La Izquierda Socialista, Corriente Marxista Internacional - México
Los trabajadores griegos solo pueden confiar en sus propias fuerzas y en la de sus hermanos de clase en Europa y el mundo. Lo que se requiere es una política internacionalista y revolucionaria. El capitalismo, en esta etapa de decadencia, solo nos puede ofrecer austeridad y ataques. Se enfatizó, en las participaciones, en auditar a los banqueros y en la necesidad de nacionalizar la banca y la industria, avanzando hacia medidas socialistas, a la vez que se llama a la clase obrera internacional a seguir esas mismas medidas y apoyar al pueblo griego.
El acuerdo impuesto a Grecia en la madrugada del 13 de julio tras una cumbre del euro que duró toda una noche sólo se puede describir como una capitulación humillante. En resumidas cuentas, Grecia ha entregado toda su soberanía a la troika a cambio de un nuevo rescate con duras condiciones y algunas promesas vagas de una restructuración de la deuda (pero no un alivio de ésta) que tal vez serán estudiadas en un futuro. Este acuerdo no funcionará. Destruirá políticamente a Tsipras y a Syriza, y económicamente sumirá a Grecia aún más en la recesión. También ha revelado profundas fisuras en la Unión Europea.
El acuerdo del memorándum, firmado por el primer ministro en la Cumbre de la Unión Europea de esta mañana –y que incluye medidas masivas de austeridad, nuevos niveles impositivos sobre la población, privatizaciones de gran amplitud y recortes en los salarios y las pensiones– no es más que una claudicación total y una sumisión a las exigencias de la Troika. También es un castigo al pueblo por su valiente voto de clase por el 'NO' [en el referéndum del domingo pasado].
Los votantes griegos han rechazado contundentemente las condiciones de un rescate internacional. El referéndum del domingo fue una bofetada a la cara de los banqueros y los capitalistas de la zona euro. El resultado final del referéndum, publicado por el Ministerio del Interior, fue de 61,3% para el "NO", contra el 38,7% que votó "SI". La mayoría de las previsiones de que el SI tenía una base en las zonas rurales, al final se demostró falsa.
La victoria obrera del "No" con más del 60% de los votos es un acontecimiento revolucionario. El pueblo ha dado un mandato al gobierno para la resistencia revolucionaria y para que no se acuerde ningún programa de austeridad. Llegó la hora de nacionalizar los bancos, de cancelar la deuda y acabar con los programas de ajuste y el salvaje sistema capitalista que los genera.
La crisis griega se está acercando a un desenlace. Esto marca un punto de inflexión para la clase obrera de Grecia y del conjunto de Europa. En enero pasado Grecia votó por un gobierno que prometió acabar con las políticas de austeridad que han arruinado el país. La elección de Syriza dio esperanza a mucha gente en toda Europa. Pero precisamente, por esta razón, los dirigentes políticos de Bruselas y Berlín decidieron aplastar al nuevo gobierno, humillarlo, sabotearlo y finalmente tratar de derribarlo.
Conforme se acerca el referéndum, la polarización política de Grecia está alcanzando niveles sin precedentes. Los acontecimientos de las últimas 48 horas han sacado a relucir la farsa que es la democracia burguesa, con las negativas de la troika a aceptar la voluntad del gobierno griego de hacer concesiones y exige la caída de Tsipras. La conclusión de todo esto es inequívoca: no hay salida a la austeridad dentro de los márgenes del capitalismo, e incluso menos dentro de la camisa de fuerza que es la zona euro capitalista dominada por Alemania.
A última hora del domingo 28 de junio, el Gobierno griego decidió introducir controles bancarios y de capital hasta el 7 de julio. Esto es en respuesta a las acciones provocadoras de las instituciones de la Troika, destinadas a sabotear el referéndum previsto en Grecia. La guerra se ha intensificado, a pesar de que algunos están presionando para que se alcance un acuerdo por temor a las consecuencias catastróficas de una suspensión de pagos griega para la economía mundial.