón Bonaparte defendía histéricamente su nacionalismo siendo de origen Corso, Adolfo Hitler defendía patológicamente su condición de alemán en tanto origen austriaco, afortunadamente para los revolucionarios socialistas no existe este tipo de prejuicios pues para nosotros es indistinto si nuestros camaradas sean verdes, amarillos o cafés pues sostenemos que esta sociedad no se divide en grosor capilar, sino en clases sociales. Como dice un dicho: Sólo hay una raza, y ésta es la raza humana.

De tal modo que la clase obrera estadounidense parece no tener los prejuicios que sus gobernantes, el ala demócrata ha sabido canalizar todo este descontento por la vía electoral, pero sin vacilar podemos decir que Estados Unidos se encuentra en un periodo abierto de lucha de clases que se avivará en cuanto entren en vigor los recortes presupuestales al gasto público en 2008, a decir verdad esto suena bastante lejano pues se convoca a huelga para este 1º de mayo tratando de coordinar la lucha con los trabajadores mexicanos del campo y la ciudad.

El despilfarro financiero no se ha hecho esperar, se dice que de cada 10 dólares que entran a Estados Unidos 8 son destinados a la deuda externa.

Según las encuestas de la revista Times el 75% de los norteamericanos opinan que la guerra imperialista es inútil y que ningún beneficio les traerá.

 

Planes frustrados de una huelga sincronizada México-Estados Unidos

lEn vista de la disposición de los trabajadores inmigrantes de los Estados Unidos, se ha decidido convocar a una huelga conjunta con las clases explotadas del “patio trasero” para este 1 y 2 de mayo. De cara a las jornadas de lucha de clases agendadas para el mes entrante debemos retomar las experiencias y lecciones que nos ha dejado la huelga del pasado año.

Para el día 1º de mayo de 2006 se convocó a una huelga general por parte de las organizaciones que se encargaron de asumir la dirección del movimiento contra ley Sensebrener o Anti-migrante al acto confluyeron diversos sectores, ya trabajadores del campo, de la ciudad, y por supuesto los estudiantes.

En dicha jornada, la respuesta de la clase obrera estadounidense no se hizo esperar, pues de acuerdo con una encuesta de la Associated Press el 64% de los estadounidense se posicionaban del lado de los trabajadores latinos, en tanto que los mismos presionaron a sus direcciones hasta llegar al grado que la central sindical más grande de los Estados Unidos, la AFL-CIO que cuenta con 1 millón de agremiados de origen mexicano y aglutina a más de 50 sindicatos se vio obligada a respaldar la legalización de 11 millones de migrantes mexicanos (La Jornada 01/04/06), la unidad en los hechos con el proletariado mexicano y de toda América Latina no será sólo el primer paso para deshacerse de G. W. Bush, sino se convertirá en una tarea fundamental para el progreso de la humanidad que dará renovados bríos al camino de la revolución mundial y la ruptura del yugo de los oprimidos de todo el mundo y la libertad en lo concreto, trayendo con ello un desarrollo científico y cultural que sentarán las bases para una sociedad en donde las enfermedades biológicas y mentales sean tan raras como un sectario hoy en día.

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En un principio la campaña de odio contra los trabajadores latinos y la amenaza del terrorismo surtió efecto tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero como dicen los compañeros de la Socialist Appeal: “la vida enseña”. En un episodio muy similar al movimiento contra la guerra de Vietnam el supuesto apoyo al “origen de todos los males”, de la postrada situación económica, la miseria y neurastenia social que radicaba en los “terroristas y los brownies” terminó por convertirse en su contrario.

Un trabajador mexicano decía: “Los blancos tuvieron su independencia, los negros su revolución; ahora nos toca a nosotros”.

Como en todo movimiento masivo la profusión en tanto a la ideología se hace notar, pero como Lenin decía: las masas trabajadoras aprenden no de los libros, sino de la experiencia viva”.

El plan inicial para frenar las reformas fue la huelga general, pero la dirección de algunas organizaciones optó por convocar a una falta colectiva o “un día sin mexicanos” poniendo de manifiesto lo necesarios que somos los trabajadores en la sociedad.

Debido a la vacilación de estas direcciones se logró la media enchilada al obtener una reforma parcial sin tener mayores consecuencias que las deportaciones masivas hacia el país de origen de los trabajadores, 3 000 de acuerdo con los noticieros televisivos. A pesar de todo ello la ganancia para los trabajadores en Estados Unidos fue la comprobación empírica de los métodos de la “falta colectiva”.

 

En México se aplicó el día de “hoy no compres nada”, claro; ante el rugir estomacal todos terminamos por sucumbir ante nuestra humana necesidad de cubrir el coste de la fuerza de trabajo.

mUna dirección responsable de un movimiento masivo, tendrá consecuencias masivas. Por tal motivo debemos tener en cuenta que un movimiento masivo con ideas equivocadas traerá resultados funestos, pero una organización con las ideas correctas sin un apoyo masivo no pasaran de ser sólo eso: buenas ideas, la aplicación de ellas dependerá de 2 cosas:

1. Que partan de base materiales (realistas).

2. Que sean desarrolladas a corto o mediano plazo para convertirse en un hecho.

Ya lo decía un camarada: “Cuando las ideas se apoderan de la mente de las masas se transforman en una fuerza material”

Para el caso lo necesario para la revolución en Estados Unidos es que el movimiento latino-migrante busque vincularse con los sindicatos y seguir el ejemplo de la revolución en México: desconocer las direcciones oportunistas y pugnar por una política de clase en la AFL, todo ello sin dejar de lado que un trabajo correcto hacia el ejército estadounidense llamando al cese de la guerra y la unidad con la clase obrera.

El problema migrante

nLa victoria del movimiento vendrá directamente por la contundencia del movimiento mismo, la reforma migratoria pasará sólo a condición que los trabajadores en EEU la ganen en las calles, en las fábricas; pero todo ello es una tarea laboriosa, hay periodos en la historia donde 20 años pasan como un día, y hay días en los que acontece lo que en 20 años, en décadas y décadas de explotación.

La burguesía sólo actúa en función de la acumulación de capital, y si es necesario mantener en la más ignominiosa ilegalidad a los trabajadores, lo hace con el fin que los patrones puedan pagar salarios más bajos, que los trabajadores no puedan formar sindicatos y una cosa de las más importantes: para que los trabajadores seamos incapaces de organizarnos. Una victoria del movimiento de los trabajadores migrantes en Estados Unidos sería una victoria repercutiría directamente en los ánimos de la clase obrera para seguir luchando, la cuestión de la legalización por el momento quedaría resuelta, pero la cuestión no resuelta es la cuestión de clase, para ello es necesario unirse con la clase obrera internacional.

 

Sabemos que esta lucha no debe quedarse en sólo la lucha por el reconocimiento de los derechos civiles de los inmigrantes estadounidenses, como bien se dice “Estados Unidos es un país de migrantes” comenzando por los ingleses, austriacos, africanos, etc. Se ha hablado de la emancipación por separado y no sólo ello, sino además de que la simple libertad jurídica no implica una libertad debidamente económica.

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Los trabajadores transportistas en Estados Unidos

“Los obreros polacos han terminado victoriosamente la huelga, debido principalmente a la ayuda de los obreros de Berlín.”

Para 1869 Marx ya comunicaba sus impresiones por medio de una carta a Engels: “Esta lucha contra el señor capital, aún en forma modesta de una huelga, pondrá fin a los prejuicios nacionalistas de una forma muy distinta a las declamaciones pacifistas de los señores burgueses” * (A. Losovsky. Marx y los sindicatos, pág. 126,127).

 

Para la etapa histórica que estamos viviendo por decirlo de algún modo (cabe deslindarse de la teoría del socialismo en 2 etapas) es necesaria una política revolucionaria.

Uno de los pilares de esta lucha, tal como en el movimiento contra la guerra de Vietnam fueron los estudiantes de nivel bachillerato y universitarios.

Pese a todo el romanticismo que pueda cundir en nuestros pechos, y sentimientos no podemos dejar de lado que la sociedad está dividida en clases, y sólo la clase obrera unida a las demás clases serán capaces de transformar la sociedad.

junio de 2006

Véase también

http://www.jornada.unam.mx/2006/05/02/003n1mig.php

http://blog.sindominio.net/blog/enchufe/archives/2006/05/

http://www.izquierda.info/modules.php?name=News&file=article&sid=200

http://resistenciaydebate.com.ar/foro/index.php?topic=2281.0

http://www.marxismo.org/?q=node/1704

Internacional: