El PRD después del XI Congreso

Escrito por: 

Pascual Betancourt

…Patria en peligro, defensa nacional, guerra popular por la existencia, por
la cultura y la libertad: tal fue la consigna dada por la representación
parlamentaria de la socialdemocracia. Todo lo demás fue simple
consecuencia: la actitud de la prensa del partido y de los sindicatos,
el tumulto patriótico de las masas, la tregua con la burguesía…
Rosa Luxemburgo, La crisis de la socialdemocracia

Tras haber amarrado una de las conquistas más importantes para Nueva Izquierda (la permisividad explícita de alianzas con los demás partidos, PRI y PAN incluidos), el otro punto de interés para la mayoría de los asistentes al Congreso consistió en afinar detalles con respecto a esta modificación, así como el método con el que se harán las elecciones internas (por consenso, encuesta o votación, ya sea cerrada o abierta). El epílogo de este Congreso fueron una serie de pronunciamientos en torno a la situación actual en el país. Estos pronunciamientos reflejan al fin y al cabo la necesidad que tienen las bases del partido de que la dirección se pronuncie al respecto de la misma. ¿Cómo se refleja dicha situación a lo interno del partido?

Elecciones locales

Hace poco concluyó el proceso electoral en Guerrero, mismo del cual el PRD salió bastante mal. No se diga en Coahuila, donde no es el triunfo lo que está en juego para el partido, sino el registro.

¿La causa de la derrota de Guerrero fue la necedad de AMLO por apoyar a un candidato del FAP? ¿Y en Coahuila qué pasó? Los resultados comiciales guardan una misma explicación: Más allá de las particularidades del partido y los militantes en cada Estado, estos resultados ponen de manifiesto el punto en el que se encuentra el partido: un punto de inflexión y de tensión entre las dos alas del mismo. El conflicto entre las dos alas del partido se agudiza en la medida en la que la crisis en el país lo hace también: el ala de derechas, encabezada por Nueva Izquierda (NI), poseedora por cierto de la gran mayoría del aparato partidista (secretarías, subsecretarías, consejerías, etc.) y el ala de izquierdas, que si bien, está más dispersa, sin duda AMLO sigue siendo quien la representa, al ser él quien tiene el poder de convocatoria de las bases.

Conflictos internos

Jesús Ortega personifica al sector más oportunista del partido. Una capa de burócratas acostumbrados a vivir y desarrollarse en el aparato. Simpatizar y tallarse los codos con panistas, priístas y burgueses. A eso es a lo que le llaman “generar acuerdos”. Nada de movilización… no, no, no. Eso es malo y primitivo. Lo de hoy es la negociación, que a su entender consiste en atarnos las manos mientras estas finas y elegantes personas con bastón y con bombín nos apuñalan por la espalda.

AMLO encabeza por otra parte izquierda del partido: sus bases. Mucho más dispersas, con muchas diferencias organizativas entre sí y sin la ambición de un puesto de por medio, pero con toda la necesidad a flor de piel de transformar las condiciones miserables que vivimos y frenar las que estamos por venir, siempre que FeCal siga teniendo las riendas del país. Las victorias de este sector se han ganado a través de la movilización, mismas que para extenderse y profundizarse también deben extender la misma movilización inevitablemente hasta una huelga general.

He aquí estas dos expresiones que conviven en el partido y cuya lucha de intereses (el interés de vivir del hueso contra el interés de vivir mejor, para empezar, de sobrevivir). Por supuesto que la ecuación tiene más elementos: no todos los miembros de NI son oportunistas, ni todos los que están con López Obrador bien intencionados. No obstante, las opciones de desarrollo en el partido son claras: negociación o movilización. La primera, ha dejado claros ejemplos de sus límites en las elecciones de las últimas semanas, así como en la descompuesta reforma petrolera que salió después de meses y meses de debates. La segunda, al ser la única que ha arrojado resultados positivos, es la herramienta que necesitaremos para no irnos a pique junto con todos las personitas irresponsables que echaron a perder el mundo y en particular, este país.

Ahora, tenemos que explicar que si bien AMLO es la ala izquierda en este proceso, los trabajadores tenemos que luchar porque esa ala izquierda se arme con un programa revolucionario, socialista. Asta ahora el programa que defiende AMLO solo lucha por reformas que dentro del marco de un capitalismo en crisis no solo son difíciles de imaginar sino poco durables, nuestro deber es el de luchar porque esta izquierda del partido encabece una transformación radical de la sociedad y el único programa que puede ayudarnos como guía en esta tarea es un programa socialista.

Y finalmente, ¿ayuda la división del PRD al “regreso” del PRI?

Dicho acontecimiento da calofríos sólo de imaginárselo. Este famoso regreso, tan cacareado estos días por la prensa burguesa parece preparar la cámara del revólver para un cartucho ya quemado por la oligarquía. El PAN no le duró ni para el arranque y ahora parece ser que comienzan a darle una nueva aura de centralidad, imparcialidad y moderación a los herederos de la revolución institucional. El PRI nació y se desarrolló en la abundancia del capitalismo mundial y nacional de la postguerra. Sin un control absoluto de la economía en manos del Estado, el PRI no tiene nada qué hacer aquí. No obstante, la naturaleza no reconoce el vacío, si AMLO y toda la izquierda dentro del partido no luchamos contra la derecha (Chuchos) con un programa que nos diferencie claramente de demagogias priistas, estaremos sentando las bases para que resurjan los muertos.

¡Luchemos por un PRD con un programa socialista!
Contra el ascenso de la carestía, ¡huelga general!

20 de octubre de 2008.

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