[Editorial] El movimiento magisterial rumbo a un punto de inflexión

Escrito por: 

Rubén Rivera

 

Una lucha histórica

Sin duda nos encontramos frente al movimiento magisterial más extendido de la historia reciente de nuestro país, tan sólo comparable a las jornadas de 1989 cuando la masiva huelga de profesores de las sección IX y X del Distrito Federal terminó con le cacicazgo de Carlos Longitud en dichas secciones.

En el caso de la presente, podemos observar movilizaciones en al menos 17 Estados de la República, especialmente en Morelos y en Guerrero, los primeros están en paro desde el inicio mismo del ciclo y los segundos desde los primeros días de septiembre.

A ello tenemos que añadir la lucha contra la imposición de un comité seccional fraudulento en el caso de la sección IX.

El problema de fondo es la entrada en vigor de la Alianza por la Calidad Educativa que el 15 de mayo firmaron Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo, la cual de plano instituye la precariedad en la situación laboral de los trabajadores docentes que ingresen en el futuro y elimina derechos adquiridos de los que ya están laborando.

Por supuesto el contenido ideológico de esta “alianza” no es otro que el disminuir en todos los aspectos la posibilidad de que en la Escuela Publica se tenga una educación de calidad con un sentido crítico y científico.

La profundidad del descontento magisterial se puede expresar incluso en antiguos bastiones del oficialismo como Guanajuato, Jalisco y Puebla, donde se han dado muestras contundentes de repudio al acuerdo Gordillo-Fecal.

A casi tres meses de iniciado el movimiento contra la ACE no hay duda de que se ha avanzado de menos a más, especialmente durante las dos últimas semanas de octubre tuvimos marchas multitudinarias tanto en la Ciudad de México como en Morelos, con la participación de contingentes de todo el país.

Movimiento a nivel nacional

Lamentablemente la situación del movimiento no es homogénea y ello implica que cuando los profesores de Guerrero y Morelos sientan más profundamente el desgaste, ello puede generar un proceso de desmovilización que dé pie al ala gordillista del sindicato a emprender una serie de represalias en contra de la insurgencia magisterial.

De hecho ya se ha desatado, aunque aún es minoritario, el reclamo de algunos profesores en Morelos para reanudar un diálogo sin condicionamientos y levantar el paro, ello debido a que la intensa campaña de medios para satanizar el movimiento puede estar generando ciertos efectos de disuasión sobre todo en sectores urbanos como lo puede ser Cuernavaca.

Es evidente que el movimiento magisterial surge no como una iniciativa de la dirección de la CNTE, sino como una necesidad de los trabajadores, por lo tanto es falsa la idea que el gobierno y la burguesía promueven, en el sentido de que es obra de unos cuantos alborotadores. No obstante aún con toda la fortaleza que han mostrado, los maestros enfrentan aspectos que deben de resolver para lograr echar abajo la ACE

Uno de esos aspectos que debemos señalar como un obstáculo en el desarrollo del movimiento es el carácter dispar del mismo en los tradicionales bastiones de la CNTE como lo es Michoacán y Oaxaca.

En ambos, la estrategia del Estado ha sido no aplicar la ACE, en la medida de que la unidad y combatividad de los trabajadores de ambos Estados está probada, pero también debido a que la aplicación de la misma daría lugar a un movimiento potencialmente muchísimo más poderoso. Así que tenemos una situación en la cual la fuerza y organización de los trabajadores de la educación ha impedido por el momento la aplicación del acuerdo gordillista, pero por otro lado, los mentores de dichas entidades no pueden ni deben quedarse al margen. Si la ACE logra imponerse definitivamente en el conjunto de entidades de la República, entonces se abriría la puerta para que la CNTE en Michoacán y Oaxaca enfrentaran aisladas una lucha en los próximos años.

Recordemos que uno de los problemas principales de las movilizaciones de la CNTE ha sido el carácter aislado que cada una de las luchas estatales han tendió que enfrentar en los últimos años, particularmente importante fue el caso de Michoacán respecto a la Ley del ISSSTE y el de Oaxaca en la lucha que dio lugar a la APPO.

Una situación política compleja

Es peculiar, el actual gobierno ha buscado durante más de dos años imponer un ritmo normal de administración, no obstante ni un solo día se ha caracterizado como estable. En este marco aparece una crisis que lo obligará a tomar nuevas medidas de ataques a los intereses de los trabajadores sin que haya podido resolver uno sola de las tareas por las cuales la burguesía lo impuso: logró imponer una nueva ley del ISSSTE pero no ha sido capaz de que las masas la acepten, a tal grado de que no ha podido cerrar el procedimiento de elección de forma de régimen de pensión dado que es una minoría insignificante la que ha respondido a su llamado y sería una confesión de fracaso el presentar las cifras de aceptación que tiene, así que respecto a la ley del ISSSTE aún hay pendientes sin resolver.

Respecto a la cuestión de los mineros aún está pendiente el conflicto con el Sindicato, tanto en Cananea como respecto al reconocimiento de Gómez Urrutia, en ambos casos el gobierno se ha convertido más bien en un vocero patronal, pero ni así ha logrado doblegar a los trabajadores mineros y metalúrgicos que cada día tienen más claro que éste es un gobierno y un Estado a favor de los empresarios y que hay que  hacer mucho más de lo que se ha hecho para derrotarlo. La victoria para los mineros no se ve cerca, pero tampoco una derrota parece posible en el corto plazo.

Una situación análoga sucede con el movimiento contra el fraude, el cual si bien se fue disolviendo debido a la falta de una estrategia de lucha por derrocar al régimen, dejó muy claro que hay millones de trabajadores que no consideran al actual gobierno como legítimo y que están dispuestos a salir a luchar en cuanto se les convoque.

El movimiento contra el fraude se ha transmutado en Movimiento en Defensa del Petróleo el cual aún con todas las limitaciones que su misma dirección se ha auto impuesto, ha logrado impedir que la reforma abiertamente privatizadora de Calderón se aprobara tal cual. Ante la movilización y la abierta hostilidad de las masas hacia dicha privatización, al gobierno no le quedó más que una triquiñuela con la que pretendían engañar a las masas, para lo cual contaron con la firme colaboración del ala derecha del PRD (los chuchos). Aún así la movilización se ha mantenido y la maniobra ha quedado descubierta. Han aprobado su “reforma” pero no lo han hecho bajo las condiciones de consenso y concordia que pretendían. Por supuesto que de esto a una victoria del Movimiento de Defensa del Petróleo hay una distancia muy grande, la realidad es que si bien no ha sido derrotado el movimiento que encabeza a Andrés Manuel López Obrador, se enfrenta a la limitante de tácticas de acción testimoniales cuyo peso político en sí mismo no es capaz de echar abajo ni el fraude, ni la reforma petrolera, hace falta ir más allá.

Así podríamos ir citando procesos de lucha, en donde el gobierno no ha logrado todo lo que quería, pero las masas han enfrentado escenarios de resistencia en los cuales la falta de una dirección adeudada ha generado resultados no satisfactorios.

La unidad es la única opción

Cada una de las luchas que hemos citado actúa por separado cuando el problema es que enfrentan a una misma política y a un solo enemigo. Es el momento de dejar a un lado los prejuicios, que la burguesía se encarga para su conveniencia de difundir, en el sentido de que las luchas deben ser “independientes”. Mirándolo bien es absurdo: si eres obrero no puedes luchar con los campesinos, si eres maestro se sataniza que luches con los estudiantes, si eres de Hidalgo es pecado que te movilices con tus hermanos trabadores de Michoacán, si eres del IPN entonces no tienes nada que hacer en la UNAM.

Por el contrario, de lo que se trata es de hacer realidad la vieja y correcta consigna “ni una lucha aislada más”. Es urgente la convocatoria a una coordinación nacional de todos los movimientos en lucha para conformar:

1.- Una plataforma reivindicativa unificada
2.- Un plan de acción nacional tendiente hacia la Huelga General y la caída del gobierno de Calderón como escenarios posibles en el contexto de la cerrazón del régimen.

El movimiento magisterial está en condiciones para hacer un llamado de este tipo, único escenario en el que habría la posibilidad real de hacer caer la ACE y a la misma Elba Esther Gordillo. De otro modo, la estrategia de desgaste del Estado puede hacer la mella suficiente como para que los trabajadores de la educación de cada Estado busquen una salida particular y por supuesto, muy parcial de una lucha que tiene todo el potencial de triunfar.

Manos a la obra, no hay tiempo que perder.

29 Octubre 2008

 

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