La enmienda constitucional en Venezuela: El corredor que viene detrás se sigue acercando

Escrito por: 

Pablo Comenzana

A finales del año pasado, luego de las elecciones regionales del 23 de noviembre, se realizaron numerosos análisis de los resultados y de lo que éstos significaban. Esta vez la reacción superó su límite histórico de 4 millones y llegó a los 5 millones, la distancia entre los corredores que en 2006 era de 26%, se ha reducido a 8,73%: el corredor que viene detrás se sigue acercando peligrosamente.

El presidente, que siempre se ha destacado por su sintonía con el sentir del pueblo,  se percataba de algo que las masas ya habían entendido desde hacía tiempo cuando de su seno surgió aquello de “menos mal que tenemos a Chávez infiltrado en el gobierno”. Por eso esas masas comprendieron mejor que nadie lo que se jugaba en esta elección y salieron nuevamente a apoyar a Chávez en las urnas. Si alguien tenía dudas de lo que sería un posible gobierno de la reacción, ésta se había encargado de despejarlas en sus escasos dos meses de gobierno en los Estados de Miranda, Carabobo y Táchira, donde desataron una campaña implacable, al mejor estilo fascista, en contra de las misiones sociales. Sin embargo, el reconocimiento de Chávez de la ausencia de líderes revolucionarios capaces de sustituirlo en el gobierno sólo sirve para desnudar una de las principales carencias de la revolución, y es que en Venezuela se repite lo escrito por Trotsky al comienzo del Programa de Transición: “El rasgo fundamental de la situación política mundial en su conjunto es la crisis histórica de la dirección proletaria”. Este es, sin duda, el gran drama de la revolución bolivariana. La naturaleza aborrece el vacío y esa falta de dirección revolucionaria, de partido revolucionario, de un programa revolucionario, le dejan el campo abierto a la burocracia gubernamental para que lo llenen con las fracasadas y anacrónicas tesis del reformismo. Dentro de estas tesis se destacan las de ir logrando legitimidad para la revolución a través de la vía electoral, he ahí la explicación a los 15 procesos electorales que han tenido lugar en estos 10 años de revolución. Lo que hay que entender y explicarle a esas masas es que en definitiva las revoluciones no se ganan ni se pierden en las mesas electorales sino en las calles, con su activa y protagónica participación.    

La victoria en el referéndum le va a permitir a Chávez y al resto de los funcionarios de elección popular poder presentarse en sucesivas elecciones sin límite de períodos. En el caso específico de Chávez le garantiza postularse a la reelección en el año 2012, pero es que de aquí a allá aún faltan cuatro años, con la posibilidad que la reacción intente convocar un referéndum revocatorio en el año 2010. Es decir, más allá del placer que siempre deja una victoria sobre el enemigo, si somos realistas aún no se ha ganado nada y el peligro de la contrarrevolución, tanto externa, a través de la oligarquía y sus representantes, como interna, impulsada por la burocracia, se mantiene intacto. La alegría por el triunfo de hoy bien se puede convertir en una alegría de tísico dentro de 4 años si la revolución no se profundiza y por el contrario continúa perdiendo terreno. En ese sentido, la verdadera importancia de este resultado hay que buscarla en el hecho que con él las masas renuevan su confianza y su esperanza en que la revolución finalmente les resuelva sus necesidades más inmediatas. Para los sectores de la vanguardia de la revolución es el ganar un poco más de tiempo para organizarse y terminar de construir esa dirección revolucionaria que está haciendo falta para que se ponga al frente de esas mismas masas y las conduzca a la victoria.

Fecha: 

Febrero de 2009

Internacional: 

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