Han pasado 30 años del proceso revolucionario más importante de la historia de El Salvador, donde la clase obrera en alianza con el resto de oprimidos y explotados podrían haber tomado el poder, transformando la sociedad, y haber evitado toda una década de sangrienta guerra civil que dejaría un saldo de 75 mil muertes. El presente artículo de Alan Woods fue escrito hace 28 años y a miles de kilómetros de los acontecimientos pero sorprende por su gran claridad, corrección y vigencia.
Recientemente, el 13 de noviembre pasado, en uno de las secciones en línea de la revista Proceso, Prisma Internacional, se publicaron una serie de entrevistas con algunos dirigentes de organizaciones consideradas trotskistas de México, todas ellas como parte de un artículo titulado El trotskismo y la revolución pendiente.
Para los marxistas la revolución china fue el segundo gran acontecimiento de la historia humana, sólo después de la revolución bolchevique de 1917. Millones de seres humanos, que hasta ese momento habían sido las bestias de carga del imperialismo, rompieron el yugo humillante del imperialismo y el capitalismo, entrando en el escenario de la historia mundial.
William Sanabria Corriente Marxista Revolucionaria (Venezuela)
El 19 de julio de 1979 los jóvenes, trabajadores y campesinos nicaragüenses derrocaban la odiada dictadura de la familia Somoza y llevaban al poder al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Nicaragua, un pequeño país de 3 millones de habitantes, se convertía en punto de referencia para millones de oprimidos en todo el mundo. Hoy, mientras celebramos el treinta aniversario de aquella victoria (y cuando, en pocos meses: febrero de 2010, deberemos recordar los 20 años de su derrota) resulta imprescindible analizar tanto los aciertos como los errores cometidos. Sólo así podremos sacar lecciones útiles para revoluciones actualmente en marcha como las de Venezuela, Ecuador, Bolivia u Honduras, así como para los propios militantes sandinistas, ahora que el FSLN vuelve a gobernar.
El 1 de abril de 1939 se decretó el fin de la guerra civil española. La junta militar Miaja-Casado entregó el poder a Franco, con la anuencia de los socialistas de derecha, con el pretexto de evitar más derramamiento de sangre ante la evidente derrota militar. A partir de entonces se inició una cacería de “rojos “, la cual incluyo también a los elementos más derechistas de las organizaciones obreras que se quedaron en España esperando una recompensa del régimen a sus labores de traición. Tan sólo en los primeros meses después de la capitulación más de 50 mil personas fueron pasadas por las armas, en los siguientes años la cifra de detenidos en campos de concentración era de más de 270 mil (Payne, Stanley G., La Época de Franco, Cap.: Gobierno y Oposición (1936-1969), Editorial Espasa Calpe, 2007, Madrid, pág. 111).
¿Cuál fue el verdadero carácter de la revolución mexicana y quiénes se beneficiaron de ella?La revolución mexicana fue una de las primeras insurrecciones del siglo XX, una de las más heroicas y una de las más desesperadas. El levantamiento armado sacudió de arriba abajo el poder de la burguesía y le impuso terribles derrotas. Pero una vez en el poder las masas no supieron que hacer con él: los campesinos no estaban aliados con la clase obrera y no había un partido marxista que afianzara a la coalición de Villa y Zapata con la clase obrera.
El “programa de Transición” fue redactado por Trotsky en 1938 como documento central para el congreso fundacional de la IV internacional; el objetivo central del “programa de Transición” era orientar a las pequeñas fuerzas del marxismo (trotskismo), aisladas y perseguidas por el estado burgués pero sobre todo por la feroz reacción stalinista, hacia las masas trabajadoras que instintivamente buscaban el camino de la revolución (como lo mostró de manera trágica la Revolución Española, las tomas de fábricas en Francia, crecimiento del movimiento sindical en EU, etc;) arrancándolas del terrible obstáculo que representaban las direcciones stalinistas y reformistas para poder orientar el potencial revolucionario de las masas hacia la toma del poder por el proletariado y la transformación socialista de la sociedad.
En este texto queremos demostrar que el movimiento cristiano primitivo fue un movimiento revolucionario enfrentado al imperio romano, un movimiento lleno de mártires, hombres y mujeres valientes que dieron su vida por instaurar el cielo en esta tierra antes de que el movimiento fuera corrompido instituyendo la corrupta y reaccionaria Iglesia Cristiana.