Como ya indicamos en previos artículos, el derribo de un avión de combate ruso en Siria por parte del ejército turco fue claramente una provocación del Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Su objetivo era romper la alianza formada entre Rusia y Occidente con respecto a Siria. Ha conseguido lo contrario, al dejar aislada aún más a Turquía y acercar a las principales potencias mundiales entre sí, mientras Turquía y Arabia Saudita han quedado a un lado.
Cuando el ejército de Estados Unidos irrumpió en Irak no existía Al Qaeda en este país. Ahora, toda la región está en las garras de la locura yihadista. Este es el resultado directo de la intromisión del imperialismo norteamericano. Los políticos de Washington no entendieron ni previeron nada. Es irónico que la destrucción de la vieja maquinaria del Estado de Saddam Hussein y del ejército iraquí, que alteró el equilibrio de poder en la región, creara un vacío que fue ocupado por el Estado Islámico (ISIS), por un lado; y por su viejo enemigo Irán, por otro.
Desde la semana pasada, cuando Rusia comenzó a bombardear objetivos dentro de Siria, los medios occidentales se han llenado de artículos sobre los crímenes del imperialismo ruso en Siria. Pero la idea sugerida de que rebeldes "moderados" están siendo bombardeados por rusos despiadados plantea más preguntas que respuestas.
La guerra civil en Siria, que empezó hace casi cuatro años, está entrando en una nueva fase. Ante la intensificación de las operaciones de Turquía y Arabia Saudita en el país, Irán ha respondido mediante el despliegue de miles de tropas.
El levantamiento espontáneo de las masas sirias, inspiradas por los acontecimientos de Túnez y Egipto, ha degenerado en un baño de sangre sectario. Privados de una dirección revolucionaria, los comienzos prometedores se han transformado en una tragedia. Por otro lado, los zig-zags hipócritas y belicosos del imperialismo EEUU son una farsa total y absoluta, y gráficamente ilustran los límites del poder de EEUU.
Los tambores de guerra de Washington están sonando con su melodía macabra de manera ruidosa, anunciando un inminente ataque de EE.UU. a Siria. En el Reino Unido, su fiel escudero, Cameron, se hace eco de buen grado de este llamamiento. Se espera que el Parlamento respalde la opción militar en una reunión de emergencia convocada para el Jueves 29 de agosto. La intervención imperialista directa marca un cambio fundamental en la situación de Siria después de que la espiral de guerra civil sectaria haya borrado el potencial revolucionario de las protestas contra el régimen que se desataron en enero de 2011 por los acontecimientos de la primavera árabe.
Siria ha sido un tema recurrente en los medios de comunicación desde hace casi dos años. En los últimos días hemos pasado de oír hablar desde una intervención abierta hasta una negociación en la que, curiosamente, son EE.UU. y Rusia los principales agentes.
La declaración de Obama de que los EE.UU. van a intensificar su apoyo a los rebeldes en Siria representa un cambio en la situación. El anuncio de la Casa Blanca significa que los EE.UU. van a suministrar ayuda militar directa a la oposición siria por primera vez. El portavoz Ben Rhodes no dio detalles sobre la ayuda militar, aparte de decir que sería "diferente en alcance y escala a lo que hemos proporcionado antes."