A convertir la energía de las masas en organización con una estructura permanente de medio y largo plazo
Después del “diálogo” sometido a una serie de trampas, engaños y atrocidades represoras, finalmente la farsa electoral, que busca legitimar al golpe, se llevó a cabo este 29 de noviembre, colocando como “vencedor” de los comicios —tal como lo previmos[1] —, al Partido Nacional, con el peculiar personaje José Lobo, un rico ganadero ex miembro del Partido Comunista Hondureño, que se instalaría como presidente a partir del 27 de enero de 2010.
Debemos enfrentarles con la movilización en las calles
Para cualquier trabajador está más que claro que ARENA dejó el país es una situación sumamente lamentable llena de grandes y profundos problemas que no tienen una sencilla solución, no siempre se es lo suficientemente consiente de la magnitud del problema. El país está en ruinas, esto no es un adjetivo exagerado sino la más clara realidad.
Como explicamos en un artículo anterior, el Acuerdo de Tegucigalpa/San José firmado el 30 de Octubre por representantes del presidente legítimo de Honduras, Mel Zelaya, y por los golpistas del régimen de Micheletti, era en realidad una farsa.
Se ha armado mucho ruido ante la supuesta “reinstauración de Zelaya”, ¿pero qué está sucediendo realmente? Ha habido todo tipo de maniobras e intrigas pero no se han dado pasos concretos para reinstalar a Zelaya como legítimo presidente. En los próximos días veremos cual es el contenido real de este “acuerdo”.
Cuatro meses después del golpe de estado contra el presidente democráticamente elegido Mel Zelaya en Honduras, una combinación de represión brutal y tácticas dilatorias en la mesa de negociación ha logrado desactivar temporalmente el movimiento de resistencia, pero no ha disminuido la oposición de masas al régimen de Micheletti.
Como previmos claramente, el llamado “diálogo” nació muerto. Incluso en presencia de las delegaciones de la OEA el 7 de octubre, los golpistas reprimieron brutalmente al pueblo con centenares de bombas lacrimógenas. El papel de la OEA siempre fue buscar una salida negociada para impedir un derrocamiento revolucionario del golpe por parte de las masas, su actuación ha sido simplemente patética, no sólo no ha contribuido en nada favorable, sino que en la práctica, le ha hecho el juego al imperialismo al seguir prolongando, prolongando y prolongando la restitución de Zelaya que originalmente se planteó para el 15 de octubre.
William Sanabria Corriente Marxista Revolucionaria (Venezuela)
El 19 de julio de 1979 los jóvenes, trabajadores y campesinos nicaragüenses derrocaban la odiada dictadura de la familia Somoza y llevaban al poder al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Nicaragua, un pequeño país de 3 millones de habitantes, se convertía en punto de referencia para millones de oprimidos en todo el mundo. Hoy, mientras celebramos el treinta aniversario de aquella victoria (y cuando, en pocos meses: febrero de 2010, deberemos recordar los 20 años de su derrota) resulta imprescindible analizar tanto los aciertos como los errores cometidos. Sólo así podremos sacar lecciones útiles para revoluciones actualmente en marcha como las de Venezuela, Ecuador, Bolivia u Honduras, así como para los propios militantes sandinistas, ahora que el FSLN vuelve a gobernar.
El lunes 5 de octubre, activistas de izquierda y diferentes organizaciones de solidaridad con América Latina se manifestaron delante de la embajada de Honduras en Londres para protestar contra el golpe de Micheletti y en solidaridad con el movimiento de Resistencia. Durante dos horas, más de 40 personas gritaron consignas contra los golpistas y a favor de la reinstauración de Manuel Zelaya, el presidente democráticamente elegido. Entre las consignas que se gritaron estaban "arriba, abajo, golpistas al carajo", "Micheletti, Micheletti, fuera fuera fuera!", "El Norte, el Sur, América Central, la lucha socialista, es internacional", "El pueblo unido, jamás será vencido", etc.